EL MUNDO, UN DÍA

Blog del Periodista Manuel Jesús Orbegozo. Este blog se mantendrá en línea como tributo a quien con su pluma forjo generaciones de periodistas desde la aulas sanmarquinas. MJO siempre presente.

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Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista hizo historia en el Perú y en muchos de quienes lo conocieron. Puede además ver su galeria fotográfica en http://mjorbe.jalbum.net Nota: MJO partio el 12 de setiembre para hacer una entrevista, la más larga de todas. MJO no se ha ido, vive en cada uno de los corazones de quienes lo conocieron.

Friday, February 27, 2009

ORDEN DOL SOL A UGARTE DEL PINO

>

UGARTE DEL PINO
"La historia del Perú ha sido traicionada”
por Plinio Esquinarila



> Un éxito rotundo fue la ceremonia de entrega de la Orden “El Sol del
> Perú” en el Grado de Gran Cruz, en el Salón Dorado de Palacio de
> Gobierno, al ilustre jurista e historiador Juan Vicente Ugarte del
> Pino, por los servicios prestados a la Nación y porque gracias a él,
> se afirmó, el Perú puede gozar de una interpretación pluralista y
> desafiante de su historia.
>
> No ha sido Torre Tagle, esa guarida influenciada por el lobby chileno,
> con honrosas excepciones por cierto, la que le ha impuesto la
> condecoración, sino que ante el retardo evidente por obra de su jefe,
> el canciller Joselo, de visita en Cipango, Alan García se ha dado la
> molestia de no darle más demoras al reconocimiento a uno de los
> principales memorialistas del Perú, al jurista, al archivista, al
> maestro, al hombre leal a sus alumnos y a sus amigos.
>
> Solo tres embajadores de nota, más la presencia obligada del hombre de
> protocolo de Cancillería, púdose ver en tan magno evento, destacando
> la figura de Marisol Agüero. ¿Por obra de qué obra de arte de
> birlibirloque no llegaron los de Cancillería, de la Academia
> Diplomática, o el equipo que tiene en sus manos el tema del diferendo
> limítrofe en La Haya, del cual Ugarte del Pino forma parte?
>
> Como quiera que tales ausencias eran evidentes, pero que en nada han
> empañado el lustre del evento. ¿Por qué tenían que formar parte del
> convite quienes están en las antípodas del pensamiento y la praxis de
> Ugarte del Pino, es decir los personajes que son funcionales a la
> historiografía oficial y complaciente, quienes quieren hacernos
> deglutir la historia al revés, con omisiones, para justificar hechos
> ajenos a nuestro devenir, como en mas de una oportunidad lo precisara
> el mismo Ugarte del Pino?
>
> Claro, sucede que Ugarte del Pino pertenece a otra raza: a esa que
> considera que la historia del Perú ha sido traicionada y que muchos de
> los personajes de marca mayor, como Simón Bolívar y Nicolás de
> Piérola, o tienen un rabo de paja más grande que el cometa Halley o
> son un bluff sobredimensionado por circunstancias e intereses cada vez
> más difíciles de ocultar. Por eso que en una entrevista se preguntó
> ¿por qué no se divulga en el Perú las obras completas de Simón Bolívar
> de Vicente Lecuna, donde están todas las arengas del mismo Bolívar
> contra el Perú? Felizmente a raíz de esta imprecación un estudioso
> honesto de Torre Tagle ya se dio ese trabajo.
>
> La ceremonia en Palacio de este jueves –es bueno subrayarlo- fue
> afirmativa. Y fue así porque el homenajeado tampoco pertenece a los
> hooligans del lamento y del pesimismo que pregonaban años atrás la
> inviabilidad del Perú como nación, que después se mutaron a un ropaje
> de intelectuales plásticos, prestos éstos a superar a sus antecesores,
> con revisionismos torpes y "complejizaciones de la historia" con tal
> de ocultar la responsabilidad de los proditores en las horas más
> difíciles de la historia patria.
>
> En el ínterin, Ugarte del Pino tampoco se sumó a ese tiempo hipotético
> triste del desconcierto en que el pensamiento ya no es de izquierdas
> ni de derechas sino un mero snob, un flash pro-mercado de la
> posmodernidad, cuyo cordón umbilical con la plasticidad historicista
> era y es edulcorar sucesos y apellidos.
>
> Es pues toda una telaraña que en lo político va acompañado con ese
> arribismo perpetuo ante embajadas y conciencias culposas de Occidente,
> como la de Angela Merkel, la canciller alemana que quiere crearnos más
> ojos llorones y "museos de la memoria" para beneplácito de quienes
> pretendieron hacernos creer, hace pocos años, que el “conflicto armado
> interno” del Perú fue más atroz y sangriento que la guerra con Chile y
> las guerras de la Independencia juntas.
>
> Habría que preguntarle sobre el particular a Ugarte del Pino, cuyo
> abuelo peleó en esa guerra desde el comienzo en 1879 hasta el final en
> 1883. Podemos entonces concluir en que la interpretación rebelde de
> nuestro devenir recién empieza, y tiene en Ugarte del Pino un soporte
> ineludible.

