EL MUNDO, UN DÍA

Blog del Periodista Manuel Jesús Orbegozo. Este blog se mantendrá en línea como tributo a quien con su pluma forjo generaciones de periodistas desde la aulas sanmarquinas. MJO siempre presente.

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Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista hizo historia en el Perú y en muchos de quienes lo conocieron. Puede además ver su galeria fotográfica en http://mjorbe.jalbum.net Nota: MJO partio el 12 de setiembre para hacer una entrevista, la más larga de todas. MJO no se ha ido, vive en cada uno de los corazones de quienes lo conocieron.

Wednesday, January 20, 2010

HAITI Y DIOS

Voy a publicar unas crónicas escritas hace varios años de cuando visité Haiti. Las crónicas aparcieron en el diario El Comercio y posteriormente en mi libro “Testigo de su tiempo”, II Tomo. (Fondo de Cultura Económica, Carretera Picacho Ajusco 27, 14200, MEXICO D. F.)


HAITI:
DONDE DIOS ERA UN CONSUELO


Según referencias, el 90 por ciento del pueblo es católico, justamente, llegué el día en que se celebraba una fiesta religiosa muy grande: El Día de Dios.
Presencié por lo menos diez procesiones en toda la ciudad. Había que ver cuánta religiosidad, la gente acompañaba muy contrita a la Sagrada Hostia, que paseaba como no lo hace en otros países del mundo. En todos los hogares habían colocadas imagenes o se arrojaban pétalos de flores para homenajear el paso de Dios.
Haití es católico aunque eso nada tiene que ver con sus mágicas costumbres ancestrales, el vudú, una de sus más arraigadas manifestaciones culturales, tanto como el espeluznante misterio del zombismo, son prácticas nacionales. Algo de bueno debe darles el vudú, por ejemplo, dicen que quienes lo practican nunca roban ni cometen otras faltas o delitos porque saben que hay espíritus que los están espiando a control remoto, quienes podrían imponerles severos castigos.

LOS ZOMBIS
Esas prácticas fetichistas son muy comunes en Haití. Para tener una fuente digna de máxima credibilidad recurrí al más alto cultor del vudú y del zombismo: Max Beauvoir.
El me contó que dos días antes de la entrevista habían asesinado a 14 haitianos practicantes del vudú. Estaba muy preocupado por esa escalada de terror y afirmó que en tales circuntancias a estos no les quedaba sino armarse para repeler la agresión.
Una periodista del diario “Le Figaro” que estaba conmigo le preguntó a quiénes culpaba de esas muertes. Beauvoir contó que una turba había atacado su casa recientemente y señalo al padre salesiano Jean Bertrand Aristide como a la cabezxa de ese ataque.
Dos dias después el padre Aristide -que tiempo más tarde se convertiría en el Presidente de la República hasta cuando escribo estas páginas- me afirmó que tales acusaciones eran falsas. Rechazó de manera terminante las afirmaciones de Beauvoir. Inclusive reconoció al vudú como uno de los aspectos más valiosos de la cultura haitiana.
Los recients casos de asesinatos, los consideró como problemas de orden político. Dijo qe el pueblo había reconocido en los asesinatos, no a practicantes sinceros del vudú, sino a “macutos” o sea, a ex policías de Duvalier disfrazados de vuduistas. “Por eso los mataron” dijo. Aceptó al vudú de lo que tiene de positivo. “Estoy en contra –opinó- de sus aspectos negativos”, por ejemplo, todo tipo de maleficios y muertos gratuitos por envidia o venganza.
Ningún periodista que llega a Haití deja de interesarse por el vudú, ese compendio de magia y hechicerías que ha hecho de ese país un modo de vida y un atractivo turistico y científico de primera categoría. El máximo producto de estas prácticas vienen a ser los zombies, esas personas que caminan, comen, hablan, duerme, actúan pero que están como muertos. Es decir, ya no rsponden a sus propios deseos, sino a órdene de sus amos, como robots que se mueven a control remoto.
En Haití hay miles de especializados en vudú, pero el más representativo, la figura máxima del vudú hatitano, el “Papa del Vudu” es Max Beauvoir. A él había que entrevistar. Eso hice. tocine
HAITI

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