EL MUNDO, UN DÍA

Blog del Periodista Manuel Jesús Orbegozo. Este blog se mantendrá en línea como tributo a quien con su pluma forjo generaciones de periodistas desde la aulas sanmarquinas. MJO siempre presente.

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Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista hizo historia en el Perú y en muchos de quienes lo conocieron. Puede además ver su galeria fotográfica en http://mjorbe.jalbum.net Nota: MJO partio el 12 de setiembre para hacer una entrevista, la más larga de todas. MJO no se ha ido, vive en cada uno de los corazones de quienes lo conocieron.

Sunday, January 09, 2005

ESTADOS UNIDOS

UNA MASACRE MÁS, QUÉ IMPORTA

“Cuando usted ve escenas de carnicerías promovidas por los gobiernos o las masacres perpetradas por turbas frenéticas en países como Rwanda, Sudán o los Balcanes, ¿se ha preguntado alguna vez por qué esas terribles escenas no se han visto nunca en las calles de Estados Unidos?”
Esto pregunta el norteamericano Thomas Sowell en su artículo: “¿Por qué Estados Unidos es diferente” publicado en una reciente página web.
Claro, que Estados Unidos es diferente, ¿como va a ser igual?. ¿Por qué Estados Unidos se va a masacrar a si mismo?. A Estados Unidos lo que le gusta es masacrar a otros.
No hablemos de las grandes masacres de millones de personas de la que son autores, por ejemplo, las provocadas en Vietnam. Vayamos mejor y rapidamente a dos de las más recientes: una en Afganistán y otra en Irak.
En julio del 2002, en alguna de las estribaciones del Uruzgan afgano, unas cien personas del lugar celebraban la boda de dos de sus paisanos en medio de la más sana alegría aldeana. Estaban brindando, bailando, felices dentro de lo que es la felicidad para los pobres cuando en eso, de repente, sintieron que algo les cayó del cielo. No era el maná de los pasajes bíblicos para calmar el hambre, sino una bomba de guerra para causar las muerte.
En efecto, después de la confusiòn quedó en claro que cuarenta personas quedaron muertas instantáneamente en los alrededores de la mezquita, mientras otros cien trataban de detener la sangre que les manaban de sus heridas.
Los voceros del Pentágono informados por sus generales de la guerra declararon que lamentaban el hecho ocurrido “accidentalmente, eso es parte de un operativo militar”, dijeron.
Donald Runsfeld, secretario de Defensa del país más poderoso de las tierra también lamentò el hecho, pero fue más descarado todavía. Dijo que esa guerra (contra Afaganistan o mejor dicho contra el fantasma Osama bin Laden) declaró que no obstante, esa guerra era “la más precisa en bajas, relativamente la más precisa en bajas mortales”.
¿Qué puede decir al respecto el señor Sowell que se admira de que solo en nuestros pobres países tercermundistas se producen masacre y jamás en los Estados Unidos?.

Anteayer, en Aith, una minùscula poblaciòn iraquì, a 48 kilómetros de Mosul, un fatídico caza F-16 soltó una bomba de 225 kilos sobre una casa inocente. La bomba estaba dirigida para matar a un solo insurgente, a un solo hombre a quien los norteamericanos consideraban peligroso para las próximas elecciones o mejor dicho, para su estabilidad, en su condiciòn de ejército invasor.
Buscaban a un subversivo y contra él dispararon sin darse cuenta de que iban a matar a 14 personas de en lugar de una sola, de las cuales la mitad eran niños. Y esta ¿no es una masacre, señor Sowell?. Claro que no fue realizada por los Estados Unidos dentro de su territorio porque allí nunca hay masacres, estas se producen en otros territorios del mundo que no son los Estados Unidos. Sin embargo, es este imperio el que las provoca, pero lo peor de todo es que por estos crímenes de lesa humanidad, jamás reciben un solo castigo.
Aquí no hay Liga de los Derechos Humanos, ni Asociaciòn Mundial de los Derechos Humanos ni nada. Los Estados Unidos matan nomás, es el único país de la tierra que tiene permiso para matar. Claro, que lo acompañan Inglaterra, Israel y algún otro pais poderoso o imperialista, pero el campeòn de matanzas es EE. UU. Poque que se sepa, por ejempñlo, China, España, Grecia, Tailandia o Uruguay no causan ninguna masacre en ningùn país del mundo, no?.
Y encima de eso, ¿quién los enjuicia, quién apresa y encarcela a los pilotos que se “equivocan” y sueltan sus mensajes de muerte sobre gentes absolutamente inocentes?.
Los técnicos pilotos norteamericanos confian en que sus misiles o sus bombas son inteligentes, saben a donde van a caer. Pero, los resultados son fatales, las bombas resultan tan estúpidas como los que accionan los gatillos. Nunca caen donde deben caer.
¿Qué dirá el señor Sowell frente a esta nueva masacre o no la considera masacre porque la bomba solo ha matado 14?.
Por 50 mil dólares, señor Sowell: ¿Cuál es su respuesta?.

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