Tuesday, February 24, 2009

"MUSEO DE LA MEMORIA" EN PROBLEMAS

Se acaba de publicar un Comunicado que ha erizado la piel de muchos y ha generado el rechazo de una mayoRía en el país. El gobierno de Alemania ha obsequiado DOS MILLOES DE DOLARES para que se erija un Museo de la Memoria que sirva para recordar a los caidos en la guerra terrorista del 90, sin excepciones. El Museo deberia servir para abolir para siempre la idea de la violencia y proclamar la pazEN NUESTRO PAÍS Y EL MUNDO. Han empezado ha escribir cartas o emitir opiniones en las que se expresan diferentes pareceres al respecto aunque todas rechazando el comportamiento del gobierno peruano. Copio al pie una de esas cartas que difiere de este sentido y me parece contener mucha madurez y sentido de la justicia social y política peruanas. El texto dice lo siguiente, y no consigno la firma del escritor porque no tengo la autorización correspondiente:

”He leído con detenimiento la copia del Documento que se adjunta, sinceramente creo que comunicar la verdad a las generaciones futuras es más que una muestra de transparencia, lo es de madurez social. La violencia fue responsabilidad principal de la subversión de Sendero Luminoso y del MRTA, es cierto que el Estado actuó y venció, en algunos casos pudo haber o hubo excesos. No somos jueces y menos dioses para determinar ello, pero también es cierto que la verdad se oculta de muchas maneras, una de ellas es evitar mostrar que el Estado actuó con el aval implícito de la opinión pública y pretender que el conflicto fue un problema de bandas delincuenciales violentas. Basta revisar las encuestas de entonces, cuántas personas decían "basta ya", dando un aval implícito a un accionar del Estado que pudo ser igual de cruel, sanguinario y violento que la subversión; pero, entre uno y otro, el Estado fue éticamente superior, el Estado buscaba restaurar la convivencia pacífica y no hacer de la violencia su modus operandi per secula seculorum, el Estado buscaba restaurar la democracia donde la discrepancia es tolerada. Los otros no, la subversión quería imponer su verdad y aplacar la discrepancia con la muerte del opositor. La historia del Estado peruano nos ha demostrado que pudo haber y hubo excesos con mayor o menor intensidad, dependiendo del régimen de gobierno, pero el Estado como entidad permanente desde 1821 no es el promotor de la violencia y menos del terrorismo.

Contextualicemos los hechos para que las futuras generaciones no incuben resentimiento hacia las instituciones del Estado peruano, particularmente hacia nuestras fuerzas del orden (FFAA y FFPP), quienes fueron las encargadas de enfrentar a la subversión, con todos sus matices.

Que se sepa, por ejemplo, cuando se atacó y capturó rehenes en la residencia del embajador de Japón, hubo encuestas de opinión pública en las que se formulaba preguntas como, ¿cuánto tiempo considera usted que debe esperar el gobierno para intervenir y recuperar la residencia?, la respuesta mayoritaria era cuatro meses, haya o no sobrevivientes. Estoy seguro que antes también se realizaron encuestas de este tipo.

Entonces, siendo conveniente que se sepa la verdad, también es cierto que en dicho museo debe darse a conocer que el Estado actuó con un aval mayoritario de la población en el aciago período de la violencia.

