EL ALCALDE CASTAÑEDA EN EL TINTERO
Luis Castañeda Lossio es el alcalde de la ciudad. Es un personaje muy importante y últimamente figuraba como nùmero uno en las encuestas para presidente de la República en los comicios de 2006. Castañeda ha negado tener la intenciòn de postular a la presidencia. Pero, Castañeda no es de confiar, no es muy estable. Este es un recuerdo que avala esa afirmaciòn.
La hidalguía es un término eminentemente castellano que, en su acepción figurada, se refiere a un individuo que goza de generosidad y nobleza de ánimo.
Luis Castañeda Lossio, hace algún tiempo, se refirió al presidente Alejandro Toledo como a un individuo al que le faltaba hidalguía, es decir, que no tenía grandeza ni nobleza de ánimo para reconocer los exabruptos a los que nos tiene acostumbrados.
Castañeda Lossio fue muy caballero al emplear un término artistocrático para pintar de una pincelada al presidente. El pueblo, como no sabe de pinceladas sino que pinta con brocha gorda, ya le habría dicho (¿o ya le dice?) que es un sinvergüenza, es decir, que no tiene vergüenza de lo que dice o hace, y que le importan un pepino los calificativos que le endilguen los hidalgos o los sanchopanzas.
El aspirante a ganarse un Récord Guiness de despropósitos sin rival alguno, dijo una vez que quien tiene la culpa de que el país esté caminando casi al garete, son los partidos de la oposicion y no él y la fanfarria gobiernista; es la oposición la que no los dejan trabajar, dijo el presidente.
Y todavía, con un aderezo más grave: nos lo dejan trabajar y por lo tanto, lo que la oposición pretende es desestabilizar la democracia, pobrecita la democracia, lo que quieren es tumbarla, patearla en el suelo y, finalmente, violarla y hacerle un hijo a quien después se negarán a reconocer.
El líder de Solidaridad Nacional le dijo claramente, según fue publicado en las páginas de Liberación (29.4.02) que "Desestabilizar la democracia es decirle una cosa al pueblo, generándoles espectativas y después incumpliéndolas, esa es la causa, esa es la razón de la desestabilización, de allí cargarles el muerto a la oposición me parece totalmente absurdo y lejano de la realidad".
Se refería al comportamiento del presidente Toledo lo que estaba conduciendo al país a una especie de anomia total. Parecía que todo aquí andaba por su cuenta. Las huelgas erupcionaban y saltaban en las tres regiones, como en los tiempos de Gonzáles Prada: donde ponías el dedo saltaba la pus. Una materia gris, inasible pero dolorosa y desesperante, que no es sino el descontento de una mayoría de peruanos que ven tiradas por los suelos sus esperanzas más caras puestas en un hombre que pareció ser una especie de redentor "cholo" (entre comillas para no ofender a tanto cholo auténtico e hidalgo, como Tello, Vallejo, Arguedas, Humareda y tantos más.).
Castañeda Lossio le señaló a Toledo un punto crítico en su agenda de despropósitos: lo de Arequipa, por ejemplo. Castañeda fue duro en sus calificaciones. Dijo más o menos que lo que debía hacer el presidente Toledo es enfrentar a los arequipeños y decirles sin ambages, como hombre, (según terminología de uno de los payasitos del regimen) "es cierto, discùlpenme, yo les mentí. Les mentí cuando les dije que no iba a privatizar los servicios públicos cuando, en realidad, yo los iba a privatizar porque asi lo tenía pensado".
Castañeda Lossio no fue el primero en reclamarle más hidalguía al lpresidente ni fue el último. Todos los dïas, los pobres muertos de hambre se lo reclaman en calles y plazas, y no es que quieran desestabilizar al país. No son los partidos de la oposiciòn ni es la prensa no adscrita al regimen los que quieren desastabilizarlo. Son los actos fallidos, las mentiras, las vanidades, el malgasto público, el nepotismo, el no dar en el blanco de la economía, las juergas, y ahora lo de las “firmas falsas” lo que ha desacreditado terminantemente al regimen.
Sin embargo, Castañeda acaba de dar marcha atrás en los conceptos señalados cuando recientemente puso a Toledo por las nubes al recibir el aval para terminar de construir el tranvía que unirá el sector de Villa el Salvador con el centro de la capital.
Una caricatura del conocidísimo Carlín aparecida en un diario local, satirizó de manera rotunda lo que Castañeda le “habría dicho” a Alejandro Toledo en dicha reuniòn. Marco Antonio Arrunátegui, en otra revista, lo recuerda: “Muchas gracias, señor Presidente, porque cuando usted fue elegido con un partido improvisado, sin programa y sin ideario, para que gobierne a tropezones y rodeado de pillos y oportunistas, me ha dado el mejor AVAL para que yo, que reúno los mismos requisitos, pueda ser elegido el año 2006. Juntos, si podemos”:
“Juntos, sí podemos” es el slogan del gobierno del presidente Toledo que ha inundado el país, dia y noche lo repiten todas las emisoras proclives al régimen.
Al presidente Toledo le queda poco tiempo para encerrarse en palacio y ponerse a estudiar las fórmulas, no mágicas ni químicas, sino realistas, y reavivar al país. De lo contrario, sus propias fallas, como si fueran pirañas se lo pueden devorar en menos de lo que canta un gallo, ahora más cuando lo de las “firmas falsas” se ha convertido en leña excelente para avivar el fuego de la vacancia.
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