SRI LANKA Y LOS TAMILES
“En 1948, se convirtió en una país más con asiento en las Naciones Unidas y es muy bello, aunque muy pobre, Pero además, cuando lo visité campeaba el fantasma de la escisión, el de partirse en dos. Los tamiles, que con una minoría importante, querían separarse de los cingaleses, que son la mayoría. La guerra era a muerte, lo sigue siendo hoy”.
Esto escribí en 1986, después de mi visita a Sri Lanka pero he seguido su vida dramática desde lejos con la idea de que los srilankeses podrian derrotar a los tamiles, porque ésta era una minoría imposible de separarse a pesar de ser étnicamente diferente y diferente lenguaje. La historia les está dando la razón a los srilankeses y las últimas noticias son que los tamiles ya se ha rendido definitivamente.
Cuando estuve en Colombo conversaba todo los días con un amigo muy culto, ex universitario, pero que la pobreza lo llevó a ganase la vida como zapatero remendón.
Un día, una bomba tamil cayó en el Mercado Central y produjo un desastre Mi amigo Mahinda tenía su puesto debajo de una escalera del Mercado Central. Es más que seguro que la bomba estrozó la vida de Mahiinda.
Noticias sobre Sri Lana aparecen todos los días en los diarios. Yo quiero rendir mi homenaje a la paz dal país y a Mahinda publicando un poema que escribí hace varios años conmovido por el suceso.
He aquí el poema:
EL ZAPATERITO DE SRI LANKA
Mahinda tenía su zapatería en la calle,
como una caricatura de taller.
Estaba bajo una escalinata conectada
con el mercado de Colombo parecido a una ciudad.
Fue estudiante de abogacía.
Y 40 años de lágrimas provocados por los tamiles
estaban destruyendo su país.
Era muy hábil, se conocía de memoria
la historia de Sri Lanka, y era muy gentil y modesto.
como para recibirme un pan
o dos que le alcanzaba todas las mañanas
antes de empezar a deshilacharme su país.
Sabía toda la historia del té de Ceilán y la sucesión
de gobernantes y de países extranjeros
que trataron a su país como a un esclavo,
como a un pedazo de carne que le sobraba a la India.
Trabajaba desde las siete hasta la siete
Y luego cerraba su caricatura de taller, metía
en un cajón los clavitos y las estaquillas
de los zapatos que le sobraban, y se iba.
Yo regresé a mi país y ayer leí una noticia
que ha escarapelado mi alma:
los terroristas tamiles
volaron el mercado de Colombo:
Más de 300 muertos y más de 2 mil heridos.
Yo solo quisiera saber,
Mahinda, zapaterito remendón srilankés
¿dónde estabas a esa hora?,
¿Te cogiò desprevenido la explosión
y volaste despedazado por las bombas?.
¿Dónde estabas tú, amigo mío,
dónde estabas a esa hora
tú que pudiste ser ministro de la Bandaranike,
dónde estás, ahora amigo mío, hecho pedazos o
herido de muerte?
¿Desparramado en los alrededores del mercado de Colombo,
maldiciendo a los poderosos y al terrorismo tamil?
¿O qué?
¿Dónde estás Mahinda, srilankés de mi alma, amigo mío,
dónde estás, finalmente?
Yo solo quiero saber dónde estás, Mahinda
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