LOURDES FLORES, ANTIPATIAS

Lourdes Flores es una de las mujeres políticas más conocidas del Perú. No solo por sus intervenciones en periodos eleccionarios, sino porque, por ejemplo, es posiblemente la única que ha recorrido el Perú de pies a cabeza y ha escrito un libro magnífico comentando al hombre peruano en todas sus singularidades así como a la hermosa o ruda tierra donde vive desde tiempos inmemoriales.
Ha ejercido altísimos cargos honoríficos académicos en su calidad de abogada y políticos como parlamentaria, y candidata a la primera magistratura en dos oportunidades.



En las elecciones del 2006 compitió con dos candidatos más: Alan García Pérez y Ollanta Humala.
Como se recordará, luego del cómputo realizado en la primera vuelta, Humala les ganó a los dos candidatos. Lourdes quedó en 3er lugar. Fue un gran desengaño nacional porque había la sensación de que ella sería la ganadora, si no lo fuera en el primer conteo, lo sería en el segundo. No fue así. La presidencia la definieron Humala y García Pérez.
El candidato del APRA ganó, pero con los votos de Lourdes por un cálculo hecho en todas las clases sociales o políticas derechistas o “democráticas” del país. Lourdes estaba señalada como candidata de centro derecha y Humala como de izquierda.
En el país, ciertas clases políticas de peso, le tenían asco a Humala y a García porque éste en su primer gobierno fue un desastre. Sin embargo, en la batalla final, era preferible votar por García que por Humala, serrano, cachaco e izquierdista, y por eso aquel fue el elegido. La cuestión étnica o la falta de nacionalismo todavía es una enfermedad nacional

Fue un golpe muy duro para Lourdes, tanto que los partidos de Unidad Nacional que formaban su alianza eleccionaria, se rompieron en mil pedazos. Tan duro fue el desastre que meses después, Lourdes declinó toda participación política, menos aun con aspiración presidencial.
Casi a los dos años de esta debacle, se ha reanimado. Ahora está buscando cómo sacar la cabeza de abajo tierra.
Por ejemplo, luego de ser reelecta presidenta del Partido Popular Cristiano al que pertenece desde cuando era universitaria, criticó severamente la relación entablada entre Alan García y Hugo Chávez, en la reunión de mandatarios en Santiago de Chile.
Se enfureció al saber que Chávez le había ofrecido a García cooperación en el campo petrolífero: búsqueda de nuevos pozos, instalación de refinerías, etc. Ambos mandatarios están actualmente en conversaciones y ojalá el Perú salga ganando y no perdiendo.

Claro, Lourdes, como ciudadana y política que es, tiene todo el derecho a opinar lo que le de la gana en lo que se le dé la gana, pero esto de opinar de entrada contra Chávez, no se vio bien, se vio puro oportunismo criollo.
Parece hacernos recordar que no tiene ni cuerpo ni alma de política, de gobernante, de lo contrario, habría ganado cualquier de las dos elecciones presidenciales a las que ella postuló con grandes ínfulas en períodos antepasados.
Para muchos de nosotros, el acercamiento a Chávez nada tiene qué hacer con sus planteamientos ideológicos que ni siquiera son sólidos sino apenas populistas.
¿Quién no quisiera dejar de ser pobre solo perteneciendo a su movimiento o a esa campaña denominada ALBA que solo sirve para operar gratuitamente a los que tienen cataratas o presbicia.
Claro que de paso, es una propaganda subliminal hacia su política antiimperialista y el mismo Chávez dice, “Bolivariana”, que viene del Libertador Simón Bolívar, ahora bastante cuestionado.

Llama la atención que una mujer con tanta experiencia política, lo primero que haya hecho al iniciar su campaña de ingreso, se ocupe de Chávez, una injerencia como la del Rey, que nunca debió meterse en cosa de plebeyos.
En fin, Lourdes es la única responsable de sus actos.