MINISTRO GARRIDO LECCA: RENUNCIE
Claro, él no tiene toda la culpa de su comportamiento sino el Gobierno al que está sirviendo. Hace rato que el presidente García ha debido detener sus payasadas para que no se convierta en el hazmerreír aprista de la sociedad.
Garrido-Lecca, que enfrenta a una huelga total de una gran mayoría de médicos peruanos, en primer lugar debió arar mar y tierra para evitar que los médicos se desbordaran y armaran una protesta con visos de nacional. Debió conversar pero sin soberbia, sin prepotencia, sin creer que él es el rey del mundo.
Eso en primer lugar, en segundo lugar, debió encerrarse en su Ministerio para ver cómo transcurre la huelga buscando, junto con sus asesores, la mejor forma de terminar con dicha huelga.
Y jamás, continuar haciendo sus payasadas de enfrentar a los huelguistas en las calles.
El es una autoridad que debe buscar todas las formas de respeto público y privado. El presentarse en las calles o frente a los hospitales a buscar camorra es solo digno de dirigentes de construcción civil y ni siquiera porque ellos lucen a menudo comportamiento menos criticables.
En el tercer día de huelga, Garrido Lecca fue a los alrededores del Hospital Arzobispo Loayza e hizo el ridículo. ¿Quién creyó que era Garrido Lecca, en ese momento? Solo un provocador cualquiera. Lo pifiaron no solo los médicos sino los enfermos y el público que lo rodeaba, lo denostaron y finalmente, le tiraron huevos y le cerraron el paso, no lo dejaban escapar.
Los que vivimos en Lima más allá de 50 años, jamás hemos visto parodia semejante. Siempre los ministros se portaron como ministros. Es cierto que una mayoría de ellos, en casos como este, tampoco se supieron comportar, pero jamás salieron a hacer el ridículo de enfrentar a los huelguistas, a exponerse a que le falten el respeto. Un Ministro en la calle frente a la turba, ya no es ministro, es una persona cualquiera, en esas circunstancias ha dejado de ser autoridad.
Pero además, en última instancia si en esta huelga él tuviera razón, tal vez, sería pasabble y podría desempeñar un papel heroico.
Pero, todos sabemos que no es así.
Sea com fuere, quien reclama algo siempre tiene la razón, y suponiendo que no lo tuviera, habría que luchar para que así lo entendiera a como dé lugar.
La incorrección, la viveza criolla, la irresponsabilidad no es patrimonio de los médicos. En todas las instituciones públicas o privadas que funcionan en el país, se cometen irregularidades, a menudo hay corrupción.
Estamos viendo cómo en el Parlamento se debaten hoy mismo de cinco a diez incorrecciones cometidas por congresistas que dan vergüenza, gente innoble que hace trabajar a sus empleados como sus asesores y aparte de que nos les pagan los sueldos que figuran en planillas, le roban impunemente a dicho pseudos aesores. Y todavía se quejan, y todavía alegan y todavía hay otros parlamentarios que los apoyan y pugnan por evitar que se les castigue.
Pues, bien, Garrido Lecca no está en un eden, está en un país donde nadie cumple lealmente con sus obligaciones ni gana lo que debe ganar.
Garrido Lecca parece un chalaco acostumbrado a la riña, al enfrentamiento, a arreglar las cosas a patadas. Está acostumbrado a buscarle cinco pies al gato.
Se disfrazó de guachimán y a la media noche se fue a los hospitales a ver si los doctores cumplían con sus obligaciones. Y encontró a uno de ellos durmiendo, pero según éste, cuando no tenía ninguna obligación profesional, en ese momento no le quedaba sino descansar, dormir, para lo cual estaba debidamente autorizado.
Garrido Lecca hizo de esto un banderín de trapo y al siguiente día lo hizo como si los médicos en general eran unos sinvergüenzas Bueno, sinvergüenzas, les ha dicho, y últimamente los calificó de cobardes.
Muy mal, ministro Garrido Lecca.
El presidente García ya debe subrogarlo. Usted debe presentar su renuncia dada su incapacidad para desempeñar semejante cargo, por favor. Used debe regresar a escribir cuentitos, a inventar tapones de lujo para los WC de ricos, a filmar cortos de payasitos tipo Walt Disney, etc. Usted ha nacido para ese mundo no para el de un Ministerio donde se necesita mucha responsabilidad, mucha cordura, mucho respeto público.
Renuncie, ministro Garrido Lecca, avergüéncese de que casi todos los médicos del Perú lo repudian. Y muchos de los que no somos médicos, también. Haga todom lo posible por arreglar la huelga, a buenas, usted tiene la sartén por el mango, pero no abuse de su poder. Acaba Ud. de clausurar las Clínicas que funcionaban dentro de los Hospitales Públicas, una medida írrita, abusiva, contra loa médicos en huelga, por decir lo menos. Arregle a buenas, en todo caso,renuncie para que otro Ministro ponga las cosas en su sitio.
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