TOLEDO Y SU COMPARSA
ECOS DE FIESTAS PATRIAS
Tal como lo dijimos en el comentario anterior, el 28 de Julio, Día de la Patria, no tenía sino el significado de señalar el 184 aniversario de nuestra independencia nacional. Nada más. No hay ninguna otra razón valedera. El Perú sigue postrado como quedó desde el 28 de julio de 1821. Peor, ahora, luego de cuatro años de gobierno del presidnete Alejandro Toledo. Ahora no solo ha sido la debacle sino el ridìculo. Veamos algunas razones:
Toledo y su comparsa
El presidente Alejandro Toledo demostró una vez más ser un caradura.
Su presentaciòn en el Congreso para leer su discurso constituyò una farsa completa.
En los últimos cincuenta años, jamás se vio a ningún Mandatario hacer el ridículo al pasearse en un carro descubierto levantando el brazo para corresponder al saludo de miles de personas que lo vitoreaban a su paso. ¡Qué pena!. Pensar que todas esas gentes fueron llevadas en ómnibus desde las barriadas para armar el show. Eran “La portátil”, una comparsa constituida por gente pobre que acude gracias a alguna prebenda.
Las autoridades policiales habian dispuesto que horas antes del discurso, nadie podía circular en el centro de la ciudad, salvo los de “La portátil”. Aún para los periodistas hubo limitaciones, tal como se pudo ver por televisiòn.
Era lógico. Desde cuando Toledo empezó a gobernar, fue pifiado, porque su debut constituyó fijarse el sueldo más alto que ningún gobernante de la region: 18 mil dólares mensuales. Para un país donde la mayoría estaba bajo la línea de la pobreza extrema, 60 mil soles en moneda muestra, era un insulto descarado.
Desde entonces, nadie lo “pasaba”. A lo largo de todas sus presentaciones públicas, Toledo fue abucheado, pifiado, insultado groseramente y agredido con cáscaras de fruta o huevos podridos.
La señora Eliane Karp, lo acompañó al Congreso, no al Te Deum, por su antipatía al Primado peruano Cardenal Cipriani. La Primera Dama judía era toda sonrisas enviando besos volados a su “pueblo” que lo vitoreaba. Estas imágenes televisivas no provocaban rabia sino pesar. Nunca antes se había visto tanta desfachatez, tanta farsa, tanta sinvergüencería!.
Sobre el dicurso, todos los diarios del siguiente día criticaron aservamente el dicurso presidencial. Hasta sus partidarios tuvieron frases de reproche. Y desmentidos del tamaño de la catedral. El decano de Economía de la Universidad El Pacífico desmintiò públicamente a Toledo luego de la aseveración de que dicha Universidad avalaba el éxito de su gestiòn económica. El decano Alejandro Gonzàles, alterado y contundente, le dijo con todas sus letras: ¡Usted es un mentiroso!
Una encuesta dolorosa
El diario Peru21, publicó una encuesta reveladora de nuestra nacionalidad. Las cifras ponen al descubierto no un secreto, sino una realidad dolorosa.
Claro que la encuesta no puede tomarse al pie de letra, tan matemáticamente, como lo señalan los porcentajes, pero de todos modos, debe ensombrecernos.
La más importante, la que coincide con nuestra preocupaciòn editorial es la siguiente: “En el Perú ¿hay una nacionalidad sólida y firme?”
Las respuestas son: El 46.7% contesta que no y que está en desacuerdo con el fondo de la pregunta. El 21 por ciento dice que no está de acuerdo con ninguna de las anteriores, posiblemente en referencia a los adjetivos calificativos o sea que la nacionalidad, no es ni sólida ni firme. Y finalmente, solo el 32.2 por ciento afirma que sí, que en el Perú hay una identidad nacional sólida y firme.
Si analizamos las cifras, encontraremos que solo un tercio de los peruanos consideramos que sentimos la nacionalidad; y esto es lo doloroso y preocupante, aunque el problema no corresponda a la actualidad sino que se arrastra desde los tiempos coloniales.
Claro, el problema tiene muchas aristas, es muy complejo, pero debe ser la primera preocupación o tema prioritario de los gobiernos futuros: buscar la forma de incrementar la nacionalidad peruana. Porque un país, un Estado, sin nacionalidad no es nada, es apenas un ente pero sin espíritu, sin alma. Lo que mantiene a una naciòn para jactarse de su soberanía es su nacionalismo, su capital de identidad, de fraternidad idealista total.
