EL MUNDO, UN DÍA

Blog del Periodista Manuel Jesús Orbegozo. Este blog se mantendrá en línea como tributo a quien con su pluma forjo generaciones de periodistas desde la aulas sanmarquinas. MJO siempre presente.

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Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista hizo historia en el Perú y en muchos de quienes lo conocieron. Puede además ver su galeria fotográfica en http://mjorbe.jalbum.net Nota: MJO partio el 12 de setiembre para hacer una entrevista, la más larga de todas. MJO no se ha ido, vive en cada uno de los corazones de quienes lo conocieron.

Monday, September 07, 2009

NICANOR PARRA, 95 AÑOS




Nicanor Parra está cumpliendo 95 años, felicitaciones.

NICANOR, EL DEL ANTIPOEMA

Entrevisté a Nicanor Parra, el célebrado poeta chileno, en 1967. Ahora quiero recordar aquella vez que compartimos juntos una conversaciòn amena, un viaje divertido y un almuerzo medio opíparo.
Entonces, escribí en el Suplemento Dominical de El Comercio: He entrevistado a Nicanor Parra, antipoeta y catedrático de Mecánica Racional, chileno, de Chillán para ser más exacto, y estar a tono con las ciencias que él enseña y de las cuales vive "porque a estas alturas, hombre, déjate de bromas, la poesía no da a veces, ni para comer".
Nicanor Parra, en un restaurante de Magdalena, saborea una banderilla de anticuchos, mientras rojos claveles le rinden homenaje por ser él quien quiere tira a la basura todo lo que se ha venido escribiendo durante medio siglo de poesía, señoras y señores, tratándonos de tomar el pelo como a unos reverendos tontos solemnes que él detesta ya sean de izquierda o de derecha.
Y bueno, comiendo, comiendo yo le he preguntado ¿por qué tan surcado de arrugas? Y el me ha contestado que no son arrugas sino cicatrices. Y ha recordado escenas desastrosas: la epilepsia, las peleas a cuchillo entre los borrachos, su infancia sin zapatos y sin padre y el rostro de su madre multiplicándose y dividiéndose para alimentar a ocho hijos.
Ya ha recordado el día exacto en que llegó a Santiago y nadie fue a recibirlo como ahora que van a los aeropuertos y le ofrecen casa y comida y lo invitan a Moscú, a La Habana o a New York como para que hable en el "Pen Club"; como ahora que es protagonista de anécdotas memorables. Voy a contarles una: la que ha pasado en la residencia del Rector de la UNI la noche en que le ofreció un cocktail. Hasta allí llegó otro matemático chileno, colega suyo llamado Abuabuada que en árabe quiere decir "el que lleva el agua". Abuabuada se encontró en la reunión con el poeta y, vaya uno a saber con qué intención, le dijo: "Hola, Parrita, y tú, qué haces aquí?
Entonces, Parra se quedó de una pieza: "¿No será –dudó- que este cóctel no lo han hecho para mí"?
Cuánto me alegra ver a Nicanor Parra que se devora los anticuchos y saborea un vinito que, sin saber que era tan caro, yo pedí al mozo que nos lo sirviera.
Y bueno, yo le pregunto a Parra si su poesía sólo es una reverenda Cueca Larga, si nos quiere meter gato por liebre. El me contesta que no, que su poesía es un grito de guerra contra los reducidores de cabezas, una cosmovisión, una cruzada, porque no se concibe que nosotros sigamos bailando el "Danubio Azul" cuando los astronautas ya casi le rozan las barbas a Nuestro Padre Eterno.
Más temprano, en el Crillón, afirmó que su poesía es la oscilación entre lo trivial y lo trascendente, que su poesía es una montaña rusa, en una feria donde él hace de juglar, tratando, con gran sentido del humor que el hombre olvide.
Los vicios del mundo moderno: los trucos de alta banca el reblandecimiento de los favorecidos por la fortuna, la pena de muerte que pende sobre alguien, etc. Nicanor quedó encantado de los que lo entrevistaron porque hablaron muy bien sobre Eliot, Paul Eluard o Ezra Pound a quienes él admira, pero considera sólo subrealistas teorizantes.
Allí habló sobre la Relatividad, pero no les dijo que la importancia de la poesía crece en razón directa al cuadrado de la velocidad de la luz, cuya fórmula me parece que es: E igual a mc al cuadrado.
Le he preguntado, como "Portal", si no se siente identificado con Don Quijote de la Mancha. Me ha contestado que no, que él no ataca los molinos de viento creyéndolos gigantes, sino ataca a los gigantes creyéndolos molinos de viento.
Le he preguntado si en Chile es el número uno. El se limpia con la servilleta y medita porque para mentir y comer pescado hay que tener cuidado. "No puedo contestarte esa pregunta", me responde pero ya los críticos lo han hecho oportunamente. En las antologías van callando a Neruda, a Huidobro y en cambio hablan de Parra, de Gonzalo Rojas, de Lihn. Parra repite: "es feo que tenga que decirlo yo mismo, pero mi planteamiento afecta no sólo las ramas de la poesía nacional, sino las raíces mismas de los árboles que forman el bosque".
-¿Eres, entonces, el precursor de la antipoesía?
-"Aceptando que nada nuevo hay bajo el sol, yo publiqué "El gato en el camino" el año 1935, antes que los europeos inventaran el "anti"-todo. De esto no me dejará mentir Jorge Millas".
-¿Y el mensaje de Neruda sobre el hermetismo poético? "Tomás Moro prologó en 1942, "Tres poetas chilenos" y habló sobre una nueva luz en la poesía.
-¿Sabes qué luz era esa? –me preguntó el antipoeta, pero yo no le supe contestar como es debido.

