DIOS Y LA MADRE TERESA

El anunciado libro de la madre Teresa de Calcuta ya debe estar en circulación.
Se informó que el 4 de setiembre se ponía en circulaciòn en Roma, con el nombre en inglés de “Mother Theresa: Come Be my Light”.
Se trata de una serie de cartas escritas por la Madre Teresa durante su vida religiosa en la que si no pone en duda la existencia de Dios por lo menos duda de su bondad o lo increpa.


El interés que ha despertado este libro en el mundo cristiano es sumo porque como se sabe, la citada religiosa estuvo entregada a Dios durante toda su vida, a hacer el bien especialmente a “los más pobres de los más pobres”.
Su vida, desde que la entregó al prójimo, siempre estuvo sellada por la fe que tenía en Dios, su amor a Dios demostrado por su trabajo apostólico. Posiblemente en referencia al Asilo de Moribundos que fue la primera obras de gran envergadura que creo en Calcuta, dijo “De no tener nosotros ese hogar de moribundos, los que hemos recogido hubieran muerto en la calle. Pienso que solo por eso valía la pena tener ese hogar, nada más en la paz de Dios”.

De una larga entrevista, la madre Teresa respondió así a una pregunta anecdótica: “En Harlem se encontró con nosotras una joven de familia y me dijo: “Lo he dado todo a los pobres y he venido a seguir a Cristo. Jesus tiene a veces atenciones inesperadas. Una tarde en Londres recibí una llamada telefónica de la policía: “Madre Teresa, en la calle hay una mujer completamente borracha que la requiere. Fuimos a buscarla y cuando volvimos, me dijo:” Made Teresa, Cristo transforma el agua en vino para darnos de beber”. Estaba muy, pero muy borracha”,

Hubo una pegunta: “Para ud. ¿es muy importante ser católica?
“Si, para mi y para cada individuo, según la gracia que Dios le ha dado a cada uno.
-De modo que, ¿importa poco a qué parte de la iglesia cristiana pertenezcamos?”
-No, eso tiene mucha importancia para el individuo. Si una persona piensa y cree que es el único camino hacia Dios, si no conoce otro camino, si no duda y por tanto no tiene necesidad de buscar, entonces es ese su camino para la salvación, esa es la manera en que Dios viene a su vida. Pero, desde el momento en que un espíritu tiene la gracia de conocer a Dios debe buscar. Y si no busca, se aleja del buen camino,. Pero Dios concede a todos los hombres que ha enviado una posibilidad de encontrarse cara a cara con El, de aceptarle o rechazarle”.

“Yo creo profundamente en Dios”, dijo en otro momento. Gandhi dijo en una ocasión que si los cristianos hubieran vivido plenamente su vida cristiana, no habría ya hindúes en la India. Las gentes esperan pues, que nosotros vivamos plenamente nuestra vida crisitiana”.

La madre Teresa vivió plenamente su fe en Dios, en Cristo tal como se puede comprobar, no por lo que señalaban sus palabras sino por lo que señalan sus actos.
Dejó el Colegio en el que enseñaba a una altísima clase social para ir a recoger a los moribundos que todas las madrugadas eran recolectados or camiones de basura en las calles de esa vieja ciudad. Y en el “Normal Hriday” – Hopicio de los Moribundos, creados por la Madre- no trataba de volverlos a la vida sino que los preparaba para morir. “Si vivieron indignamente, por lo menos que mueran dignamente” era su ley.

De pronto, ahora en 2007, a los diez años de su muerte, se da la noticia de la aparición de un libro donde la madre Teresa plasma su “silencio de Dios” o sea, para nosotros, sus dudas sobre Dios.
El papa Benedicto VI ha dicho que el libro contiene las meditaciones o dudas de la Madre Teresa que él las considera normales para un cristiano que de todos modos, hay momentos en que se le presenta “su silencio de Dios”.

Dura, para nosotros, porque nunca olvidaré -como lo he recordado varias veces- cuando veia a la madre Teresa recorrer con el viento, el desierto del “Triángulo de la Muerte” en Etiopia” en 1987, cuando lo azotó una sequía despiadada.
Yo no creía que se estaban muriendo 6 mil personas todos los días, pero me lo confirmó John McMillin, director del World Vision Missionary para el África. Creo que ellos sostuvieron una reunión con la made Teresa.

Cuando la made Teresa, pasó por “Table Road”, en Mekele, luego de recorrer el desierto donde cientos, tal vez, miles de etíopes se estaban muriendo, entonces, vi a la made demasiado confundida, demasiado silenciosa, demasiado abruamada. Cuando al siguiente dia pretendí, salir con ella a otro lugar, ya ella habia partido una hora antes a ver el desastre.

Es posible que esos designios de Dios tengan que haberle hecho meditar muy rudamente , como a un cristiano cualquier de nosotros. ¿Cómo Dios podría permitir que miles de etíopes murieran esqueletizados cuando era tan fácil hacer llover en la región, como todo remedo?. O cuando menos, el Vaticano o las empresas millonarias mundiales juntaran dinero suficiente para saciar el hambre etiope. El drama de la muerte por hambre es atroz.
Me tocó viajar con el periodista Fausto Fernández Ponte, de EXCELSIOR de México. Cuando estábamos observando en una rampla, vimos que a una madre su hijo de 15 años se moría en sus brazos, pero además, otro de sus hijos también se moría en sus brazos. Le pedimos que saliera del shelter para tomarle una fotografía y ella salió. Y cuando el niñó dobló la cabeza, muerto, yo le tomé la fotografía y volteé para que Fernández observara esa primicia. Fernández estaba llorando. El y Ashkale, nuestra guía etiope, estaban llorando.
Esa tarde, ya no volví a tomar fotos de moribundos y Fernández se regresó a Addis Abeba. Tampoco volvi a apuntar listas de muertos ni de cuántos niños habían sido devorados por las hienas a la media noche.

Esperemos que lo que nos diga la madre Teresa, -inminente Santa futura- cuáles son sus dudaa y cuál su intensidad. El Papa Benedicto IV dice que todos los creyentes debemos, a veces, tolerar el “silencio de Dios”, aunque muchos de los cristianos, no quisiéramos que el silencio de Dios nos doliera demasiado.