¡NAVIDAD, NAVIDAD, DULCE NAVIDAD
En la noche de Navidad, el mundo cristiano celebra el nacimiento de Jesús. Inútil pretender exhimirse del acontecimiento.
Mientras llegan las doce de la noche, hora de la celebraciòn, recorro brevemente la ciudad.
Para empezar, en ninguna otra ciudad del mundo que no sea Lima-, he visto a niños y niñas muy pobres todos, haciendo malabares cuando la luz roja de los semáforos detiene el tránsito vehìcular.
Algunos, con pelotitas de jebe o de celuloide ensayan juegos de manos, las lanzan al aire una tras otra sin dejarlas caer, las pasan por detrás de la cabeza, las hacen pirutear en el aire y finalmente, las detienen. Calculan exactamente dos o tres segundos antes de que cambie la luz. Entonces, se acercan a los automovilistas y les piden “una propinita, por favor”. Les den o no les den, ellos siempre dicen, “gracias, caballero”.
Otros dan saltos mortales. Son ágiles de cuerpo. Saltan en el aire y caen de pie y siguen haciendo sus piruetas sobre la cochina calle en vez de una pista de circo. A veces, trabajan en pareja, compiten, cuàl hace una maroma más difícil. Luego, como los anteriores, se acercan a pedir propina.
La mayorìa son niños, pero también hay niñas de no mas de 15 años, tal vez 12 o 13. También piruetean, por diez céntimos
Las pruebas las realizan a cualquier hora, pero especialmente cuando el tránsito se intensifica, escogen las horas punta, cuando hay más automóviles en circulaciòn.
Un poco mayores ya, trabajan en la noche con palotes encendidos o mechones. Esto es más riesgoso porque se ha visto que algunos se quemaron. Tan riesgoso, que dos o tres municipios han prohibido estas pruebas en las calles. Pero, el hambre puede más, hasta ahora, las ordenanzas no han surtido efecto, los muchachos pobres, los payasitos de a dos por medio, siguen haciendo sus piruetas para ganarse “alguito”, qué importan los alcaldes..
Ahora, veamos el comportamiento de los automovilistas.
Por ejemplo, en el cruce de Angamos con Tomás Marsano, los 4 niños que “trabajan” en una hora recogieron un promedio de 4 soles cada uno. Esto quiere decir que sobre unos 400 vehiculos que pasaron por el cruce, los conductores dieron un promedio de 10 centavos cada uno, una miseria Alguien dio un nuevo sol, pero la mayorìa dio solo evasiones, no tengo sencillo, mañana te doy, te felicito, muy bien, chau .
Hay niños famélicos que sonríen ante estas respuestas piadosas que en nada van a remediar sus necesidades. Juan Antonio Luque, de 9 años, entrenó 4 meses y cuando estuvo listo se lanzò a la pista. Nunca ha recogido más de 10 soles en un dia de 10 horas de trabajo. Tiene papá y mamá y 5 hermanos, no ha ychamba pa’¨mi viejo, viven en una barriada sin nombre, más allá de Villa el Salvador, un Pueblo Joven pujante, pero que todavía tiene enormes bolsones de miseria.
Pedro, “El tuerto”. le dicen sus amigos de esquina porque tiene un párpado caído, se quemò con una gota de agua hirviendo cuando tenía 5 años y quería él mismo ponerse su desayuno. Ahora tiene 12 y piensa que va a ser doctor. Pero, por ahora, es saltarín. Se da hasta dos saltos mortales en el aire y muy rara vez falla. Una vez lo hizo mal y estuvo una semana sentado, le dolía mucho la espalda y la pierna izquierda.
Maritza parece un muñeca de trapo mal vestida, despeinada, tiene vergüenza hablar, solo se rie cuando le hago preguntas que ella debe considerar torpezas, por ejemplo cuando le inquiero ¿qué es lo que más te preocupa en la vida?. Juega con las pelotitas de jebe en las manos sucias (de Sartre) mientras me mira con lástima.
Hay un joven con melena y blue jean desastrozo, zapatillas flamantes y camiseta roja con una leyenda en inglés, tampoco quiere decir nada. Es medio “aristócrata”. Me ve que me acerco y me rehuye. Es el que más gana, porque él juega con mechones ardientes. Los mechones suben al cielo en la oscuridad del crucero y atrae a más automovilistas. La prueba es espectacular y de alto grado de destreza. Casi nadie le niega una propina. Trabaja 4 horas por noche y gana unos 20 soles diarios. “me va bien, gracias a dios y usté”, es lo único que alcanza a decir en minúsculas y con errores de ortografía.
Son las 8 de la noche; dentro de unas horas el mundo cristiano estará celebrando el nacimiento del Niño- Jesús.
En muchos hogares ricos, y ahora, también en hogares pobres, se prepara la cena de Navidad. Los mercados populares y aquellos gigantescos pertenecientes a empresarios chilenos, estuvieron abarrotados todo el dia, millones de panetones y de pavos de San Fernando fueron vendidos para esta noche, a pesar de las recomendaciones del joven naturalista Escardó: “Salve la vida de un pavo esta noche, no coma pavo en esta Navidad”. No obstante, en muchas mesas habrá pavo, como en las de los Congresistas de la República que son los que más ganan y los que menos vergüenza tienen en todo el Perú. Pero, en muchas mesas no habrá ni pan siquiera.
Por las calles deambulan figuras del Papa Noel nórdico, arropado para evitar el frío, personaje cada vez más metido en nuestro absurdo mundo cultural. La imagen del “nacimiento del Niño-Dios", que los curas españoles nos trajeron con la Conquista, se bate en retirada. Hoy, Lima ha sido inundada por juegos de luces electrónicas que retratan ese nacimiento con pocos asnos y pocos bueyes y corderos, pero con muchos renos. Muchos renos y muchos trineos que los limeños no han visto jamás.
Una fiesta cristiana que en el Perú se celebra llena de contradicciones: Navidad, Navidad,Dulce Navidad, como dice la canciòn angelical; y Próspero Año Nuevo, como dice la frase hecha, aunque la pobreza supera a ambas frases y a la ficción; aquí hay mucho desamor humano, mucha corrupciòn política y mucha pena existencial.
De todos modos, los gritos resuenan a lo largo y ancho de toda la ciudad y de la noche de Navidad, como la de ahora.
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