¿SOMOS UN PAIS MALEDUCADO?
Desde hace muchos años, la imagen que los peruanos presentamos ante los extranjeros es que no somos bien educados y esto va desde el comportamiento personal hasta el comportamiento grupal. Socialmente, nuestro comportamiento da pena.
Hemos perdido muchos valores o, por lo menos, no les damos la importancia que debemos, La invasión de culturas exógenas – “la TV basura”-, la pobreza, nos han malogrado, nos han pervertido, nos han hecho cambiar casi radicalmente el buen comportamiento que fue honra y prez de antiguas generaciones.
La línea aérea LAN chilena pasó, hace algún tiempo, un video que nos desacreditaba brutalmente, colocándonos más debajo de las patas de los caballos. Pero ese video tenia su finalidad, desacreditarnos.
Pero, ahora no, ahora la TV chilena pasó un video donde registra aspectos de la vida de los peruanos afincados en Santiago. Allí muestra escenas denigrantes protagonizadas por nuestros compatriotas.
Es la revelación de la cultura de varios sectores del pueblo peruano caracterizada por la vulgaridad en su comportamiento: los bailes afrodisíacos, la borrachera, el vandalaje, el narcotráfico, la degeneración abierta a la luz del sol o de la luna.
Nadie podrá negar esta realidad. Por supuesto que habrá muchos peruanos residentes aquí o en el extranjero que no entran en esta danza y observan una conducta irreprochable, respetable y ejemplar; en buena hora.
El citado video tiene las mismas características de cualquier video filmado en el Perú a grupos donde se da rienda suelta a las mismas expresiones de bajos instintos donde de la borrachera fácilmente se llega al crimen.
¿Cómo arreglar esta situación, cómo componer este desmadre? Solo imponiendo educación desde que se nace hasta que se muere.
En los temas que enarbolan todos los gobiernos del mundo para consagrar o desarrollar sus Estados figura, en primer término, la Educación. Primero que todo es Educación, luego viene Salud y, en tercer lugar, Trabajo.
Chile emprendió hace muchos años planes educativos severos que le está dando magníficos resultados, según se le escuchó declarar a uno de sus educadores y funcionarios, a través de Canal N, Perú.
Pero no solo Chile sino todos los países donde se deja atrás cualquier otro plan de desarrollo nacional y se coloca primero a la educación.
O sea, el gobierno, el presidente de la República, sus ministros, el Congreso, son los entes responsables de la educación en el país, en este caso ellos son los directamente responsables de semejante situación social.
Por supuesto, que algunos altos personajes no dejan de ser mal educados, es decir, de no saber comportarse correctamente. En las alturas también hay “perreos”, “polladas”, “ampayes”, a su estilo. Un diario local denunció a un Ministro por haberse adueñado de una playa completa con bunker exclusivo y otras gangas. Otro ex ministro acaba de enjuiciar a su padre por intentar no dejarle más herencia. Y un parlamentario ha amenzado a sus obreros dejar de pedir aumentos de sueldo pues si se van a la huelga, el arreglará el asunto con su pistola. Estas son “perradas” fruto de ser maleducado. Estos casos tienen la misma dimensión delictuosa de lo que sucede en una barriada.
Es una vergüenza que los jóvenes y ahora hasta los niños, estén preocupándose de las fiestas populares donde dan rienda suelta a sus nacientes instintos de corruptela. El “perreo” es una práctica común y corriente degustada en todas las fiestas sociales, desde los clubes de baja estofa hasta los de mayor categoría. Una insinuación vergonzosa.
Una costumbre que empezó siendo pacífica y humanitaria se convirtió en una fábrica licenciosa que termina en borracheras incontrolables y crímenes de telenovela. Se las conoce como “Polladas”. No hay pollada que no termine en crimen.
En suma, el Estado, las autoridades gubernamentales en conexión con los maestros deben crear planes educativos generales, masivos y rotundos, sin medias tintas. No regalando una laptop por niño se va a acabar con la degeneración social. Se tienen que buscar métodos más eficaces que terminen con la perversión, Y por supuesto, solicitando la ayuda de los medios de comunicación que –dígase de paso- también necesitan educarse. Hay muchos periodistas que violamos flagrantemente las normas deontólógicas más elementales de la profesión y por lo tanto, con sus miserables frivolidades, “ampayes” y otras prácticas perniciosas, también cooperamos a la degeneración.
Ojalá, dentro de algunos pocos años, la televisión de cualquier país americano no pase videos desagradables sobre el comportamiento de los peruanos ante lo cual estamos obligados a mostrarles una imagen no solo basada en la educación, sino también en el sentido de nacionalidad férrea que también nos es escasa.
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