Tengamos presente que la presión social para la salida del tercer fujimorismo no se sustentó principalmente en actos de violencia, sino en la indignación colectiva que hizo que, a pesar de que contaba con respaldo del poder fáctico e institucional, Fujimori tuvo que renunciar ante una posible destitución del Congreso y renovarse la clase política con capacidad de conducción de la república en solo ocho meses, con el gobierno del Dr. Paniagua.

Como algunos han apuntado en anterior oportunidad, si realmente queremos que la historia no se repita hay que promover la indignación ciudadana contra todo tipo de violencia, porque solo así quien pregone la violencia como mecanismo de cambio social será excluido y rechazado. Un museo que no incluya el registro del sentir mayoritario de la opinión pública de entonces hace un registro parcial de los hechos, por consiguiente, no logra su cometido y hay que reformular su planteamiento y su conceptualización, de lo contrario generará rechazo, solo será un registro de hechos de violencia de unos en contra de otros, como si los demás ciudadanos hubiésemos estado al margen...y eso no fue así.

Con el mayor afecto

Sunday, February 22, 2009

LA AMANTE DEL LIDER


El Líder me dio la bienvenida, me abrazó y compartió conmigo la manzana del paraíso que estaba comiendo. Vestía una camisa gris gastada, muy gruesa y un saco descolorido y descansaba en su sala-comedor-escritorio-cocina, con libros empastados y grandes fotos de su joven mujer y de sus hijos; y la foto aldeana de Juan Pablo II a todo color exornando media pared. Desde una ventana esquiva se veía una parte del barrio de trabajadores de Gdansk, oculta tras un cristal vergonzoso.
¿Cómo llegué hasta su casa a orillas del mar Báltico, y cómo, hasta él, cuando él era un hombre vigilado al milímetro por la policía secreta y yo no tenía ni la menor intención de conocerlo?.
No alcanzo a explicármelo aún.

Recuerdo que yo viajaba como turista embarcado en Viena con destino a Varsovia a visitar a un amigo de profesión, el arquitecto Wladyslaw Gomulka, nombre idéntico al del secretario general del Partido Unificado de su país, lo cual le ocasionaba serios contratiempos.
Conocí a mi colega cuando volábamos de París a Hong Kong, a un congreso mundial de arquitectura, sin pensar que esa amistad de viajeros se convertiría en imperdurable. Cuando él pasa por mi país, lo primero que hace es visitarme, se aloja en mi casa y compartimos dos o tres días de irreprochable amistad.
Luego de Varsovia, visitaría Lodz (se pronuncia “Luech”, me enseñaba sonriendo) y Chestokowa. Me interesaba conocer la célebre Universidad de Lodz y luego, poner un exvoto a los pies de la Virgen de Chestokowa, por encargo de mi madre. Ella, a quien amo tanto, me había recomendado que ahora al regresar a Polonia no dejara de visitar a la Virgen de Chestokowa, como en Praga, visité al inefable Niño-Dios, (imagen de mi infancia adorable). "Es la única virgen negra que hay en el mundo y te hará el milagro que le pidas”, me recomendó mi madre cuando la besé en la frente como lo hacia siempre en mis despedidas. Por vanidad de hombre es que esa vez no le pedí a la Virgen el milagro que necesitaba
El tren en que viajaba se detuvo en la estación de Katowice.

Yo iba ordenando mis apuntes sobre la belleza insólita de los imponentes Montes Cárpatos, cuando subió una hermosa muchacha de 20 años. Llevaba una maleta pequeña y un bolso ligero que parecía contener apenas un necessarie y un pañuelo. Vestía un traje de lana gris hasta la rodilla, botas a la altura de la pierna, inventadas sólo para las polacas, y un grueso sacón de piel de nutrias jóvenes.
Yo ocupaba el asiento No. 042P, coche No. 0011, según el boleto que hasta ahora conservo, y cuando ella entró, no había ningún pasajero, sólo estaba yo e iba abstraído en ordenar mis apuntes; no presté atención pero cuando levanté los ojos, ya no recuerdo por qué, me encontré de golpe con sus ojos celestes que me miraban desde un rincón del asombro.
Me turbé. No atiné a salir del momento azorante, sentí como si de pronto me hubiera colocado ante un juez de quien dependiera mi vida o mi muerte. Ella me sonrió templando las comisuras de sus labios de trazo y grosor perfectos, y a mí no me quedó sino sonreírle atolondrado y saludarla como saliendo chamuscado de un incendio. Creí que se trataba de la reina de un cuento infantil.

