Crónicas breves

DOMINGO DE NOTICIAS TRISTES

Mandela
Me entristece el rostro de Mandela. Presidiendo el sequito negro Nelson Mandela va ensombrecido acompañando los restos de su hijo a su última morada. Mandla, el nieto de Mandela habló en el sepelio de su padre, muerto un año después de su madre atacada por el mismo mal. ¿Qué enfermedad mató a los Mandela? El SIDA, la peste del infierno, el mal del siglo. Pero, estos dos sudafricanos no son los únicos que portaban el VIH. En Sudáfrica, 5 de los 45 millones de habitantes que son, portan el virus. El Africa es la madre del SIDA, ahí apareció dicen los científicos y en el Congo Brazaville atendía, no sé si seguirà atendiendo, el hospital más abarrotado de enfermos en el mundo. Cuando lo visité, hace años, me quedé petrificado de ver a tanto cadaver regateando un poco más de vida con los ojos. Esqueletizados, pero sobre todo, pobres, los negros parecían estar cumpliendo ayunos, bajo pena de muerte. Hoy, en la ciudad de Ouno, Mandela tuvo que soportar el dolor de perder a uno de sus últimos hijos y enterrarlo, asi incapaz de ganarla la batalla a la muerte El SIDA no es como el Apartheid al que logró vencer en la contienda civil. Qué pena, Nelson Mandela, personaje del siglo XX, al que quisiera entrevistar para morir completo.

Babilonia
Los misiles norteamericanos, las bombas inteligentes de los marines se están equivocando malamente y están cayendo sobre los restos de Babilonia, la ciudad más esplendorosa del mundo, construída hace unos 2,500 años.
Este es otro de los crímenes de lesa humanidad culturales que están cometiendo las fuerzas invasoras en Irak. Así lo ha denunciado hoy el Museo Britànico que acusa al ejército de EE. UU. como causante de daños irreparables a las ruinas. En el documento público informan que están tomando la arena de los restos de la ciudad para llenar sacos de parapeto y hasta preparan plataformas para aterrizaje de helicopteros en zonas arqueológicas consideradas las más importantes del mundo. Qué increible, los norteamericanos no creen en nadie. Eso mismo hicieron en Angkor Tom y en Angkor Wat, Kampuchea, cuando la invadieron. La Unesco y el mismo Museo Britànico protestaron por el daño, pero tales protestas, a los valerosos combaientes USA les importó un comino. Así como conocí Baibilonia, así también conocí las ruinas de Angkor kampucheanas y protesto como si se tratara de mi heredad. Recuerdo, entonces, había silencio en las ruinas. Los muñones de los Jardines Colgantes de Babilonia y los Budas de Angkor estaban allí como mudos testigos de otros tiempos, estáticos, mirando en paz al infinito, solo unas lagartijitas de colas fosforescentes se atrevían a turbarlas impávidas. ¿Cuando aprenderán los norteamericanos a respetar la cultura de las civilizaciones?.

Niño israelita herido
En un lugar de la Franja de Gaza ocupado aún por israelitas, un niño de siete años fue alcanzado por un proyectil lanzado por los milicianos palestinos. Causa mucho pesar, convencerse de que las guerras son impiadosas y finalmente, inútiles. O mejor dicho, el hombre sigue siendo irracional, porque, ¿qué culpa tiene un niño de siete años para perder uno de sus bracitos cuando ni lo soñaba?. ¿Qué va a hacer ahora ese niño con un brazo menos? ¿Ir a los ortopedistas a comprar el que le falta?. Los israelitas habían atacado la urbanización de Zeitoun, en Gaza, y causado la muerte de algunos palestinos, pero en fin, estos eran adultos. Yo vi morir a un guerrillero palestino de 15 años y lloré con mi corazón porque recordé a mi hijo que en esos días tenía esa misma edad, pero estaba vivo en mi patria. Pero, este niño de siete años? ¿Cómo hacerse la idea de que un inocente de siete años se quede mutilado para toda su vida por mucho que aprenda a abrazar con el brazo ortopédico que sus padres le han de comprar?.

Este domingo ha sido muy triste.