"MUSEO DE LA MEMORIA" EN PROBLEMAS
”He leído con detenimiento la copia del Documento que se adjunta, sinceramente creo que comunicar la verdad a las generaciones futuras es más que una muestra de transparencia, lo es de madurez social. La violencia fue responsabilidad principal de la subversión de Sendero Luminoso y del MRTA, es cierto que el Estado actuó y venció, en algunos casos pudo haber o hubo excesos. No somos jueces y menos dioses para determinar ello, pero también es cierto que la verdad se oculta de muchas maneras, una de ellas es evitar mostrar que el Estado actuó con el aval implícito de la opinión pública y pretender que el conflicto fue un problema de bandas delincuenciales violentas. Basta revisar las encuestas de entonces, cuántas personas decían "basta ya", dando un aval implícito a un accionar del Estado que pudo ser igual de cruel, sanguinario y violento que la subversión; pero, entre uno y otro, el Estado fue éticamente superior, el Estado buscaba restaurar la convivencia pacífica y no hacer de la violencia su modus operandi per secula seculorum, el Estado buscaba restaurar la democracia donde la discrepancia es tolerada. Los otros no, la subversión quería imponer su verdad y aplacar la discrepancia con la muerte del opositor. La historia del Estado peruano nos ha demostrado que pudo haber y hubo excesos con mayor o menor intensidad, dependiendo del régimen de gobierno, pero el Estado como entidad permanente desde 1821 no es el promotor de la violencia y menos del terrorismo.
Contextualicemos los hechos para que las futuras generaciones no incuben resentimiento hacia las instituciones del Estado peruano, particularmente hacia nuestras fuerzas del orden (FFAA y FFPP), quienes fueron las encargadas de enfrentar a la subversión, con todos sus matices.
Que se sepa, por ejemplo, cuando se atacó y capturó rehenes en la residencia del embajador de Japón, hubo encuestas de opinión pública en las que se formulaba preguntas como, ¿cuánto tiempo considera usted que debe esperar el gobierno para intervenir y recuperar la residencia?, la respuesta mayoritaria era cuatro meses, haya o no sobrevivientes. Estoy seguro que antes también se realizaron encuestas de este tipo.
Entonces, siendo conveniente que se sepa la verdad, también es cierto que en dicho museo debe darse a conocer que el Estado actuó con un aval mayoritario de la población en el aciago período de la violencia.
Tengamos presente que la presión social para la salida del tercer fujimorismo no se sustentó principalmente en actos de violencia, sino en la indignación colectiva que hizo que, a pesar de que contaba con respaldo del poder fáctico e institucional, Fujimori tuvo que renunciar ante una posible destitución del Congreso y renovarse la clase política con capacidad de conducción de la república en solo ocho meses, con el gobierno del Dr. Paniagua.
Como algunos han apuntado en anterior oportunidad, si realmente queremos que la historia no se repita hay que promover la indignación ciudadana contra todo tipo de violencia, porque solo así quien pregone la violencia como mecanismo de cambio social será excluido y rechazado. Un museo que no incluya el registro del sentir mayoritario de la opinión pública de entonces hace un registro parcial de los hechos, por consiguiente, no logra su cometido y hay que reformular su planteamiento y su conceptualización, de lo contrario generará rechazo, solo será un registro de hechos de violencia de unos en contra de otros, como si los demás ciudadanos hubiésemos estado al margen...y eso no fue así.
Con el mayor afecto
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