Empezamos a conversar en alemán que ella lo hablaba mejor que yo, por lo menos su entonación era perfecta. Me enteré de quién era, qué hacia y a dónde iba. Digo que su alemán era perfecto porque cuando un policía polaco entró a pedirnos los pasaportes, ella le habló en alemán, siendo polaca. El policía pareció no percatarse de esta falta de identidad, aunque creo que no entendió nada o se hizo el que no entendió porque cerró el pasaporte aparentemente sin ver las anotaciones sobre la vigencia de las visas ni tratar de mirarle el alma a través de los ojos.
Yo le alcancé a la muchacha un poco de mi historia apurada de los años recientes, de mi estúpido divorcio de Leila, (¿qué estará haciendo Leila, por amor de Dios, qué habrá hecho en estos 2 años de separación?) después de doce tormentosos aunque inolvidables años de casados; y ella, igual, me habló de su soltería, de sus amores con un diplomático alemán y de sus estudios de ciencias políticas en Bohn; describimos nuestros itinerarios que no eran absolutamente coincidentes, sino absolutamente opuestos por el vértice, cuando de pronto, ella dejó su asiento y pasó a sentarse a mi lado.
La acción me tomó de sorpresa, fue como un asalto de guerra. Es cierto que habíamos cambiado frases y miradas insinuantes, y hasta me aventuraba a pensar que podríamos simpatizar aun más, pero nunca me imaginé que se tratara de una exclusiva atracción física; a mí no me favorecía ni siquiera la ley de los contrarios o de las compensaciones: ella era una reina de belleza y yo, apenas un vasallo cualquiera. Pero, además yo calculé tímidamente, como si se tratara de ocultar un pecado, que yo la triplicaba en edad y todavía me quedaba corto. Ella podría estar en los 20 años exactos y yo mucho más allá de los 60.
No revelaré su nombre en esta historia, sino que la llamaré con el nombre de Zwalena, una de sus mejores amigas, chofer y secretaria general del Sindicato de Choferes de Polonia, según dijo; no osé preguntarle más, porque la indiscreción es madre de todas las guerras.
Pronto me di cuenta de que con Zwalena ya éramos más que amigos cuando pasamos por Brzni, y al atardecer y de pronto, Varsovia, como postal de invierno, difuminada y sombría.
En la estación, cada cual con su equipaje que apenas era de mano, le propuse ir a un hotel; me tensaba esperando el momento en que podría recorrer el paraíso de su piel a pie y acezante a consecuencia del violento romance empezado 12 horas antes; pero, ella prefirió proponerme ir a la casa de un pariente suyo, y presentarme como su marido. Me pareció una idea magnífica: Yo, un pobre mortal tercermundista sudamericano y ella, una indiscutible realeza europea.
En cierto momento me preocupó notarla azareada cuando dos hombres que se dirigían hacia nosotros, repentinamente, cambiaron de dirección. Ese encuentro frustrado sirvió para sentirme más cerca a ella porque me apretó contra su corazón que latía como un pájaro sorprendido en el granero; me besó apasionada sin importarle el pecado de que le triplicara en edad.

