APRA SE ACERCA AL FASCISMO

Todo era imaginable en estos últimos tiempos, menos que el Gobierno se viera obligado a echar mano a una medida dictatorial para aliviar la situación social que lo acongoja.
Hace muchos meses que la protesta popular generada por la irredenta situación social, y luego, el incumplimiento de las promesas hechas por el presidente de la República al asumir su mandato, empezó a sentirse suavemente hasta que en estos últimos días alcanzó niveles muy peligrosos y por lo tanto, muy preocupantes.


La huelga del SUTEP o sea de los profesores de todo el país duró 15 días, los que pasaron llenos de incidencias. En algunos lugares, los sutepistas exageraron la nota. En el Cusco, incendiaron los pastos que circundan el Aeropuerto. Por el humo y otras consideraciones, se suspendieron varios vuelos y visitas a Machu Picchu.
A esta huelga nacional se sumaron coincidentemente o no, otros sindicatos o instituciones que reclamaban al Gobierno, cada cual solución a sus propias demandas. Los catedráticos de las Universidades nacionales también anduvieron de huelga indefinida, pero nadie les hizo caso, porque no quemaron llantas, como se merecia del Castillo. Pues, las huelgas se dieron en casi todo el país.

El APRA o partido de gobierno se vio entre la espada y la pared y como medida única inmediata salvadora, el presidente García ordenó que las Fuerzas Armadas salieran a cooperar con la Policía Nacional a mantener el orden. Esta fue una medida desesperada ya calificada de autoritaria.

Lo más atinado hubiera sido que las autoridades correspondientes trataran de solucionar las huelgas no bien se iniciaron. Eso era lo más natural del mundo, lo más aconsejable. Si no hubieran sido resueltas en la primera reunión, los huelguistas habrían considerado que había voluntad política de arreglo.

La actitud del presidente García y del primer ministro, Jorge del Castillo, fue la soberbia. Como se conoce sobremanera, a los del SUTEP les advirtió: que primero levantaran la huelga y después conversarían.
Quince días después se suspendió la huelga, pero ya el país estaba soliviantado y se habían cometido infinidad de fechorías, inclusive la policía había abusado muy rudamente de su fuerza contra los huelguistas.

FASCISMO.- Ahora, el gobierno refrenda su dureza y prepotencia y emite un Decreto que ha sido rechazado por tirios y troyanos. Hay abogados especialistas que confirman su rechazo al Decreto por considerarlo anticonstitucional y dictatorial, fascista, dicen algunos.

El Gobierno ha decretado que todas las autoridades regionales, alcaldes o gobernadores, etc. serán apresadas, enjuiciadas y condenadas si llegaran a participar en las manifestaciones o huelgas organizadas por los trabajadores. García Pérez y del Castillo no han encontrado mejor remedio al descontento popular que endurecer sus medidas, emplear la fuerza, como medio disuasivo o remedio para los reclamos colectivos a los que apruebe alguna autoridad. Estamos viviendo momento políticos cruciales, dicen los viejos políticos y un diario local.
En el Perú hemos tenido dictadores a quienes no les quedó sino apalear, apresar y por último deportar a los protagonistas de huelgas, paros, etc.

Dentro de unos días, García Pérez cumplirá un año en el gobierno y no se puede decir que no haya hecho nada por el país, sería absurdo; pero debe haber graves deficiencias sociales cuando casi todo el país está en contra, cuando los más necesitados están en contra.
Han mejorado algunos sectores, pero la mayoría sigue inmersa en la pobreza y la desesperación.

Las autoridades dicen que quienes protestan son los comunistas, los vándalos, los que no quieren que el Perú progrese. ¿Los comunistas y los vándalos son la mayoría del país? Estos no pasan de ser sino unos cuatro gatos.

El nuevo año de mandato del presidente García Pérez se inicia el próximo 28 de julio en momentos en que menos de la mitad de los peruanos aprueba su gobierno. Deberá repensar, pues, deberá dar marcha atrás y borrar esos decretos anticonstitucionales, fascistas, si sueña con terminar bien su mandato. Casi todas las autoridades regionales han protestado masivamente porque éstas –nombradas por el pueblo y no por el gobierno- han sido prohibidas de participar en las protestas organizadas justamente por el pueblo que las eligió y no por el gobierno,

Por supuesto que una cosa es la participación pacífica en una manifestación y otra es la participación en el vandalaje si se diera el caso. Eso sí, sería punible.

WARI.- Acaba de llegar caminando a pie algunos cientos de kilómetros, en una llamada ”Marcha de Sacrificio” de Wari, desde la sierra de Ayacucho, una delegación de ciudadanos para presentar su pliego de reclamos al Supremo Gobierno. Este lo ha atendido de inmediato. ¿Querrá Jorge del Castillo que todos los trabajadores peruanos pobres que reclaman, realicen su respectiva “marcha de sacrificio” para ser atendidos de inmediato?