CHILE DA “EXCUSAS” AL PERU

El diferendo entre Perú y Chile parece zanjado definitivamente al informar, los mass media de uno y otro país, que los presidentes Toledo y Lagos han satisfecho las espectativas nacionales, creadas por la venta de armas al Ecuador en plena guerra del 95.

Según han informado los medios de prensa, radio y televisiòn, Chile ha dado las disculpas al Perú, solicitadas “enérgicamente” por el presidente Alejandro Toledo, por haberle vendido armas –Chile al Ecuador- en pleno conflicto del Cenepa, el 95. Lo más grave del asunto no fue la venta de armas, sino el hecho de que Chile estaba ungido garante del Protocolo de Río de Janeiro, incluso comprometido exclusivamente a mantener la más plena imparcialidad.

El titular en primera página de uno de los diarios locales, no decía que Chile le había pedido perdón ni disculpas ni aceptado el error cometido en esa oportunidad con el Perú, sino que le había presentado “excusas”, así, el sustantivo colocado entre comillas.
Semejante sutileza gramatical, -como lo sabemos quienes hablamos el idioma castellano-, le resta integridad al término, le disimuye su contenido como que, en efecto, esa es la verdad: Chile no se excusa, sino se “excusa” haberle vendido armas a Ecuador el 95.
O sea, según los medios de comunicaciòn, a pedido de los presidente de Perú y Chile, los Cancilleres volvieron a tocar el tema diciendo que en 1995, cuando se descubriò que Chile le había vendido armas al Ecuador, los cancilleres de entonces (Insulza uno de ellos) intercambiaron conversaciones; entonces Chile le pidiò disculpas al Perú.
Ahora, el canciller chileno le ha dicho al canciller peruano lo mismo que los anteriores cancilleres se dijeron en 1995.
Pero, la gravedad del hecho no es que Chile le haya vendido armas, sino que como se sabe, Chile era país garante junto a Estados Unidos, Brasil y Argentina.
Argentina también le vendiò armas a Ecuador, pero en el terreno de las sutilezas de política internacional, nosotros no tenemos cicatrices de heridas causadas por Argentina. La gravedad del 95 está en ese detalle.

La venta de armas que se hizo conlleva toda la infraternidad del mundo. Porque Chile le iba a vender más armas a Ecuador, lo que pasa es que el contrabando se descubriò oportunamente.
¿Cuál era la idea de Chile, entonces? Pues, esperar que Ecuador nos arrase con esas armas.
Un hecho de deslealtad no fácil de ser olvidada, pero además unida a otros detalles como el que todos los oficiales del ejército ecuatoriano fueron entrenados por militares chilenos en Chile. Esta afirmaciòn fue hecha públicamente por el historiador peruano Ernesto Yepez. Y, por lógica todos lo creimos porque el dato era creible.

A fin de cuentas, los peruanos nos debemos quedar tranquilos con las “excusas”. Debemos tomar el “gesto” chileno como auténtico y digno de un país que pretende limar todo tipo de asperezas históricas.
Así queremos que los cancilleres (la idea del DOS más DOS) se realice lo más pronto posible y se pongan sobre el tapete, no la recuperaciòn de los territorios conquistados en el 79, sino que se regularice, por ejemplo, la delimitaciòn marítima de Tacna.

Como se sabe en pocas palabras, el Perú ejerce soberanía en el Océano Pacífico hasta las 200 millas mar afuera paralela a sus costas. Es cierto que cuando llega a Tacna, el Continente forma un ángulo casi recto justamente donde comienza Chile. Ahí, según Chile, en vez de 200 millas, solo nos corresponde 5.
En las mismas pocas palabras no técnicas, el Perú no pide 200 millas en el ángulo sino las que provoque el empleo no del alegato de Chile sino el de la equidad, equidad solicitada por el Perú y el sentido común, universal. No podrían ser 200 millas, pero tampoco 5. Ahí tienen que entrar a tallar los cancilleres, para discutir el alto valor de la equidad.

Aquí es cuando los chilenos, por ejemplo, responden con belicosidad: “A las ridículas y provocadoras pretensiones peruanos-bolivianas, Chile ha decidido responder de la mejor forma, sin tanta palabrería ni fantarronería: Con poderosos ejercicios militares en la frontera norte del país”.
Y agregaron entonces: “Si el Perú insiste en una aventura militar volverá a perder territorios que no serán devueltos jamás”.
Entonces, estamos debidamente advertidos.

En el largo artículo “La guerra que se viene: el equilibrio estratégico entre Perú y Chile”, publicado en internet el año pasado, el articulista es contundente.
O sea que, cuando alguno de nosotros pide que las autoridades no dejen que Chile tome el corazón de la patria con sus venas y sus asrterias, salta por ahí alguna voz que nos califica como patrioteros o clasistas o antichilenos.

Los chilenos dicen que hay 90 mil peruanos en Chile quienes nos envían decenas de millones de dólares mensuales, pero no dicen cuántos chilenos hay en el Perú y cuántas centenas de millones de dólares ganan aquì.
De los 90 mil peruanos que dicen haber en Chile, el 90 por ciento trabajan como mano de obra o son mucamas, de lo cual, indudablemente, los chilenos no tienen la culpa en absoluto sino nosotros mismos quienes hasta ahora no nos desarrollamos como debe ser teniendo una naturaleza cien veces más pródiga que la chilena, etc.

Individualmente, por haber tenido la oportunidad de estar en los escenarios de todas las guerras habidas en el Planeta desde Vietnam hata la primera Guerra del Golfo, detesto la guerra. No quisiera que jamás, el Perú –ni ningún país del mundo- protagonizara ni siquiera una escaramuza.
Pero, tampoco hacer el papel de tonto. O sea, ya no comportarnos como en la Guerra del 79. Por entonces, vimos que los chilenos se empezaron a armar 10 años antes (ojo ahora con los cazabombarderos F-16), mientras los caudillos peruanos antipatriotas discutìan por el poder hasta 24 horas antes de iniciarse el conflicto.

Por eso perdimos tanta tierra y tanto mar, ahora y para siempre, irrecuperables, según la ley de los chilenos que dicen es universal: “El que pierde la guerra pierde el territorio”.
Yo digo, Estados Unidos perdió la guerra en el Vietnam, y no perdió nada, al contrario, saliò ganando.

Muy bien, pues, que Chile haya presentado sus excusas (sin comillas) al Perú por lo del 95. Es un gesto (sin comillas) que aplaudimos muchos peruanos.
Por mi parte, quiero vivir hasta que se delimite el mar en Tacna y los inversionistas chilenos no se adueñen ni del aire ni del mar peruanos como lo pretenden ahora, con la venia de algunas enceguecidas autoridades y algunos avarientos empresarios nacionales. Nada más que eso.