EL MUNDO, UN DÍA

Blog del Periodista Manuel Jesús Orbegozo. Este blog se mantendrá en línea como tributo a quien con su pluma forjo generaciones de periodistas desde la aulas sanmarquinas. MJO siempre presente.

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Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista hizo historia en el Perú y en muchos de quienes lo conocieron. Puede además ver su galeria fotográfica en http://mjorbe.jalbum.net Nota: MJO partio el 12 de setiembre para hacer una entrevista, la más larga de todas. MJO no se ha ido, vive en cada uno de los corazones de quienes lo conocieron.

Friday, October 16, 2009

EL ZAMBO CAVERO A MEDIA ASTA

El domingo a las 3 de la tarde pasaba por el Parque El Reducto, en Miraflores que recuerda a quienes se inmolaron en la Guerra del 79. El auto se detuvo ligeramente pero me permitiò recordar que hacía 15 años, llevaba allí a mi nieto para enseñarle a rendirle tributo a la bandera emblema del Perú, mientras los soldados le rendían el homenaje militar que le correspondía. Mi nieto también saludaba militarmente a la bandera.

Mi recuerdo se enturbió de repente cuando me di cuenta de que la bandera estaba a media asta, lo estaba a causa de la muerte de Arturo Zambo Cavero.

Esto me conturbó mucho porque me hizo pensar hasta qué niveles de degradación lleva el abuso público ya no del pueblo común y corriente, sino de las más altas autoridades que gobiernan el país.

Porque no fue Juan Pueblo el que ordenó que izarán la Bandera Peruana a media asta por la muerte de Cavero, sino las más altas autoridades encabezadas por el mismo presidente de la República.

Recordé que el Zambo Cavero, a esa hora, ya habria pasado por el Palacio de Gobierno, el Parlamento, la Municipalidad de Lima, la Casa de la Cultura y habría recibido la más alta condecoración del Estado.

Para mí fueron unos minutos tensos pensar en la forma tan torpe cómo estaban procediendo las autoridades con un hombre que jamás pasó de ser un cantante acaso excelente debido a su estilo propio, pero nada más que eso, salvo su gordura excesiva.

También me permií meditar rápidamente en la funciòn mediática conformada por la prensa, la radio y la televisión locales que casi sin excepciones condujo a los usuarios, en su mayoría gentes de clase media hacia abajo, los condujo a donde los citaban, hacían lo que les proponian y finalmente hicieron lo que quisieran para devastar hasta la burla la figura del pobre Zambo Cavero.

Si el Zambo Cavero hubiera resucitado en esos momentos, habría quedado lelo, absorto, absolutamente conturbado en contra de todo lo que le armaron autoridades venales y pueblo ignorante, en el mejor sentido del término.

Zambo Cavero, como todo artista que muere, merece que se le recuerde y se le rinda el homenaje que se merece, pero abarrotar las plazas de Armas, de la Inqusiciòn, las avenidas más amplias que recorrió rumbo a su última morada, no; aún usar la misma carroza que ridiculamente usaba el presidente Prado o los embajadores extranjeros que venian al Perú a entregar sus credenciales, jamás.

El periodista César Hildebrandt fue uno de los primeros en protestar por lo ocurrido, y lo ha hecho muy bien, aunque acaso debió dejar el recuerdo de los grandes poetas peruanos como Alejandro Romualdo, Paco Bendezú y otros, para una próxima oportunidad, ellos nada tienen que ver en este entierro.

Los poetas mencionados por Hildebrandt padecieron de otro mal peor que el del Zambo Cavero, padecieron del mal de la ingratitud y la indiferencia, pero en vivo y en directo, vivos, no muertos, ahí si imperdonable comportamiento de cualquier autoridad política o social.

Para que uno de los poetas peruanos de más grandeza como fue Alejandro Romualdo pudiera vivir tranquilo sus últimos días, sus amigos le enviamos al Presidente de la República un documento firmado por decenas de intelectuales y artistas pidiéndole le fijara una pensión decente. El Presidente no contestó nada. Romualdo se muriò en la cuasi mendicidad.

Ahora, el presidente García y todos sus émulos tienen que ir pensando en que excequias le van a preparar a la Chola Jesús Vasquez, no, por supuesto, lo que le han hecho al Zambo Cavero, pero si un homenaje que represente el dolor del Perú por una de las cantantes de música criolla más grandes de nuestras historia.

Ahora, Jesús Vasquez agoniza en la más dolorosa miseria y soledad diarias azuzada por el mal de Altzaimer.

En fin, ya pasó lo del Zambo Cavero que merecía un homneasje como cantante de las músicas y letras de las composiciones de Polo Campos, con su propio estilo, pero nada más, no tanto como ha sido su entierro.

Hasta las banderas peruanas han sido humilladas al rebajarlas a media asta..

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