Parra quisiera como postre unas uvas, como esas del valle de Chillán, pero "Sólo hay manzanas, señor, o peras de agua", explicó el mozo.
Parra dice que él estaba obsesionado por escribir poesía como lo estuvo por aprender matemáticas y de hecho se arrancó con "Déjenme pasar, señor que voy a comerme un ángel".
La señora era la poesía. Al libro lo conocen como "Romancero sin nombre" porque "Sin nombre" se llamaba el almacén de su barrio.
Enamorado de Lima –"de no vivir en Santiago viviría aquí o en La Habana"- el antipoeta dice que su teoría no es la divina pomada. Al contrario, aconseja a los que se inician: "Escriban como quieran". Ama la libertad de expresión y por eso protestó cuando los rusos acallaron a Daniel y Siniavski, pero al mismo tiempo protestó contra Valeri Tarsi y lo paró en seco cuando acusó a la URSS de totalitarismo cultural que "no es cierto".
El mozo pasa y repasa como diciendo "¿Puedo traer ya la cuenta?" como que, en efecto, la trae dobladita y yo patino en seco al ver ¡Qué caros son ahora los restaurantes de Magdalena! Entonces nos salimos a buscar algo nuevo como él hizo en su país, por ejemplo: Nacionalizar la poesía. (Y pensar que hay quienes están contra el sistema).
Vamos por la Avenida Salaverry. Parra califica a los poetas chilenos, "Salvo honrosas excepciones" de padecer de retoricismo galopante.
Y repite: "ya no hay derecho, hay que abrir las puertas y ventanas para que nos entre el oxígeno.
Luego abre su corazón para vaciar su agradecimiento a Aristófanes, a Chaplin, a los "rotos" chilenos y a Vallejo de quien, dice, ha aprendido mucho. Recita en el camino partes de "Los Caballos de los Conquistadores" o de "Canto Coral a Túpac Amaru"
Recuerda a Ciro tecleando "La Serpiente de Oro" y habla de Arguedas, de Hereaud y de Germán Belli. Justamente Belli estaba por ahí esperando su ómnibus. Lo invitamos a subir. El sube. (Un clásico ha subido).
Parra que comenzó en cero y que ahora tiene hasta una chimenea de piedra en su cabaña, --ahora vive junto al mar-, recuerda a su hijo Nicanor de 18 años que está dando la vuelta al mundo como "Help boy" a bordo de un barco sueco. Y a Catalina hoy casada con un discípulo de Ortega y Gasset, a quien escribió alguna vez: "Aunque sólo sea/ vista a la distancia/ niña inolvidable/ Catalina Parra". Y por supuesto también ha recordado a su hermana Violeta y a su sobrino Angel, -a quines conozco de cerca-, folkloristas los dos.
En el hotel, antes de despedirnos, con los ojos me anuncia que va a escribir una filípica contra los plátanos orientales, porque despiden un polen que lo ponen de muerte. El es asmático

ICA, TIERRA DEL PISCO
En una nueva oportunidad, ya más amigos, nos fuimos a pasear a Ica en mi automóvil,, unos 400 kilómtros al sur. Ica es una hermosa ciudad conocida universalmente como La Tierra del Pisco, Fuimos tres: él, el escritor Alfonso la Torre, y yo.
Cuando Nicanor cumpla 100 años -Alfonso, murió hace ya 10 años- y yo cumpla 89, escribiré la reseña de homenaje para recordar ese largo viaje que resultó incansable, y le haré recordar el sabroso sabor del pisco peruano que jamás olvidará.
MJO


FABRICA DE POESÍA
A Nicanor Parra, devotamente

Con permiso,
voy a instalar mi fábrica
de poesía para producir
peces voladores,
amapolas baratas,
hombres alegres
a tres centavos.
Fábrica para producir ángeles
o demonios
según el caso
y el cliente.
Mi fábrica se va a encargar
de arreglar lámparas
para los mineros.
Compondrá poesías en el suelo
para aprendices.
Los intelectuales
son de otra élite.
Ellos tienen factorías
de marca.

Mi fábrica será para
mecánicos de carros
no de metáforas.
Se encargará
de poesía barata
para salvar osos polares
en el Ártico.
No para salvar
Vírgenes del Sol
en el Cusco.

Mi poesía no tendrá lustre
no será exquisita,
será para el carbonero,
el electricista, el bombero.
No habrá distingos.
Todos entenderán mi poesía:
los pájaros bobos,
las ciruelas, los tomates,
las cocineras, las artistas
de la televisión.

Voy a poner mi fábrica
de poesía para todo el mundo
No solo para los entendidos,
sino para los ignorantes,
los misóginos, los acomplejados.

La poesía es la vida,
y la vida es la poesía,
dicen los sabios.
Es un arma eficaz
contra la tristeza y los banqueros,
contra
los contrabandistas del lenguaje,
y algún zafio pregonero
de la poesía pura.

Esa va a ser mi fábrica
de poesía construida
con piedras, en un zaguán,
en un columpio, en tus ojos.
Voy a dejarme de macanas
de buscar rimas o belleza
lingüística o semáforos
en agujeros de hormigas.
o guaridas de lobos.

Voy a hablar del destino,
de la muerte, de la vida,
de la humildad, de la soberbia
con que nos tratan
los puerco-espines
sabihondos.
Voy a hablar del carbón,
de la ceniza de que estamos hechos.
Si me va bien he de ampliar
mi fábrica de poesía
a las barriadas, los mercados.
los tugurios, los velorios,
las zamacuecas.

Y si no me va bien
me enterraré con mi proyecto.
Total, no se ha perdido nada.

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