EL MUNDO, UN DÍA

Blog del Periodista Manuel Jesús Orbegozo. Este blog se mantendrá en línea como tributo a quien con su pluma forjo generaciones de periodistas desde la aulas sanmarquinas. MJO siempre presente.

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Location: Lima, Lima, Peru

Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista hizo historia en el Perú y en muchos de quienes lo conocieron. Puede además ver su galeria fotográfica en http://mjorbe.jalbum.net Nota: MJO partio el 12 de setiembre para hacer una entrevista, la más larga de todas. MJO no se ha ido, vive en cada uno de los corazones de quienes lo conocieron.

Sunday, March 06, 2005

CUANDO CONVERSÉ CON ALFRED KINSEY

Estados Unidos; Antes y Después del famoso sexólogo

Se está proyectando en Lima y en el mundo una película biográfica de Alfred Kinsey (protagonizado por Liam Neeson en el papel de Kinsey, acompañado por Laura Linney, que encarna a su mujer, en una interpretación que le valió una nominación al Oscar como Mejor Actriz de Reparto). Un film complejo, asombroso. Yo conocí a Kinsey y lo entevisté bajo singulares circunstancias que aquì me permito relatar:

Hace exactamente 50 años que entrevisté aquí, en Lima, a Alfred Kinsey, uno de los científicos más discutidos de la historia cultural norteamericana, mejor dicho, el científico que fracturó la vida sexual del gran país del norte, y acaso del mundo occidental judeo-cristiano, en: Antes de K y Después de K.
Ahora que se está exhibiendo la película “Alfred Kinsey” -que intenta presentarnos su biografía-, encuentro que yo no sabía nada de a quién entrevisté esa vez.
El caso fue que mi jefe de Informaciones había señalado en el Cuadro de Comisiones del diario La Crónica donde trabajaba: Orbegozo: Hoy llega a la Corpac, el doctor Alfred Kinsey, científico norteamericano autor del libro sobre laescandalosa vida sexual en los Estados Unidos: entrevistarlo.
Los periodistas de esos días sabiamos que sus libros habían causado estragos en la sociedad norteamericana, el primero en 1948 y luego, en 1953; ambos revelaban el comportamiento de la vida sexual en ese país de la manera más descarnada y escandalosa para nuestra cultura.
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(No tenía a la mano mas datos, por ejemplo: “El 5 de enero de 1948, W. B. Saunders, un aburrido y conservador editor de temas de medicina, publicó una obra que cambiaría para siempre la sociedad norteamericana: La conducta sexual del hombre, firmado por Alfred Kinsey, un científico que realizó miles de entrevistas por toda la geografía estadounidense para estudiar los comportamientos sexuales del ser humano y cubrir así una parcela que la ciencia nunca antes se atrevió a abordar”)

De todos modos, fui a la Corpac junto a dos o tres periodistas más de los otros diarios locales. Por entonces, no había más reporteros; las radios no operaban a ese nivel y la televisiòn no estaba ni en pañales.

A lo hora en punto, vimos bajar entre otros pasajeros a un hombre de pelo hirsuto y de corbata michi, acompañado de una mujer que no tenía nada de belleza, por ejemplo, no era como Ava Gardner a quien había entrevistado en esos tiempos en el mismo aeropuerto.
Nos acercamos a entrevistarlo y, primero con atenciòn, pero luego con fastidio, nos dijo algo asi como: "Thank you, very much, pero por ahora no voy a declarar nada. Estoy cansado, cuando regrese del Cuzco, prestaré declaraciones".
- Pero, doctor Kinsey…
- Nada, he dicho que no voy a declarar nada.

Se metio en el auto-remisse del Hotel y se fue.
Los periodistas compungidos nos regresamos cada cual a su dario. Yo redacté mi nota en 10 líneas, algo asi como: “Ayer llegó a Lima el famoso doctor Alfred Kinsey acompañado de su esposa, pero no quiso prestar ningún tipo de declaración a la prensa.” Y, punto.
Cuando entregué mi nota, mi Jefe, Pedro Morales Blondet, leyó la nota, y sin más ni más, con sus manazas de ogro convirtió mi informaciòn en una bolita de papel y la arrojó a la basura.
- Usted entrevista al doctor Kinsey o no regresa al periodico, me gritò, como era su maldita costumbre energúmena.

