EVO MORALES Y OLLANTA HUMALA

El triunfo de Evo Morales debe tomarse con pinzas. Para sus seguidores dentro y fuera de Bolivia, el éxito ha sido redondo. Pero, dentro y fuera de Bolivia hay pensadores o analistas que intentan poner los puntos sobre las íes y en algunos casos, encontrarle tres pies al gato.
Con el Perú, el problema tiene más concomitancia porque somos dos paises unidos por un cordón histórico umbilical y además, hay un líder: Ollanta Humala, que está ofreciendo más o menos lo mismo que ofrecía Evo Morales. Los discursos se parecen casi como dos gotas de agua.

Lo primero la reivindicación del indigenismo en el país, es decir, el darle primacia a las mayorías nacionales que sin ningun lugar a dudas lo constituyen los llamados indígenas, es decir, los serranos, los indios o los cholos, grupos étnicos-sciales que nunca estuvieron dentro de los planes de gobierno sino solo como mascarones de proa. Una vez que quienes hablaban de reivindicaciones obtenían la Presidencia, los echaban al tacho de basura.
Y no debemos olvidar que acaso, el primer problema del Perú y el de Bolivia, era o es justamente, la indianianizaciòn o simplemente el reconocimiento al indigenismo.
Esta no es un cantaleta o si la es corresponde a la preocupaciòn de los más notables pensadores de la historia peruana y boliviana.
Luego de la Conquista, el Perú quedó dividido entre los conquistadores y los indígenas o indios llamados así, erróneamente, desde el descubrimieno de América. Estos quedaron relegados socialmente, quedaron solo para la servidumbre.
Los cinco cholos o mestizos que figuran en la historia –Vallejo es universal- son contados con los dedos de la mano.

Humala ofrece reinvindicar a los grupos étnicos postergados por siglos, como son entre los mayoritarios: los quechuas y los aymaras. Aquí hay una similitud con el programa de Evo Morales muy significativa y muy honorable. Ojalá, en Bolivia se restituya esa indianidad aunque lógicamente modernizada. Estamos en el electrónico siglo XXI ya no en los brillantes siglos nativos del XV para atrás.

Humala. como Evo Morales, declaran que las relaciones con Chile deben ser revisadas. Esto es de suma importancia para nuestros países dadas las cicatrices históricas y la permanente acitud armamentista del país del Sur. Sus analistas deben tener en cuenta que Chile se ha seguido portando mal con nuestros dos países desde cuando ganó la Guerra el 79.
Sin embargo, las cosas no consisten de ninguna manera en declaraciones de guerra ni otras actitudes pleitistas sino simplemente en tomar las medidas estratégicas que nos permitan no estar nunca en desventaja frente a nadie; ni a Chile ni a China ni al Japón ni a los Estados Unidos ni a nadie, para todos el suelo tiene que estar parejo.
En la actualidad, por ejemplo, Chile ha invadido económicamente el Perú de frontera a frontera. Pero, esto no es lo criticable sino el que dentro de este proceso se intenten tocar puntos neurálgicos o correspondientes a la estrategia nacional.
Humala ha dicho contundentemente que nada de entrega de puertos, por ejemplo. Claro, no se le puede entregar el Callao a Chile tal como se ha estado intentando hacer con la intervenciòn no solo de chilenos sino de peruanos.

Evo Morales ha pedido más, pero creo que eso esrá un problema de muchìsima más gravedad que lo estimado por el Perú; ha pedido alguna fórmula de soluciòn a su salida al mar. Se espera que la cordura y el realismo no desborden los límites mìnimos a estos viejos problemas históricos.
Finalmente, debemos estar seguros de que ni Evo Morales ni Humala son los enviados del Cielo para arreglar y cumplir las reales necesidades de nuestros pueblos. El problema es muy complejo y precisa de mucho tiempo, coraje, honestidad y mucha coherencia para despegar hacia el desarrollo sostenido, pero tampoco tampoco tan pronto como nos quieren hacer creer.
Algo podrán hacer, como lo ha hecho Lula da Silva y lo está haciendo Chávez en Venezuela, aunque lógicamente, en medio de las silbatinas de quienes los critican con razón o sin ella.
El mencionar a estos líderes en estas líneas no precisa de que quien esto escribe sea sus “alpartidarios”.

El Perú acaba de cerrar su incripción de planchas electorales: veinte planchas. Esto indica el hambre por el poder congénita en mi pobre país. ¿Cómo puede ser que haya 20 planchas o seas 60 peruanos que se creen capaces de ser presidentes del Perú?. Creo que en ningún país del mundo hay tanta ridiculez política
Claro, desde el punto de vista de la Constituciòn, cualquiera puede tener esa ambiciòn. Pero hay que poseer mínimas condiciones para aspirar a la primera magistratura de un país como el nuestro con tantos problemas, pero además con un pasado de tanta grandeza.
Da risa que Olivera se vuelva a lanzar a la presidencia después de sus últimas payasadas; que un tal Guerrero se lance a la presidencia; que un tal Ulises, hermano de Ollanta también se lance a la competencia; que el mismo doctor Paniagua, ilustre hombre de la magistratura, quiera regresar a Palacio al que llegó por pura casualidad. Solo nos faltó que cumpliera con su promesa “Tongo”, un pobre y triste diablo y cantante de chinganas

Evo Morales no las tiene todas en Bolivia. Acabo de leer un artículo analítico de J. Petras sobre la candidatura de este indígena que no es el primero en llegar a la presidencia, según referencias. Dura crítica con la que cierro este blog. Uno de los párrafos dice lo siguiente:

“Morales tiene que enfrentar un sindicalismo que no va a dar grandes plazos a lo que obviamente él como socialdemócrata va a pedir diciendo que no se puede hacer todo de inmediato, tenemos que reconstruir el país primero, no debemos asustar a los inversionistas, etc. etc., todo ese discurso oportunista. Si él no toma el camino indicado en las elecciones y las promesas que ha hecho, el pueblo a diferencia de Brasil, tiene una vanguardia, una masa, dispuesta a tomar acciones fuera del Parlamento. Ahora ¿en qué grado la masa boliviana va a decir que no hay que esperar? es una pregunta. Pero por lo menos hay que notar que las fuerzas populares organizadas no dieron a Evo Morales un cheque en blanco. Los periódicos progresistas pueden celebrar hoy, pero el pueblo organizado en El Alto y las otras organizaciones sindicales prestaron el apoyo crítico, no un apoyo incondicional para que haga lo que le da la gana y han mandado un mensaje a la mayoría de los diputados que no son de orígenes populares, que son clase media, sicólogos, médicos, profesionales, abogados y esta gente debe tomar en cuenta que están allá por el apoyo popular, deben responder a eso y no a su clase de origen”.

Y finalmente:
“Debemos tomar mucha cautela, yo creo que es otro caso de centro-izquierda que tiene una historia muy cuestionada últimamente y apoyar los movimientos sindicales y populares que han dicho a Evo que la primera medida debe ser convocar a una Asamblea Constituyente para refundar el país que ha prometido y segundo nacionalizar el petróleo y el gas. Los sectores más combativos están a la espera que estas dos cosas estén dentro de las primeras medidas. Y han dicho que si no cumple van a empezar enseguida a organizar presiones para que se cumpla”

Copio este párrafo porque el gobierno de Humala propone una nueva Constituciòn, acaso, una refundaciòn del Perú. Estas palabras son mayores, pero ¿son imposibles?. ¿Acaso no precisamos de refundar un nuevo Perú?. El problema estaría en que todos los peruanos lo queramos y que se refunde a la medida de las grandes mayorías nunca más de las pequeñas minorías.