EL MUNDO, UN DÍA

Blog del Periodista Manuel Jesús Orbegozo. Este blog se mantendrá en línea como tributo a quien con su pluma forjo generaciones de periodistas desde la aulas sanmarquinas. MJO siempre presente.

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Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista hizo historia en el Perú y en muchos de quienes lo conocieron. Puede además ver su galeria fotográfica en http://mjorbe.jalbum.net Nota: MJO partio el 12 de setiembre para hacer una entrevista, la más larga de todas. MJO no se ha ido, vive en cada uno de los corazones de quienes lo conocieron.

Sunday, May 20, 2007

PUNO, ¿SENDERISMO O QUÉ?

Una bomba de alto poder explosivo colocada en el Mercado Túpac Amaru, en Juliaca (Puno), cuando los comerciantes locales celebraban una fiesta institucional, causó la muerte inmediata de siete personas y dejó cerca de cincuenta heridos algunos de ellos de suma gravedad, muchos yacen ahora mutilados.


La noticia fue severamente condenada desde el primer momento, porque hacía tiempo que en la región no se registraba una tragedia de esta naturaleza.
De inmediato, la policía y los habitantes han responsabilizado de esta tragedia a los militantes de Sendero Luminoso o a algún nuevo grupo terrorista.
Puno es uno de los departamentos más poblados del Perú con la singularidad de que todos son aymaras o sea, uno de los grupos étnicos más singulares, más rico en historia, más significativo del Perú.
Tal como viene informando la prensa, en días pasados, otro grupo de senderistas irrumpieron en plena selva, para amenazar a los pobladores y dejar banderines con sus siglas y la hoz y el martillo a lo largo de su recorrido. Pero, meses más antes ya se habían registrado amenazas y hasta emboscadas a militares con muertos en cada acción.
El gobierno ha tomado medidas y ha reforzada la vigilancia policial en las zonas amenazadas por el terrorismo, ahora enseñoreado en la selva por andar en alianza con los narcotraficantes quienes los subvencionan a fin de permitir que los cultivos de coca sigan en pie.,

En una palabra, el terrorismo, llámese Sendero Luminoso o lo que sea, está vivo, pues, latente, dispuesto a sembrar el terror, de la misma manera como lo hizo en décadas pasadas en que fue casi exterminado aunque a un costo demasiado alto: más de 50 mil muertos y otro tanto de millones de dólares en pérdidas materiales.

Por supuesto que una de las medidas para erradicar el terrorismo es la vigilancia, el asedio policial y militar, aunque la medida fundamental es solucionar de raíz los problemas que afligen a las comunidades campesinas confortantes de los núcleos de las grandes provincias andinas o selváticas.
El Congreso y las más altas autoridades del gobierno gastan sus energías pero a menudo en discusiones inocuas o que nada tienen que ver con los hondos problemas que afectan a la ciudadanía del otro lado de los Andes.
Recientemente se pasó un reportaje sobre la deforestación de la selva por parte de las grandes compañías mineras establecidas en la región. Los nativos de Yurúa se han quejado de las autoridades de Pucallpa que no detienen la deforestación de su hábitat.
Los indígenas achuares claman porque su sector está contaminado por los derrames de la OXY, y no hay comunidad detrás de los Andes que no tenga algo de qué quejarse.

Puno tiene problemas ancestrales que nunca ni siquiera han sido pretendidos ser resueltos. Conforman un hito en la historia por reivindicar sus derechos conculcados por siglos sin que las autoridades centrales se den cuenta de esas urgencias.

Justamente, “La Batalla por Puno” escrita por el historiador José Luis Rénique irrumpió hace dos años en el mundo político e intelectual denunciando o mejor dicho, señalando las razones fundamentales de la problemática puneña, del abandono en que vive, repetimos, una de las etnias más significativas del Perú.
Rénique dijo en un párrafo: “Los campesinos –declaración en 1978 de los obispos del sur andino- “han sido históricamente pisoteados” en nombre de la civilización occidental y cristiana”, cuya denominación “se sigue mintiendo a través de funcionarios, poderes locales y leyes que favorecen su expoliación” sin que la reforma agraria haya sido capaz de afectar en lo mas mínimo dicha tendencia. Su aplicación, más bien, ha generado un a acuciante desorientación que se traduce en la demandas de asesoría que las parroquias se esfuerzan por satisfacer”.
Luego, agrega: “Creen en la integración del Perú a partir de sus raíces culturales andinas. Punto de vista que encontraría respaldado en la tradición radical peruana –de José Carlos Mariátegui, José Maria Arguedas y de éste a Alberto Flores Hidalgo. Y en la sobrevivencia de la cultura andina en el Puno moderno, testimonio, según ellos, de su fuerza y vitalidad”.

Finalmente, ofrece este testimonio casi actual: “La población, dicen las estadística,. es ahora más urbana que en 1980 lo que no conlleva una completa ruptura con la vida rural, “las combis” invaden el campo acortando distancias entre ciudad y campo. Se multiplica el fenómeno de los municipios campesinos. El ámbito de la pequeña y micro empresa crece en Puno y Juliaca atrayendo manos de obra del campo. Surge así lo que algunos identifican como un patrón de vida rural- urbano, una nueva fase de la vieja lucha por la sobrevivencia del poblador campesino altiplánico. ¿Lograremos que el nuevo gobierno regional, lejos de ser el último peldaño de un estado expoliador, sea el representante de la emergente sociedad civil?”

Esa es la pregunta crucial que se hace el historiador Rénique a nombre de todos nosotros, los demás, hartos de la discriminación étnica y abandono social del Perú andino, propiciadores de todos los terrorismos posibles.

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