!RESPETEMOS LA HISTORIA!

El diario LA RAZON ha publicado este texto en su página central, según les pareció conveniente a los editores. Yo lo reproduzco por parecerme conveniente, pues mi afán es contribuir a aclarar las cosas y evitar –por temor o ignorancia- enfrentamientos políticos inútiles. MJO



Quiero referirme a uno de los tantos errores cometidos por nuestras más altas autoridades, a propósito del problema limítrofe con Chile, y otros anexos, ya en estos tiempos.

En el acta firmada por los Ministros de RR. EE. del Perú, Alan Wagner Tizón y Jaime del Valle Allende de Chile, en noviembre de 1985, aparecen aprobados todos los ítems favoreciendo a Chile o consintiendo su comportamiento atentatorio a nuestra soberanía; entre estos el último acápite es decepcionante.

En dicho acápite: III REVISION DE TEXTOS DE HISTORIA, se consigna al pie de la letra: “Los Ministros estuvieron de acuerdo en poner en práctica, en el más corto lazo posible, un procedimiento que permita en sus respectivos países efectuar una revisión de los textos de historia, a nivel de la enseñanza primaria y secundaria, con miras a darles un sentido de paz e integración. Posteriormente, una -comisión Mixta efectuará un examen conjunto de las revisiones de dichos textos, con el objeto de armonizarlos. En fe de lo cual firman...etc”.

Esto resulta absurdo e irracional conociendo el nivel intelectual y la práctica diplomática del ministro peruano Wagner Tizón.
¿Cómo es posible que se sugiera realizar cambios en los textos históricos oleados y sacramentados hace ya más de 100 años?
En principio, sabemos que el honor de un hombre, por ejemplo, está supeditado: primero, a su propio criterio; segundo, a la opinión del público y a la opinión pública después, y, finalmente, a la historia.
Te puedes perdonar tú mismo del crimen que has cometido porque eso es lo más te conviene; la opinión del público y pública también podrían perdonarte porque muchas cosas no le quedaron claras; pero, al final de todo, a la historia no la podrá engañar nadie, porque todo lo ha tamizado y finalmente sacralizado. Sobre lo señalado por la historia podrá cernirse una lluvia de opiniones y subjetividades, pero nada cambiará el úkase.
Si tú te has pasado la vida disimulando tu crimen aún ante la opinión del público y la opinión pública, la historia no te perdonará jamás, así pasen miles de años y así seas hijo del Rey Sol o de Pachacutec.

La Guerra del 79 está escrita no solo por historiadores peruanos, sino chilenos y muchos extranjeros. El eminente Sir Clements Markham escribió sobre esa guerra con datos objetivos obtenidos más de fuentes chilenas que de peruanas; resultado final: intangible.
Por ejemplo, los chilenos –dice el sabio Markham - “no solo fueron brutales y exigentes sino que llevaron su afán de despojo y confiscación a límites nunca sobrepasados. Arrancaron cupos a los particulares amenazando con incendiar sus casas si no los satisfacían inmediatamente. Se apoderaron de la propiedad pública, ajena a la guerra. Lleváronse la Biblioteca Nacional de Lima y hasta se robaron el cuadro de Montero Los funerales de Atahualpa. En todo lo cual se ve el efecto desmoralizador de una política de gloria militar y de conquista. El Perú resurgirá probablemente de su quebranto y nueva y mejor vida, en cambio, la influencia de la prosperidad que Chile persiguió y obtuvo por la fuerza, la será siempre nociva”. ¿Cómo cambiarle los términos históricos a Markham? Podrán disentir de su grado de aversión a la conducta humana, pero, así fue, Markham no lo inventó.

Entonces, los testimonios y la tradición que conforman esa historia, no pueden ser modificados, Podrían servir como cartabón para efectuar mea culpas, para reflexionar sobre el pésimo comportamiento en el pasado; servir para inspirarse y mejorar lo presente y por supuesto, alentar lo porvenir. Pero, nada más.
Todo el mundo sabe, -porque la Guerra del Pacífico tuvo y tiene aún repercusiones mundiales-, sucedió así y no asá, como cualesquiera autoridades de Estado lo consideraran conveniente.
Lo cual tampoco quiere decir que los peruanos vamos a vivir solo pensando en el comportamiento chileno, porque entonces, nos convertiríamos en acomplejados revanchistas eternos.
Considero que los peruanos actuales, todos pertenecientes a nuevas generaciones, ya no piensan en aquella infausta Guerra, como mis abuelos, por ejemplo, que todas las noches maldecían a Chile.
Y, para no ir muy lejos, cuando serví en el Ejército, del 43 al 47 en el siglo pasado, el primer grito de formación de los soldados en todo el país, no bien empezaba el día, era:
¡Viva el Perú!
¡Viva!.
¡Muera Chile!
¡Muera!.
Ese grito de ¡Muera Chile! quedó abolido para siempre, pocos años después. Esto significaría contundentemente que las FF. AA., el Perú, en general, hace tiempo que dejó de pensar en guerras lo cual tampoco quiere decir que no se nos muestre la verdad de esa guerra tal cómo sucedió y no como hubieran querido que sucediera los ministros que firmaron ese documento.

Este razonamiento, sin embargo, nada tiene que ver con lo que le sucedió recientemente al presidente García, con el doctor Wagner.
Al respecto, digo que García ni siquiera debió abrir la boca porque el que nuestras FF. AA. no tengan operatividad, no es ninguna novedad ni menos un secreteo de Estado. Eso lo sabemos todos los peruanos y todos los chilenos y todavía ellos mejor que nosotros.
En ese sentido, su Servicio de Inteligencia funciona, debe estar funcionando ya, mejor que el nuestro,
Ya nos mostraron, hace muchos años, la foto que le había enviado una agencia de espionaje israelí, tomada desde un satélite espacial, sobre ampliación de hangares en el sur del país.

La habilidad de la diplomacia chilena es histórica. Cuando en diciembre de 1871, el embajador peruano en Santiago le informó al presidente José Balta que Chile iba a comprar 2 blindados en Londres, Balta tomó medidas inmediatas y le ofreció comprarle a Turquía un poderoso acorazado que estaba siendo armado en los mismos astilleros londinenses. Por diversas razones, el Perú perdió la oportunidad de comprar el acorazado. Después se supo que el embajador chileno en Turquía fue quien realizó las gestiones más eficaces ante el Sultán a fin de que no le vendiera ese acorazado al Perú. Total, nos cerraron la oportunidad de mejorar nuestro poder naval, y acaso, ganar la guerra.

Considero que el ministro Wagner no ha cometido ni la más mínima delación al expresar que nuestras FF. AA. tienen baja operatividad, Chile lo sabe más que nosotros, para eso tiene a LAN volando día y noche sobre todos nuestros cielos y los chilenos trabajando en sus tiendas o complejos gigantescos en casi todo el país.
Lo cual no quiere decir tampoco que las autoridades deben morigerar sus discursos, porque nada hay más eficazmente peligrosa que la palabra.

El entendimiento, la paz entre los pueblos se debe buscar cumpliendo con nuestros compromisos, no modificando los registros históricos; pretensión insólita y deleznable y, por supuesto, antihistórica.