LOS CINCO ROSTROS DE GORBACHOV
Recientemente vi a Miahil Gorbachov en una fotografía irrelevante. Entonces lo recordé cuando la”Perestroika” estaba en pleno auge y él era el “hombre fuerte de la URSS”. La vida da muchas vueltas, dice la sabiduría popular y entonces todo pasó a la historia. Recuerdo que estuve cerca a Gorbachov en 5 oportunidades diferentes y en cada cual, el famoso líder soviético, tuvo un rostro distinto porque las circunstancias también fueron distintas. Me explico:
Reijiavick, (Islandia 1985), esa mañana de la cita cumbre, Mihail Gorbachov desembarcó en el hielo con su comitiva y al lado de Raisa, ambos vestidos común pero elegantemente. Después se reuniría con el presidente George Bush cuando una amenaza de destrucción masiva pendía sobre el mundo como una Espada de Damocles. La diabólica Guerra de las Galaxias dependía solo de presionar un botón "made in USA". Había, pues, que desmontar los arsenales de armas atómicas rusas y norteamericanas. Cuando después de discusiones apuradas ambos ofrecieron una conferencia de prensa, los periodistas que asistimos a este país en el Polo norte, nos sentimos desalentados. No se había conseguido casi nada esperanzador. Bush y Gorbachov mostraban tensos rostros. El de Gorbachov era más tenso aún.
Moscú (URSS), una nueva reunión del mismo estilo en la cumbre: Bush había bajado el tono de sus amenazas y cuando ambos ofrecieron una restringida conferencia de prensa, las cosas aparecían con otro matiz. Se habían alcanzado logros imprevistos. "El mundo podrá dormir tranquilo", comentamos los periodistas en el salón de prensa. La guerra nuclear estaba controlada porque ambos líderes habían coincidido, no era posible acabar con el planeta. Los cohetes de mediano alcance habían sido reducidos casi a cero, no recuerdo bien; entonces se abrazaron en público y se hicieron bromas, los rostros de ambos líderes eran otros; el de Gorbachov era de una satisfacción serena, humana, mundial.
Moscú (URSS, 1987), otra vez Moscú. La Plaza Roja estaba rebosante de placidez, de flores y de gentes que tiritaban de frío, pero sonreían felices. Celebraban el 70 aniversario de la famosa revolución rusa que cambió al mundo en Antes de y Después de. Recuerdo que Alfonso Barrantes y los jerarcas comunistas del tercero y cuarto mundos como el Perú, fumaban apurados cigarrillos de neblina en el palco oficial. La Perestroika y el Glasnost –extraordinarias estrategias políticas de Gorbachov- estaban en pleno auge, mientras Lenin soñaba con el socialismo aunque en una cripta helada. Poco tiempo después todo se iría al diablo en un mar de contradicciones, ni siquiera las correspondientes al materialismo dialéctico: la URSS gigantesca y poderosa se deshacía como un pobre cubito de hielo en un vaso de whisky. El rostro de Gorbachov, en las tribunas no era sombría, pero sí de honda preocupación.
Pekin (China,1998), fue un milagro que de unos más de mil periodistas que asistíamos a la cumbre Ten Siao-ping - Mihail Gorbachov, solo una veintena estuviéramos presentes cuando ambos líderes avanzaran hasta encontrarse y estrecharse las manos, en uno de los salones más suntuosos del Palacio del Pueblo. Treinta años habían pasado desde cuando ambos gigantes del Asia comunista rompieron relaciones diplomáticas y partidarias y hasta se haya insultado a los soviéticos, -los chinos les decían revisionistas-. Teng y Gorbachov firmaron la paz. El líder fue a visitar la famosa Muralla China. Ahí me había apostado en un lugar estratégico, tan cerca que logré fotografiarlo a dos metros de distancia. Mientras tanto, los universitarios chinos habían empezado una huelga de hambre en la Plaza de Tien Anmen que terminó en una masacre, según algunos interesados periodistas occidentales que así bautizaron a la rebeliòn sofocada por Teng a sangre y fuego. El apacible rostro de Gorbachov cubría una interna imagen de flagrante desorientación.
El Vaticano (Roma), todos pensamos que esa reunión era imposible, un representante de Dios y un ateo no puede ser. Pero San Pedro hizo el milagro y ambos líderes de la URSS y de la Iglesia Católica se reunieron en El Vaticano y conversaron mientras nosotros bromeábamos en las afueras pensando en que el Papa no le iba a perdonar tanta diablura a Gorby, diminutivo por el que era nombrado en las primeras páginas de los periódicos italianos. Fue una cita histórica de la que se desprendió que el agua y el aceite sí se pueden mezclar igual que los representantes de Dios y del Diablo, en la utopía, se juntaron para conversar sobre los problemas del mundo. Allí, Gorbachov mostró un rostro jubiloso. Pero, más jubiloso todavía, vi el rostro de Raisa. Recuerdo que sus ojos tenían un cierto matiz de alegría aunque mezclada con tristeza. Pocos años después, Raisa, la hermosa, la elegante, la silenciosa, la digna Primera Dama de la Nación rusa, moría llevándose con ella para siempre una media fama política de su camarada Mihail, y una media vida de Gorbachov, su hombre.
Lima, (Perú 2004), no lo vi personalmente, sino fotografiado en los periódicos. Lo enccontré muy envejecido porque el paso del tiempo es implacable; pero eso sí lo vi siempre serio, digno, aunque triste, explicando las mismas contradicciones del hombre y del mundo desde cuando era el jefe supremo de la URSS hasta hoy en que es un hombre solo, sin Raisa, conferencista político eminente y, tal vez rico, aunque alguna vez y por circunstancias supuestas, posa como modelo masculino para promocionar fried-chikens corcantes o cocakolas aburridas.
(Gorbachov, la “Perestroika” y la URSS pasaron a la historia. ¿Para mejor o para peor. Usted, ¿qué opina?).
1 Comments:
Mensaje para "Fachadas":
Muchas gracias. Seguiré escribiendo para mis paisanos derramados por el mundo como el vino sobre una mesa. Saludos afectuosos y mucha suerte. MJO
Post a Comment
<< Home