Cuando el Perú advino a formar parte de los países libres, lo hizo sin darse cuenta que su construcciòn estaba realizándose sobre bases pluriculturales y pluriétnicas. No sucediò como en el Congo o en Tailanda, en China o en Egipto. Los españoles pretendieron abolir, acabar con la razas indígen o grupos étnicos que encontraron en la conquista. Pero no lo consiguieron. En 1821, los quechuas o aimaras estaban prácticamente intactos, no obstante los esfuerzos que se hicieron para destruirlos. Las lenguas autóctonas prosiguieron vivas asi como sus culturas. Quinientos años despúes del descubrimiento de América y 200 años despúes de la liberaciòn colonial, los indígenas siguen adorando a los Apus. Todos los años se realizan romerías a los cerros para agradecerles favores. Todavía hablan sus lenguas y subsiste el “servinacui”.
Pero, además, esos grandes grupos indígenas nunca fueron bienvenidos. La explotaciòn hispana prosiguiò. Quienes los heredamos continuamos creyendo que esas étnias están por debajo de nosotros, los criollos o los cholos, aquellos que consitituimos un “continuom” de los conquistadores y las ñustas.
Mientras no se encuentren fórmulas de indentidad eficaz y rápida vamos a seguir arrojando solo el 32 por ciento de gentes que creemos en la peruanidad. Claro que otra cosa es tenerle amor al Perú. Porque el amor al Perú lo tienen también los extranjeros y hasta hay muchos no nacidos aquì que quieren al Perú mucho más que quienes hemos nacido en esta tierra.
A la pregunta de “¿cómo se siente de ser peruano?”, el 4.4, muy a disgusto; el 7.9, a disgusto; el 9.6, me es indiferente; mientras el 50.3, a gusto; y solo el 26.3, muy a gusto. Es decir, que solo una mínima parte se siente “a gusto” o sea acaso, orgulloso, de ser peruano.
La encuesta revela también, lo que no lo ha hecho aún el Estado, que el 60.3 se considera de “raza” mestiza; el 27.3, chola; el 7.3, blanca; y el 4.7 por ciento “de otras “razas”.
Esto revela que los mestizos y cholos, sumamos 87.2, o sea la mayoría de la poblaciòn. Sobre esta base se deben realizar todos los cambios estructurales del Estado, sobre esta gran mayoría nacional, los gobiernos deben trabajar para “peruanizarlos”, es decir, incentivarlos para que tengan mayor fe en el Perú, para que se enteguen en “cuerpo y alma”, como dice una frase común.
Otra cifra reveladora, absolutamene positiva, radica en: ¿Cree que los peruanos habitualmente se sienten Orgullosos de su raza (70.5); identificados con su país (67.7); menospreciados por ser del Perú (35.7); avergonzados por haber nacido acá (18 por ciento).
Nuevamente, hay que reflexionar que sentirse orgulloso de ser peruano no revela que nuestra nacionalidad este asegurada. Hay que seguir pensando que solo el 32.2 por ciento piensa que hay nacionalidad peruana, que es diferente. Repito: “Un futbolista argentino y otro brasileño declararon alguna vez que se sentían muy orgullosos de haber adquirido la nacionalidad peruana”. Claro, aquì pudieron influir intereses económicos, pero ambos se han quedado aquì, han formado sus hogares.y posiblemente aquì los entierren.
Un 80 por ciento ha contestado que si se presentara la ocasiòn, “volvería a nacer en el Perú”, mientras un 29” , dice que “habría preferido otro país”.
Hay muchas más respuestas, pero solo tomamos esta última: “Por qué le gustaría nacer (vivir) en otro país?.
1) poque aquí no se tienen oportunidades de salir adelante (80.2); 2)le gustaría tener posibilidades de triunfar (47.4); 3); aquí no se valoron las capacidades ni las potencialidades (35.7); 4) aquí todos están contra todos (17.7); 5); le da vergüenza ser peruano (10.4).
Cifras contundentes positivas y negativas, altruístas y mezquinas, conscientes o inconcientes, ninguna de media verdad. Otra encuesta, no está, revela que “los peruanos” somos mentirosos, rateros, envidiosos, ignorantes, etc., lo cual fue comentada luego como que se refería a los “limeños” y no al resto de “peruanos” es decir a los que viven en provincias.
Los numerales 1, 2 y 3 son magníficos referentes para los gobernantes, para quienes deben dictar nuevos códigos de desarrollo, nuevos cambios estructurales. En realidad, todos vemos, por ejempo, que 3), “aquí no se valoran capacidades ni potencialidades”.
El presidente Toledo no valoró nada y por eso sus consejeros fueron chilenos y su entorno, incluyendo a su guardaaespaldas, son judíos. En los canales de televisòn, primero escogen a extranjeros y después a los peruanos.
Espero que no se me tome como xenófobo. Tengo numerosos amigos extranjeros que me son entrañables.