No me quedó sino regresar al Hotel Country de San Isidro. Allí, le envié dos mensajes orales, sin suerte. Cuando me encontraba desesperado ante tanta imposibilidad, encontré en uno de mis bolsillos, una tarjeta de visita que pertenecía al director de La Crónica, doctor Manuel Cisneros Sánchez, un personaje del más alto nivel político y empresarial del país.
Escribí en la tarjeta un saludo al doctor Kinsey rogándole me recibiera para saludarlo.
Kinsey debiò haber leido la tarjeta y pensando que no podía desairar a Manuel Cineros Sánchez, porque de inmediato me mandó decir que bajara a su deparamento.
Me abriò la puerta y yo ingresé entre dsorientado y campante. Nos dimos la msno, nos sentamos y antes de empezar a hablar, apareciò su esposa con un bata de dormir. Me pidiò disculpas y yo, más bien, me sentì azorado.
Luego, pidiò una botella de whisky y empezamos a conversar y beber. Ibamos por la hora de conversaciòn cuando yo me sentì completamente borracho. Resulta que ya no por entonces, yo era absolutamente abstemio, no bebía ningun tipo de licor.
Me di cuenta de mi situaciòn y me despedì entre los humos de la borrachera, sin poder hablar ni caminar bien.
Fui al diario y escribì lo que recordaba. Al siguiente día, La Crónica consignaba la noticia en primera página como no lo había hecho ninguno de los tres diarios locales de entonces: KINSEY VIENE A ESTUDIAR/LA VIDA SEXUAL DE LOS INCAS.
(Kinsey era una figura, pero como todos los hombres de la tierra supeditado a los vaivenes del bien y del mal: “Los poderes fácticos de EEUU pronto lo encumbraron. Comparado con figuras como Galileo o Darwin, Kinsey publicó unos años después, en plena paranoia mundial por la Guerra Fría, la segunda parte de su estudio: la dedicada a las mujeres. Pero esta vez no obtuvo el aplauso social. Los que le alabaron le acusaban ahora de atacar la moral americana, de degradar los valores del país”).

Cuando al medio día regresé al Diario para empezar mi tarea, me avisaron que el doctor Cisneros querìa hablar urgentemente conmigo.
Me sorpendió el aviso porque lo relacioné de inmediato con lo sucedido la noche anterior.
Subì a su despacho y cuando ingrsé, el doctor Cisneros se levantò de su asiento y avanzò a felicitarme por la primicia que habíamos ofrecido.
Totalmente confundido porque consideraba antiético lo que hice, yo mismo le conté los pormenores sobre la tarjeta de visita, etc.
Más felicitaciones y cuando ya me despedía del doctor Cisneros, recordé que en mi borrachera le había ofrecido al doctor Kinsey y a su esposa almorzar ese día con ellos. “Les enviaré mi autonóvil a la una de la tarde para que los recoja”, les habia dicho.
Cisneros aflojó sus enormes mofletes y sonriò más alegremente, timbró el teléfono y le pidiò a su esposa que preparara almuerzo para cinco personas.
Envio su autmovil al Hotel y a las 2 de la tarde la mesa estaba conformada por los dos Kinsey, los dos Cisneros y yo.

(Como se sabe “Kinsey se convirtió pronto en uno de los personajes más populares de su país. Años antes de la gran revolución sexual, que llegaría con los años 60, él habló sin tapujos de cuestiones como la homosexualidad o las prácticas sexuales preferidas por los encuestados. Entre los grandes logros de Kinsey está el hecho de haber conseguido que sus entrevistados confesasen sin pudor si se masturbaban o alcanzaban el orgasmo en sus relaciones de pareja”)

Nunca jamás olvidaré mi cara de circunstancias ni esta anécdota profesional y humana. que nunca la revelé hasta que el mismo doctor Cinseros la contó públicamente cuando La Crónica me ofreciò un banquete por haber obtenido el Premio Nacional de Periodimsmo en 1955.
Kinsey muriò al año siguiente de nuestro encuentro, pero la anécdota suscitado en torno a la entrevista,nunca morirá; la mantendré como una de las más valiosas de mi vida profesional.





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1 Comments:

Blogger Roberto Iza Valdés said...

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5:32 AM  

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