PERU. EL DEDO EN LA LLAGA

DRAMATICA REFLEXION SOBRE ARMAMENTISMO

Alberto Bolívar escribe en el diario LA PRIMERA. Su columna de hoy es dramática. Bolívar se pregunta: “¿Ha roto Chile el equilibrio estratégico?”. Esto porque los legos nos preguntamos y afirmamos contundente e ignorantemente que Chile no solo ha roto sino que continúa rompiendo ese equilibrio con las veladas intenciones de armarnos otra guerra.

Está demás decir que quienes escribimos contra el armamentismo, -no solo contra el armamentismo chileno sino contra cualesquiera otros- lo hacemos porque todos desembocan indefectiblemente en guerras impías.
Si Chile se arma no lo hace porque Dios es grande sino porque quiere invadirnos otra vez; eso pensamos muchos de nosotros, ojalá sea inocentemente.
Ponemos el grito en el cielo, señor, porque consideramos que no puede ser que Chile se arme, se arme, continúe rompiendo las reglas del juego internacional de fraternidad entre países limítrofes, etc. y compre y siga comprando armamentos a vista y paciencia de todo el mundo.
Resulta que según Bolívar, Chile está en todos su derecho.
Resulta que quienes pecamos de tontos somos nosotros, los peruanos.

En la columna, explica detalladamente que el Perú dejó de armarse, -tal como era su obligaciòn- desde hace años, por la simple razón de que a nosotros nos preocupa más discutir sobre la candidatura de “La Chuchi” (una bailarina vulgar que alcanzó el Parlamento haciéndose propaganda en sus propias nalgas) o, ahora, el vídeo de dos turbios personajes públicos: Popy Olivera y Genaro Delgado Parker, digo, que los problemas nacionales como el mencionado a la compra de armamentos disuasivos.

O sea que nosotros, nuestras autoridades políticas, no se preocupan en absoluto por afrontar los principales problemas que vive el país. Tenemos muchos problemas de primera prioridad que nosotros los posponemos.
Las cifras sobre el PBI de ambos países que ofrece el experto Bolívar nos pintan de cuerpo entero.

Dice él que “Existe un notorio desequilibrio entre las capacidades militares de Perú y Chile porque el nivel de desarrollo de estos últimos es mucho mayor que el nuestro. Un despacho de Associated Press del 4 de abril pasado informaba que un estudio de la Universidad Andrés Bello estimaba para este año un PBI chileno de $106 mil millones.En 2004 fue de $94 mil millones cuando en 1985 era de $18,193 millones, es decir, en dos décadas lo quintuplicó. Nuestro PBI es probable que este año alcance unos $75 mil millones. ¿Cómo puede entonces sorprendernos la asimetría militar, la cual tan solo refleja la asimetría general de capacidades nacionales?. Mientras Chile reformó el Estado y aplicó políticas econòmicas audaces e inteligentes, acá se hizo todo lo contrario, contando además con la ineptitud del sistema para combatir el terrorismo en la primera década de la guerra. Paulatinamente nos fuimos depreciando estratégicamente y ello contribuyò al no tan actual desbalance militar bilateral.”.

La razón del armamentismo chileno es, pues, producto de su visiòn desarrollista como estado-naciòn. Mientras nosotros, andamos gateando, ellos están particpando en una carrera de mil metros.
La columa informativa y opinativa de Bolívar es realista y dramática. Uno ve cuán miserables han sido los personajes que tuvieron en sus manos la conducciòn del Perú en estos últimos años. No para armarse y hacerle la guerra a Chile o a cualquier otro vecino, sino, primero para desarrollarnos y luego, para defendernos.
Ahora, algunos de nosotros lloramos porque Chile se arma. ¿Podrá esta circunstancia hacerles pensar a los candidatos a la presidencia en el 2006, pensar en que el país debe enmendar sus políticas torcidas y desarrollarse a fondo para buscar después, el equilibrio disuasivo militar conveniente?

Las palabras de Alberto Bolívar en su columna “Seguridad Nacional” son rotundas y ojalá, sean leidas letra por letra y puestos en tela de juicio los comportamientos de los viejos políticos-chatarra, por los nuevos líderes presidenciales, parlamentarios o presidentes regionales.

“Chile jamás descuidó su defensa nacional y nunca dejó de comprar armas, lo cual es lógico que ahora nos preocupe, pero eso solo hecho no significa que rompiera el equilibrio estratégico. Fuimos nosotros mismos quienes -pese a nuestras inmensas ventajas comparativas- lo fuimos despedazando con nuestra ineficiencia colectiva, nuestra corrupciòn administrativa y nuestra secular dejadez y falta de visiòn de futuro y de país”, dice el lúcido columnista.

Como un vibrante Manuel Gonzàles Prada redivivo, Alberto Bolívar vuelve a poner el dedo en la llaga y nos enrostra.
A nosotros nos queda ya no llorar sobre leche derramada sino poner manos a la obra: construir el futuro. Adios a los parlamentarios-chatarra violadores y prepotentes, a los candiatos, algunos de los cuales aparecen sin ninguna prestancia intelectual ni política; bienvenidos los que traen programas agresivos de rejuvenecimiento de esta vieja como benemértia patria.

Proa al desarrollo econòmico, incremento audaz y pertinente de la educaciòn pública, lucha despiadada contra el racismo o las anti etnicidades para poder forjar una naciòn digna de su pasado; recomposiciòn de nuestras Fuerzas Armadas y Policiales, compra de armamentos a cualquier precio, no para agredir a nadie -como dice Bolìvar-, sino para disuadir cualesquiera amenazas o prepotencias belicistas.

Estamos a tiempo. “El Perú es más grande que sus problemas”: herencia inmortal de don Jorge Basadre.