PERU Y “PERIODISMO BASURA”

En el Perú, como en otros países del mundo, funcionan un periodismo bueno y un periodismo malo. Solo que aquí, al periodismo malo, se le llama “periodismo basura”. Se afirma que este periodismo lo encabez la señora Magali con su programa “Magali TV”. Ella es quien tiene el más alto raiting en el mercado nacional.
Se ha vuelto tan famosa que los analistas y especialistas de los “mass media” confirman que ella ha madurado y mantiene una irreverente tendencia comunicacional a la que se le denomina “Magalizacion”.

A la señora Medina no la conocen ni la llaman por su nombre, sino por “Urraca” y a quienes trabajan co ella, los reconocen como “chacales”, nombre feroz puesto por ella misma.

Su sector corresponde al de Espectáculo, sector al que ella ha bautizado como “Choolywood”. Allí, ella es la reina, la soberana. Todo el mundo le tiembla aun los que no pertenecen a ese medio dada su maledicencia y frivolidad.
En días pasados, ordenó a sus chacales seguirle los pasos de un actor de mediana categoria llamado Carlos Ritter. Ritter, que no es borracho consuetudinario, fue seguido por uno de esos chacales y luego de que el actor le advirtiera que no quería declarr nada para “Magaly TV”, la fiera lo siguió con el micro como para hacérselo tragar. Ritter peridó los papales y se la emprendió a patadas con el impertinente.
Por supuesto que como el programa se mantiene del escándalo, pues, esta era una ocasión excelente para el caso. Pero, Ritter, al reves de todo lo que cualquiera podría haber pensando que iba a ocurrir, al ser entrevistado por el programa “4to. Poder, durante sus declaraciones, se vió tan sensibilizado por el acotecimiento bochornoso que se echó a llorar.
Excelente para quienes pensamos que “los hombres también lloran”, pero no para la señora Medina que al siguiente día encontró un motivo más de burla cotidina; medio program se la pasó “llorando” como lo hizo Ritter. Por supùesto que quienes seguimos ocasionalmente el caso, nos dimos cuenta de la diferencia entre la sinceridad y la insinceridad que los atravesó de canto a canto.
Ritter además de llorar ha decidido alejarse de la televisi`n donde desempeñaba papeles diertidos, para pagar "sus culpas" y aprender más el teatro.

Este es un hecho menor pero suficiente para confirmar que un sector del periodismo peruano sigue revolcándose en la miseria profesional. Mientras muchos periodistas tratan de enaltecerlo, otros “periodistas!” lo abarrajan.

Como trabajo de campo, uno de mis alumnos de la Escuela de Periodismo de San Marcos, me presentó hace tiempo, un largo trabajo biográfico y crítico –pr´ctica de narración y descipciòn- sobre la señors Medina.
Publico en seguida algunos párrafos, sin ánimo de echar más leña al fuego sino para que vean que los jóvenes periodistas aprecian la calidad de quienes los anteceden.
Los publico ocultando la identidad del autor de la crónica interpretativa asumiendo yo la responsabilidad, para evitar que la señora Medina pueda perseguir con sus chacales en los bares o los hoteles al joven estudiante autor de la nota. A mi si me puede hacer o decir lo que quiera.

El periodista anónimo decía: “Una boca de 12 centímetros de ancho aparece en la pantalla del televisor y no para de hablar. El resto de la cara es solo un complemento. La nariz tallada por su cirujano se hace la desentendida. Los pequeños ojos son los solitarios invitados a un festín de maquillaje; el cabello tiene el color de la buena sangre. Todo el cuerpo de esta mujer reacciona a la contundencia de las palabras, como conducida por hilos invisibles deja que sus manos también puedan hablar. Los vestidos que usa son brillantes para mantener encendida su estrella entre tantas luces de un set de televisión. ¿Te reconoces Magali?. ¿Eres tú o tu propio Mr. Hyde?. Un personaje en busca de un autor que se apodera del escenario de los escándalo y crea su particular comedia humana donde los accesos constituyen el ambiente y el chisme es el protagonista. Al menos durante una hora, hace que te olvides de la Magali Medina Vela de toda la vida, de ti misma.
Tu mundo no siempre fue así. ¿Recuerdas tus dias en Huacho a comienzos de los setenta?. Una niña de piernas flacas jugaba en las calles polvorientas mientras la madre lavaba ropa ajena para mantener a la familia y papá ganaba un modesto sueldo trabajando como policía. La pobreza, Magali, nunca se olvida, las carencias te han hecho demasiado ambiciosa”.

En otra parte dice el estudiante: “Te convertiste en una dualidad, Magali Medina, en “la chismosa de la televisión peruana” aquella que había roto los cánones de belleza en la pantalla, tomaba el papel de líder de opinión y sus comentarios eran los únicos válidos. Se debilitaba con el fracaso de los demás, “los perdedores” de siempre eran Gisella Valcárcel, César Hildebrandt, Betto Ortiz, Andrés Hurtado, las vedettes de la prensa amarilla, los futbolistas hinchas de la bebida como Waldir Sáenz o Juan Flores. Decían que seguías tu propia ética profesional, Magali, pero no había nadie que pudiera decirte que no eras periodista. Como tú dices, el escándalo te encanta porque ese se tu negocio, tu rating, tu divinidad. Pero no eres solamente ese personaje burlón y sarcástico, Tu vida privada es un “sin confirmar” perpetúo”.

En fin, la señora Medina afirma conocer el código deontológico del Periodismo, qué no se sabes dónde lo aprendió.
Podría ser que la señora Medina no estudió o no terminó la carrera, como lo afirma, en el Bauzate y Meza donde el texto de Eudoro Terrones Negrete, “Periodismo Etico y Deontológico” es el libro obligatorio de estudio, que yo tuve el privilegio de prologar. (En todo caso, repasar, páginas 31 a 55 del libro citado. Le podría servir de mucho).

En fin, todavía hay tiempo para todo hasta para el el arrepentimiento.