PERU: GUERRA AL CENTRALISMO

Se busca acabar con la leyenda de que "LIMA ES EL PERU"

El próximo 30 del presente mes, se realizará un referendum nacional para aprobar o no la creaciòn de cinco macroregiones que reemplazarían a nuestro actual diseño político departamental. Lo malo es que la ciudadania de las futuras posibles regiones no conoce bien a fondo el asunto; las dichas regiones están casi totalmente desinformadas.

Si hay algo contra lo que todo el país luchò siempre fue o es el centralismo. Estudiosos o no, políticos o no, todos anduvimos de acuerdo en que lo más asfixiante para el desarrollo integral del país fue o es el centralismo.
Hasta se llegó a acuñar una frase en la segunda década del siglo XX: “Lima es el Perú”. Es decir, todo el poder, toda la vida del país estaba centrada en la capital de la República. En el resto del país cundía la orfandad.
Hasta que llegaron los años 30 y entonces, de una manera muy tímida empezó a cambiar Lima, comenzaron a asomar en sus alrededores, lo que inicialmente se conocieron como “Barriadas”.

Uno de los estudiosos más conspicuos, entendidos en barriadas, fue el antropólogo José Matos Mar, un provinciano y sanmarquino, que se propuso estudiar el fenómeno de los cambios sociales en la Capital, el de las migraciones, posiblemente imaginando que con el tiempo, esa iba a ser la piedra del toque para solucionar casi todos los problemas del país.
El centralismo, como su nombre lo indica, significa aun que el país no está desentralizado. Claro, está dividido en departamentos, pero ninguno tiene autonomia, salvo la eminentemente política.
En años pasados se intentó dividir al país en Regiones, como tratando de darle la contra el centralismo, pero se falló tanto que todo se conviritiò más en una rémora que en una soluciòn.
Pues, bien, ahora, se vuelve a pretende la regionalización del país.
Desgraciadamente no se emplean los mejores métodos. Por ejemplo, no se ha propagandizado lo suficiente como para que la poblaciòn sepa de qué se trata. El referendum que se precisa está ya a la vuela de la esquina mientras que por lo menos el 80 por ciento de la poblaciòn no sabe de qué se trata.
Claro, hay una idea en términos generales, pero así no debieron ser las cosas. En el Sur, en el Norte, en todas las zonas por regionalizarse, existen grandes dudas y hasta contradicciones.

Las Barriadas que empezaron a concretarse al comenzar la década del 50 fueron creciendo tan agresivamente que ya dos décadas después cambiaron ese nombre medio despectivo por el de Pueblos Jóvenes.
Ahora, tales pueblos jóvenes han crecido tanto y en tantos sentidos que, por ejemplo, Los Olivos, se ha empezado a llamar Lima-Norte; Ciudad de Dios y sus aledaños pretenden llamarse Lima-Sur.

En 1966 y 1977 (Segunda Ediciòn), Matos Mar publicò un estudio extraordinario, científico, sobre las Barriadas. Justamente tenía por nombre “Las Barriadas de Lima 1957”.
Con mapas y descripciones, el antropólgo ayacuchano, por entonces miembro del Instituto de Estudios Peruanos decía: “Como expresiòn de una tendencia mundial, el problema urbano es indudablemente uno de los cruciales que afronta el país. Si en 1957 existían en Lima 56 barriadas que agrupaban solo al 10% de su poblaciòn hoy, veinte años después, estas son más de 350 y probablemente representan alrededor de 35% o 40 % de su poblaciòn. Comprender la naturaleza de tan dinámica como compleja realidad requiere conocer sus orígenes y evoluciòn inicial. Este estudio pionero en su género, proporciona análisis e informción escenciales en esta perspectiva”.

Matos Mar ha vivido muichos años en el extranjero, principalmente en Mexico, y ahora de regreso al país ha vuelto por sus viejas preocupaciones. Es uno de los que con más atenciòn sigue este actual intento de la Regionalizacion. Cuán desengañado debe sentirse, sin embargo, de encontrar los mismos males de cuando él en los años 50, formò parte activa de una pléyade de preocupados jóvenes políticos como fue el Movimiento Social Progresista.
Ahora, Matos Mar, desde las páginas de un diario local, impulsa la Regionalizaciòn. Pese al descalabro de sus comienzos, él está alerta y esperanzado.

Dijo ayer: “El nuevo poder regional, econòmico y político para contrarrestar el centralismo, marca desde ya un hito para el futuro del Perú Lo oimos a diario en boca de sus presidentes regionales, autoridades, sociedad civil, bases populares y provnciales. Lo constatamos al recorrerla. Obligará a que los partidos políticos organicen sus estrategias y politicas de gobierno para las futuras elecciones del 2006 de manera diferente a la tradiconal. El Perú requiere, ante la presencia organizada democráticamente de todas sus regiones, construir la sociedad nacional en base a grandes cambios estruturales que acompañen esta aislada reforma estrcutural de la desentralizaciòn. La plena parcipacion de sus más de 28 millones de habitantes plantean la necesidad de contar con gobiernos eficientes, porque ahora hay condiciones de goberanabilidad. El mensaje politico debe acoger las voces del pais en desarrollo, sin bienestar generalizado, sumido en un seria crisis. Un plan nacional para un Perú moderno, con una idea que tenga en cuenta la mejor del pensamiento peruano, el concurso de todos y la puesta en marcha de cambios estructurales como la reforma del Estado, la reforma de la educaciòn , la reforma agraria, la reforma econòmica, la reforma judicial. Lo que tanto hemos reclamado está a puertas en bandeja de plata”.

Cuánta esperanza que compartimos, especialmente en la enumeración rigurosa, concreta, ineludible, del Plan Nacional para un Perú moderno.