Hacía años que no visitaba la casa de un polaco, como la del señor Gierek, su tío, combatiente olvidado de la Segunda Guerra Mundial y ahora, dedicado a trabajos menores de regencia, según me informó.
Ahí, nos acomodó muy bien en un cuarto que tenía una cómoda, dos sillas de mimbre, un tocador antiguo con espejo ochavado y una cama amplia como el mundo, que era lo que a mí más me interesaba para levar anclas y navegar con el rumbo perdido en un mar de pétalos de rosa. Tenía, también, ventana a la calle por donde se veía pasar fantasmagóricamente a gente apurada y envuelta en sus abrigos de invierno que se difuminaban en un cielo jabonoso; y al siguiente día, palomas delante y cuervos detrás como jugando a los celadores y los policías.
Se había hecho tarde y apenas bebimos una tasa de café que el viejo preparó solícito porque el hospedaje significaba para él un ingreso extra de unos 200 zlotys devaluados, de todos modos, para él, una fortuna.
Ya en el cuarto, Zwalena empezó a desvestirse muy parsimoniosamente y antes de llegar a la desnudez total me pidió que disminuyera los resplandores de la luz. Yo apagué la bombilla del techo y sólo dejé la luz humillante de la mesa de noche. Tal como lo había pensado, Zwalena brotó como un hada en la semioscuridad, como una aparición de hermosura. Al verla, recordé a Vinicius de Morais, un poeta brasileño que escribió “La receta de una mujer perfecta”; yo habría afirmado que el poema fue inspirado en Zwalena si mi amigo Vinicius no hubiera muerto 30 años atrás, sin dejarme ni siquiera una nota escrita como estaba obligado a hacerlo dada nuestra tan cercana amistad.

Nunca antes había visto una mujer tan perfecta en la caída de los hombros a los brazos, en la esbeltez de su cabeza y su torso, en la entrada y salida de las caderas, en lo imponente de sus senos túrgidos donde cada pezón apuntaba apenas como un breve pico de maíz; tan perfecta en sus piernas poderosas y en su lánguida soltura con movimientos de gato. Entonces, rodé con ella sobre la cama porque meterse dentro de las sábanas habría significado una incalculable pérdida de tiempo; no me importó pensar que fuera una loca o una espía que tuviera un revólver o un frasco de veneno para eliminarme después de la orgía, como sucede en los cuentos de Poe o en las películas de Hitchcock.
Nos apareamos como si pretéritos tiempos incalculables hubiéramos estado separados y ahora al reencontrarnos, todo nos era deslumbrante. Ya conocía el sabor de su boca, porque pasando Chestokowa le había dado el primer beso, tan apurado como el tren, pero desconocía el sabor de su cuerpo y entonces, sentí como que ya no era cosa mía sino de los dos el haber estado muertos por siglos y que ahora, en la resurrección de la carne, todo era tan intenso que sólo nos dimos cuenta de nuestra locura cuando al siguiente día, el medio sol de invierno, como un ujier mezquino, entró por la ventana a informarnos que ya era medio día.
Nos levantamos y fuimos al centro de la ciudad y ella compró el diario cuyas noticias principales, que eran sombrías, me las tradujo, y yo le compré una revista de modas y noté que me amaba cada vez más porque le gustaba que todos nos vieran amarnos y pasear felices y pasado el medio día, almorzamos en un restaurante “self-service”, no suntuoso y donde más bien, servían platos demasiado modestos: sopa de betarragas y una albóndiga grasosa de carne de puerco, arroz fangoso y una papa de vidrio en un rincón del plato como una cosa olvidada. No obstante, éramos felices hasta por ese magro almuerzo.
Decidimos regresar a la casa del tío Gierek para viajar a Lodz, por la noche, cuando inesperadamente tomó una determinación repentina: dejar la casa del tío Gierek e irnos a alojar al hotel Neptuno donde nos registramos como marido y mujer. Luego, varió de opinión: ya no iríamos a Lodz, sino a Gdansk.
Me sentí desconcertado doblemente porque yo no tenía por qué ir a Gdansk ni ella era quien podía determinar mi destino, pero me convenció. A pesar de que me habría gustado ir otra vez a los astilleros y visitar las orillas del mar donde pasean mansos pelícanos orondos, sabía que la situación allí era demasiado incierta, convulsa, y tal vez podríamos terminar presos los dos.
Digo, los dos, porque nos habíamos hecho juramentos de estar juntos en esos días de viaje a sabiendas de que esa especie de tórrido romance de las notas rosas de los periódicos, podría terminar de un momento a otro de la misma forma brutal y repentina como comenzó.

