EL MUNDO, UN DÍA

Blog del Periodista Manuel Jesús Orbegozo. Este blog se mantendrá en línea como tributo a quien con su pluma forjo generaciones de periodistas desde la aulas sanmarquinas. MJO siempre presente.

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Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista hizo historia en el Perú y en muchos de quienes lo conocieron. Puede además ver su galeria fotográfica en http://mjorbe.jalbum.net Nota: MJO partio el 12 de setiembre para hacer una entrevista, la más larga de todas. MJO no se ha ido, vive en cada uno de los corazones de quienes lo conocieron.

Monday, January 19, 2009

LA TRAGEDIA DE GAZA

CRHRISTINE MURIO DE MIEDO

Por L.L. Caro

El rugido de la artillería israelí acercándose cada vez más a su barrio pobre de Al-Remal, ahogado bajo las bombas por séptimo día consecutivo, fue demasiado para Christine. Tenía 14 años, era estudiante de décimo grado e hija de un médico. «Murió de miedo. Desde que comenzó la guerra sintió el peligro, sufrió desórdenes neuróticos e histeria como tantos otros niños. Cuando los F-16 volvieron a disparar los misiles aquel viernes, cayó al suelo aterrorizada por el ruido. Su padre intentó ayudarla, pero no pudo. La tomó en sus brazos para intentar reanimarla en el hospital, pero murió antes de llegar». Quien lo cuenta es el sacerdote que está al frente de la iglesia del patriarcado latino de Gaza, Manawei Mussallam, íntimamente vinculado a la pequeña comunidad cristiana ortodoxa a la que pertenece la familia de Christine, a quien no se pudo dar sepultura hasta cinco días después por la locura odiosa de la guerra. Era el 7 de enero. Día de Navidad para esa fe religiosa.

El diagnóstico forense de Christine apuntó a un ataque al corazón. Su pánico insuperable habla de la pérdida terrible de otra generación de niños gazatíes, que se consumen presa del terror a morir asesinados mientras duermen, de camino al colegio o confundidos en inmensos desórdenes psicológicos después de ver a sus padres impotentes e incapaces de proporcionarles seguridad.

Ya no hay nada que hacer por los al menos trescientos menores que han perecido en la Franja desde el 27 de diciembre. La tragedia son los pequeños que todavía están vivos y su sufrimiento espantoso: «El 36% de los niños de entre 8 y 12 años y el 17 de las niñas desea morir en los ataques del Ejército de Israel». Son datos del Programa de Salud Mental de la Comunidad de Gaza que dirige con tesón incansable el doctor Eyad al-Sarraj desde hace más de diecisiete años y durante los que ha podido documentar cómo las graves secuelas mentales acaban arrojando a los menores en brazos de los grupos armados en la edad adulta. «Un niño expuesto a tanta violencia se convierte en violento», ratifica el director del hospital psiquiátrico de Gaza, Aish Samur.

Traumas psicológicos


Los menores de Gaza dibujan tanques, puestos militares, se comen las uñas, tienen pesadillas y padecen dolores de causa desconocida, llantos y episodios de introversión. Un 47% sufre traumas psicológicos sin que sus familias se den cuenta. El 30% se niegan a dormir solos y arrastran una severa incontinencia urinaria. La operación 'Invierno caliente' lanzada por Israel en mayo aumentó un tercio el número de pacientes infantiles en los servicios de psiquiatría, donde tratan de sacarles de las escenas de muerte, de funerales, de excavadoras arrancando árboles, de niños asesinados, que martillean su imaginación.

La foto de Christine contraída y amortajada en los periódicos árabes de Israel ha sacudido conciencias, aunque nunca las suficientes. En el diario 'Al-Quds', el autor palestino Sam Bahour escribía: «Nunca te conocí y sin embargo te quiero como a mi hija de tu edad. Viviste 14 años en miedo permanente. Perdón porque ni yo ni el mundo actuamos con suficiente tiempo como para darte una vida normal, una vida digna».
(Desde Gaza)

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