ENCUESTAS DE DESPRESTIGIO
Por ejemplo, dicen que la periodista más poderosa del Perú es la señora Magaly Medina y que el gobierno del presidente Toledo en un período parecido es mejor que el gobierno del presidente García.
Esto no puede ser admitido por gente pensante, lo que demostraría en todo caso, que los opinantes o público encuestado no tiene criterio suficiente para juzgar las cosas.
Claro que una encuesta lleva el peligro de la improvisación, de la ligereza, no hay mucho tiempo para pensar, para la disquisición, para el razonamiento. Pero, afirmar que la señora Medina es la más poderosa del periodismo femenino nacional es un error garrafal.
O poderosa, en qué sentido?. Su poder quiere decir qué?. La señora Medina es más poderosa que cinco periodistas mujeres que actúan en Lima o el país? What?
La señora Medina podrá disponer de algunas cualidades mediáticas para su supervivencia pero no para el mejoramiento de la sociedad, del país ni cultural ni económico ni social.
Puede ser que sea útil para algunos amigos suyos, pero para nadie más, los periodistas serios o maduros o con capacidad calificativa, no me parece que la consideren la periodista más poderosa del Perú.
Aquellos periodistas saben perfectamente que la fuente informativa de la señora Medina es el chisme, es el ampay, ese método de destrucción social antes que de construcción social.
Delatando a un futbolista que entra a un hotel con una muchacha no es nada fortificante, al menos de la forma como la señora Medina presenta el caso. De esa manera no va a moralizar a nadie si es que lo hecho por el futbolista se toma como una inmoralidad sin cuento.
En este momento, la señora Medina debería estar realizando trabajos de limpieza pública en algunas calles de Lima como castigo ordenado por la justicia peruana a causa de desajustes éticos cometidos a menudo por dicha dama.
Algo que podríamos decir que se obtiene terminantemente de los resultados de esta encuesta es la inmadurez de nuestro público opinante. Todos sabemos que las grandes mayorías nacionales son ígnaras, no tienen conocimientos políticos ni culturales suficientes como para emitir opiniones a estos niveles.
No más que por ejemplo ¿Qué periodista te hace reir más, te da más cólera, te gusta más, te divierte más; pero de ahí a advertir el peso del poder político, económico, social o cultural?, por favor.
Este no es un problema público de hoy sino de ayer y de anteayer. En el período del gobierno anterior, los limeños votaron para que nos representara en el parlamento una vedette de lo más vulgar e ignorante posible. Su propaganda pública estaba inscrita en sus nalgas las que eran exhibidas por calles y plazas sin la menor inhibición o respeto. La idea era llegar al Parlamento a como dé lugar. Y nosotros, votamos por ella y ella fue elegida. El papel que desempeñó ya en su curul fue lo más ridículo e inmoral que se puede pensar.
Ahora estamos viendo que el Parlamento está conformado, no por vedettes sino por una tanda de congresistas mediocres y corruptos. Esta no es una apreciación falsa, casi todos los días se revelan hechos vituperables cometidos por los señores parlamentarios.
Lo mismo ha ocurrido con la opinión de que el ex presidente Toledo fue mejor que el presidente García. Claro que el gobierno de García es malo pero, el gobierno de Toledo fue peor, más inmoral, cometió errores mucho más desastrosos que los que comete el actual.
García no tiene su Punta Sal que solo determinó a un presidente que estaba tratando de lavar su complejo de inferioridad ocasionado por su origen étnico. Lo de aceptar que era el Pachacutec de nuestros tiempos, en vez de levantarle la moral, la hundió.
Su esposa contribuyó al desastre de Toledo tanto que desde cuando terminó de gobernar la señora que se fue al extranjero nunca más ha regresado al Perú ni regresará porque su vida fue tan dispendiosa que debe tener vergüenza.
En fin, las encuestas no sirven para nada o sirve de muy poco como puntos de referencia para saber cuánto valen las personas o cuánto vale lo que hacen o lo que no.
Mientras tanto, la señora Medina, cuyo apodo es “La Urraca” no muy alabancioso por cierto, no puede ser “la periodista más poderosa del país”, salvo que sea la más poderosa en el terreno del chisme o la depredación social o humana.
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