EL BID LE DA GAS A CHILE
Según esta noticia publicada en el diario LA PRIMERA y otros diarios locales, Chile tiene derecho a recibir gas junto a México.
Nosotros estamos obligados a creerles primero a nuestras más altas autoridades y después al resto, al BID. El ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia Romero saliò a desmentir esta noticia, aunque no fuera terminantemente. El día anterior, Valdivia Romero sí declaró terminantemente que Chile no tendrá gas.
LA PRIMERA publicò la noticia en la que textualmente decía: CHILE SI TENDRÁ GAS, Documento del BID revela que préstamo fue aprobado para venderle gas natural a México y al vecino del sur”.
Desmintiendo lo que dice oficialmente el Perú, el BID (Banco Internamericano de Desarrollo) en su página web, donde detalla las condiciones del préstamo de 400 millones de dólares, para la exportació del gas. En la sección respectiva informa que LNG Perú tiene un acápite donde se afirma que el proyecto diseñado para la producciòn de gas a un costo de 1,200 millones de dólares, toma en cuenta la participacion de México y Chile como compradores de gas natural.
El Perú, otra vez se soliviantó y otra vez el Ministro Valdivia Herrera volviò a decir que Chile no tendrá gas, pero no pudo evitar recordar que eefectivamente hay un acapite del BID que hace una menciòn a la venta del gas a Chile.
Lo que ocurre es oprobioso para el Perú. Es como decir que el BID se rie del Perú. Es como decir que Chile se rie del Perú. Es como decir que medio mundo se rie del Perú, de sus más altas autoridades de ayer y de hoy, de instituciones extranjeras que nada tienen qué hacer con el Estado Peruano y que, sinembargo, se meten y dterminan -como en este caso-, que Chile va a usufructuar nuestro gas. LA PRIMERA editorialmente dice: ¨¿Quién manda aquí, el gobierno que elegimos o el gobierno paralelo”
Es hora de poner las cosas en su sitio. EL Perú no quiere venderle gas a Chile, y punto. Ni mil BIDS ni mil otros organismos internacionales por muy poderosos que sean pueden intervenir dentro de nuestros decisiones e intereses nacionales. El Perú ha determinado por qué no venderle gas a Chile. No es un capricho ni es una tontería. El Perú sabe que en el sur no tenemos a un amigo sino a un enemigo, es decir, a un vecino infraterno.
Lo del problema limítrofe actual lo retrata de cuerpo entero como un país demasiado ambicioso y desleal.
Eso está por demostrarse en La Haya. A Chile se le dio por declarar que el mar de Tacna era de él y lo tomó y lo retiene como si fuera de él. Sabe perfectamente que las razones que esgrime son antijuridicas y ridículas, pero ahí está, ahí está jugando con fuego dadas sus prepotencias y sus infraternidades.
Es el momento en que el Perú ponga las cosas en su sitio y muera en su ley: que renegocie. No gas a Chile, y punto, por encima del BID y de cuantas insituciones extrañas pretendan intervenir en nuestros problemas interiores. Y ni el BID ni nadie puede preguntarnos, menos exigirnos, por qué tomamos esas medidas, por qué no le damos gas a Chile, el problema es nuestro, un problema conocido, además, por el mundo entero dada su ambiciòn teritorial desmedida y su pésimo comportamiento de diplomacia internacional.
Como siguen habiendo conexiones entre la situacion actual y lo que proponía una parte del artículo de internet que copié en mi blog anterior, lo vuelvo a reproducir bajo las condiciones personales explícitas:
“Una posibilidad es que los chilenos abastezcan su industria con gas de Indonesia o de Argelia, pero el recargo por el transporte desde tan lejanos lugares no les permitiría revender gas a Argentina. En consecuencia, está totalmente dentro de lo posible que los chilenos tengan entre sus cálculos adquirir gas del Perú (de Camisea o de otros yacimientos), para lo cual tienen los siguientes elementos a su favor: a) el Apra es un partido prochileno, es el brazo político de Chile en el Perú, y es seguro que Alan García trate de cumplir la promesa que hizo a poco de tomar el poder: que si se encontraba más gas en el Perú, sería para venderlo a Chile;
b) Suez Energy —socia de Codelco en el proyecto de Mejillones— trabaja en Chile y en el Perú y, visto el servilismo de Alan García y del Apra hacia Chile, ve como cosa fácil vender el recurso energético al enemigo histórico del Perú;
c) la Constitución peruana y las leyes vigentes garantizan que el Perú pierda soberanía sobre el destino final de sus recursos naturales1;
d) los medios de prensa, salvo las excepciones de La Primera y La Razón, la televisión y la radio (excepto CPN y Radio San Borja) están en colusión con los intereses chilenos y guardan silencio frente a esta peligrosa situación, evitan todo debate o cuestionamiento que en lo referente al gas pueda entorpecer los designios de Chile, país delincuente y destructor del Perú.
En lo tocante al tema constitucional, ahora entendemos por qué el Apra no desea cumplir su promesa electoral de retornar a la Constitución de 1979, porque ésta posibilita que el Perú defienda mejor sus recursos. Mantener vigente la Constitución de 1993 es una excelente coartada para los traidores y entreguistas del Apra, ya que les brinda un mejor contexto para la pérdida de soberanía.
Esta posible venta de gas peruano a Chile, …tiene tres facetas importantes: a) dignidad y soberanía. Por dignidad no podemos tener gestos amistosos hacia Chile, que nos hizo la guerra y continúa usurpando Arica y Tarapacá; y por sentido de soberanía, no podemos permitir que un consorcio extranjero como el de Camisea o cualquier otra empresa decida a quién vender o a quién no lo que no pertenece a extranjeros sino a todos los peruanos; b) seguridad. Por un básico concepto de seguridad no debemos nunca vender gas ni ningún otro recurso valioso a un país probadamente hostil y enemigo como Chile, que nos hizo la guerra para usurpar nuestros territorios de Arica y Tarapacá y hasta ahora quiere robarnos más territorio y mar (¡por eso llevamos el caso a La Haya!), ni tampoco dejar en manos de extranjeros la decisión crítica y vital de qué hacer con nuestros recursos naturales; c) economía. El Colegio de Ingenieros del Perú y especialistas demuestran que procesar el gas acá en industria petroquímica nos daría tres veces más ganancia que exportarlo y, además, proporcionaría empleo para los peruanos.
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