PERU: “NO ENTRAR EN PÁNICO”

Esta frase pertenece el ministro de Defensa, Alan Wagner Tizón pronunciada recientemente como parte de sus declaraciones a la prensa cuando le preguntaron cuál era su opinión ante la andanada de compras de aviones de guerra F-16.

Creo que fue una de las pocas veces que Wagner toca con verdadero realismo el problema que mantenemos con Chile por cuestiones de límites marítimos: “La situación de armamento de Perú y sus países vecinos está permanente en nuestra agenda, lo que tenemos que hacer es fortalecer nuestra confianza como Nación, no porque se coloca un número de aviones en Antofagasta se entre en una suerte de pánico”.
Por fin Wagner, dubitativo y hasta enredado en las zarzas chilenas por falta de meditación y congraciamientos, ahora pone los puntos sobre las íes.

En primer lugar, el hecho de que todos los días, Chile compre armamentos y ahora, más francamente, envié sus mejores caza-bombarderos a las inmediaciones de nuestros país, en el Sur, no tiene por qué asustarnos. Lo que sí debemos rechazar son sus maniobras disimuladas, antiamistosas con nosotros, como lo ha hecho siempre.
Hace años que los peruanos y, por supuesto, que los países extranjeros interesados en la paz antes de la guerra, se preguntarán por qué diablos Chile se arma tanto, tanto, cuando no tiene la menor amenaza. Por ahí, alguien dijo alguna vez que era para matar pingüinos en la Antártida.

Pero, sin bromas, Chile se arma porque piensa, como pensó en el 79, que cualquier necesidad que sea incapaz de auto solucionarlo, entones tendrá que buscar el remedio. Y el remedio podrían tenerlo sus vecinos más cercanos como son Perú y Bolivia, contra los cuales además, nunca jamás ha habido paz verdadera. Hay un resquemor que solo el tiempo y la buena voluntad chilena podrá terminar.

Por ejemplo, a Chile, nada le cuesta zanjar los problemas de límites marítimos en el Sur cuando sabe que nosotros tenemos toda la razón. No, ellos hacen caso a su lema: “Por la razón o por la fuerza” y entonces, nos miran de soslayo y nos amenazan veladamente.

Las respuestas que a mis comentarios le hacen muchos chilenos no solo son insultativos hasta la náusea sino que demuestran su prepotencia y su vanidad. Ellos se creen los reyes del mundo por sus éxitos económicos y de guerra, claro porque están tres veces más armados que nosotros.
Pero, yo que conocí a Mao Tse-tung, tengo que recordar su tesis implacable: “Las guerras no las ganan las armas, sino los hombres”.

Y a eso tiende ahora la voz de Wagner, ¿por qué alarmarse, si las guerras no las ganan loa armas sino los hombres?
Claro, ahora está sucediendo lo que en el 79, se están armando diez años antes de empezar o intentar empezar una guerra de conquista, piensan estar como lo están de verdad tres veces mejor armados que nosotros, pero ahora los hombres han cambiado.

Wagner ha dicho que debemos reforzar nuestro nacionalismo. Ahí tiene toda la razón. O sea, debemos acelerar nuestra identidad para cuando nos toque responder a quien sea, hombre a hombre. Perdimos la guerra del 79, por que los chilenos estuvieron más armados que nosotros, como ahora, pero además, porque los peruanos andábamos perdidos, peleándonos entre nosotros mismos y hasta anduvimos a favor de los agresores como es el caso del general Iglesias.

Claro, siempre hay miserables, siempre hay autoridades venales, pero los indios, esos indígenas excomulgados y satanizados por los chilenos, ahora ya saben que son peruanos, ya saben quiénes son, de dónde vienen y adónde van. Pocos pueblos del mundo pueden tener un pasado más rutilante que el Perú, pues ese valor moral se debe reforzar.

Acabo de visitar Caral, una de las tres únicas civilizaciones de la antigüedad con la Mesopotámia y Egipto, es decir, cuando aquí en América, por ejemplo, todos eran salvajes, nosotros ya teníamos una civilización. Y de eso hace unos 5 mil años.

Los chilenos que se escudan bajo el pseudónimo de “anónimo”, y me envían sus comentarios despotricando de mi, lo hacen peor aún, cuando despotrican de mi patria; felizmente nunca he de caer en ese juego.

Sus aviones no nos asustan, pues, harán polvo nuestras ciudades con sus 28 F-16, y sus “scorpones”, pero los peruanos sobrevivirán, quedarán indemnes para la guerra; entonces, mil generalísimos Andrés Avelino Cáceres brotaran de la tierra para moler a los invasores, cualesquiera que sean.
¿Qué está pasando en Irak? Las guerras no las ganan las armas sino los hombres?
¿Qué pasó en Vietnam? Las guerras no las ganan las armas sino los hombres.
¿Qué pasó en Afganistán?. Las guerras no las ganan las armas sino los hombres.