Tomamos el tren y fuimos a Gdansk en un viaje lleno de dificultades, porque el primer trecho lo hicimos de pie en medio de polacos desorbitados y pobres. Es necesario recordar que en esos días, el líder del movimiento de oposición, era un perseguido político a muerte por orden del general Jaruzelski; Gdanks, donde se fundó el Movimiento, que puso en jaque al gobierno polaco, era un soterrado cuartel de operaciones de los sindicalistas que se querían traer abajo al gobierno.
Como digo, fui contra mi voluntad y como una experiencia inédita, como un hombre que había perdido su identidad, incapaz de enarbolar el menor signo de protesta; sentí que quien mandaba en mí ya no era yo sino Zwalena.
Esa mañana desayunamos y Zwalena, mientras arreglaba su pelo en el espejo, me dijo que iba a salir, que la esperara sin preocuparme por nada. Me besó levemente para no desbaratar el rouge grosella de sus labios, pero yo cometí el desatino de desbaratarlo; fui reprendido. Zwalena andaba desesperada por salir. Volvió a pintarse los labios de fuego y luego salió corriendo y arropándose el cuello con una elegante chalina de lana gris, porque el viento del Báltico había empezado a soplar con furia salvaje; estábamos ya a 30 grados bajo cero.
La vi que se perdió en la esquina echando bocanadas de vaho caliente y luego me senté en la sala de recibo a hojear diarios locales que no alcanzaba a entender, sólo veía las figuras, una de las cuales me sorprendió; era la de un cazador que había disparado sobre una bandada de patos silvestres. Me conmovió ver a uno de ellos caer en picada, ensangrentado. Me toque el pecho como si el disparo hubiera sido hecho por Zwalena y el herido hubiera sido yo, sentí que caía sangrante como el pato salvaje. Entonces, sonreí de mi desatino.

Esperé desesperadamente mirando el reloj que caminaba como un caracol a menos prisa que antes; llegó el medio día y Zwalena no aparecía, hasta que una señora rozagante que manejaba un pequeño automóvil polaco, se detuvo frente al hotel donde Zwalena y yo estábamos registrados como marido y mujer. Preguntó por mí. Como estaba en el recibidor, me enteré de inmediato de su misión: Zwalena me urgía que fuera a donde se encontraba en esos momentos y yo no dudé de que debería acudir a su llamado; salí rápidamente, llevando una revista del hotel bajo el brazo y pensando, además, en que no había razón para no ir a su encuentro.
Subí al automóvil y después de sortear algunas impávidas luces rojas de los semáforos, llegamos a una calle de policías encubiertos e, inmensamente blancos como si la neblina tratara de amilanar al paisaje o de tender un telón de fondo tétrico para un tercer acto teatral de invierno imprevisto.
La señora me indicó que la siguiera y yo la seguí como un perro fiel porque estaba seguro de que nada malo me podría ocurrir. Se abrió una puerta pequeña en un departamento del segundo piso, volteamos a la izquierda y de pronto, me vi frente al Líder a quien saludé azorado porque yo nunca pedí que me llevaran ante él; nada tenía qué hacer allí ni me interesaba, salvo Zwalena a quien adoraba.
Ella apareció, luego, en bata de casa, con los pies desnudos y como si nada hubiera ocurrido entre ella y yo, se acercó a conversar en voz baja con el Líder; volvió su rostro hacia mí y me pidió que la perdonara por si acaso me hubiera causado alguna desazón.
Zwalena era integrante del Movimiento que intentaba liberar de la tiranía a su país, y residía en Bohn donde recibió una misión importante: conducir mensajes cifrados de políticos alemanes a políticos polacos del Movimiento. Zwalena pasó bien la frontera, pero a partir de entonces tenía que buscar la forma de seguir viaje sin suscitar sospechas, en este caso, como mi mujer. Su trabajo lo había realizado con perfección de experta policía secreta y, porque yo, inadvertidamente me había prestado al juego de esa misión, el Líder me recibía con carácter de extraordinario. Zwalena declaró que me agradecía a nombre de su Movimiento el haberla servido como ángel guardián para que todo saliera perfecto: El Movimiento, que estaba a punto de triunfar, me lo agradecía vivamente.
Zwalena se acercó a mí y me pidió perdón al oído y me afirmó que nuestro romance no había terminado, que no era una farsa, que me amaba a mí y nada tenía qué hacer con el Líder, pero había que poner punto final a todo lo formal hasta después que saliera de Gdanks.
Estaba azorado. Me acerqué a besarla en la cara y decirle adiós sin el menor reproche. Vi que en sus grandes ojos polacos estaban empozadas dos enormes lágrimas celestes; yo lloraría después.
El Líder me había obsequiado una fotografía suya con una larga dedicatoria alabanciosa que yo rompí en pedazos no bien llegué al hotel.

Durante, muchas Navidades seguidas recibí tiernas cartas de Zwalena enviadas desde el palacio de Gobierno polaco donde desempeñaba una secretaría, con largas frases en castellano aprendidas en una “Gramática Sucinta” de Otto Rupert, donde me hablaba de nuestro amor con suma ternura.
Yo seguía en cama, viejo e imposibilitado de viajar por mis crónicos ataques de reuma, pensaba en que nunca más volvería a ver a Zwalena, hasta ayer en que mi amigo Wladislaw me informaba que mi amada Zwalena había muerto en Varsovia pronunciando un nombre en castellano indescifrable para los polacos, pero no para él.

Saturday, February 14, 2009

YA, ¡BASTA DE CHILE!

Sábado 14 de febrero de 2009
LA INVERSION CHILENA EN EL PERU.


Bajo este titular apareció hoy en el diario La República, un aviso pagado por el Grupo “JORGE BASADRE”,. Este Grupo está constituido por numerosos peruanos entre los que destacan intelectuales y profesionales de lo más prestigiado en el país.

El Grupo afirma que:
”Durante los último años los peruanos y peruanas hemos visto, con creciente preocupación, un desmesurado armamentismo de Chile que según declaraciones de autoridades militares de dicho país, está dirigido a proteger inversiones en el exterior, siendo muy significativas las que tienen en el Perú.
Agrega que: “Esta preocupación se ha visto acrecentada durante el actual gobierno que, mantiene con el vecino del sur una actitud que alienta su arrogancia, impropia de una relación bilateral en términos que llegan a ser ofensivos a nuestra dignidad, especialmente desde que presentamos la demanda marítima ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya.

El aviso de una página publicado en La República es un informe extenso que por primera vez se hace público en el Perú en fondo y forma. Es una denuncia clara y una recia recomendación a nuestras autoridades para que vean que estamos jugando con fuego.

Se refiere a la inversión realizada por Chile hasta hoy en nuestro país como si fuera “la antesala de una fase de penetración cultural, pues las transnacionales chilenas influyen en los medios de comunicación masiva, en gremios empresariales de los que son socias, alientan a las ONG que defienden sus objetivos u ocultan los desafíos que su accionar puede impactar en los intereses nacionales, iniciándose así una interferencia política en la cual dichos intereses son postergados por los intereses económicos y políticos chilenos bajo el auspicio lamentable de cierta clase dirigente empresarial política que solo ve sus propoios intereses”.

Pero, acaso, lo más importante de la voz del GRUPO BASADRE está en lo siguiente:
“Es preocúpate cómo el actual Gobierno, a los pocos días de asumir el poder, firmó con Chile un Acuerdo de Libre Comercio que no pasó por el Congreso, como lo exige el art. 56 de la Constitución Politica del Perú. Dicho acuerdo´se afirma en el aviso- fortalecerá la inversion chilena al darle nuevas concesiones en los temas que le interesa (inversiones, servicios, solución de controversias) otorgándole un blindaje protector y un estatus especial que no permitirá al Estado aplicar nuestras leyes, impidiendo que podamos decidir libremente políticas económicas internas en función de lo que es más conveniente para el país. Además, en actitud sorprendente el Gobierno ha suscrito addendas a este acuerdo ocultándolas a la población y al Congreso.
Ante la inminente puesta en marcha de dicho TLC, invocamos a los parlamentarios y fuerzas vivas del país a detener esta violación a nuestra Constitución y poner un alto a este nuevo acto de sumisión”.


Nadie hasta ahora se atrevió a efectuar una acusación tan frontal ni con tanto sentido patriótico como lo ha hecho el GRUPO BASADRE.
Se sabia todas las maromas que hace el presidente de la República para mantener las “mejores relaciones políticas” con Chile, pero no se supo hasta dónde había avanzado Chile en su afán de conquista o confiscación.

El Grupo JORGE BASADRE invoca a todas las asociaciones civiles, a todos los ciudadanos en forma individual o colectiva a iniciar una lucha sin cuartel para resguardar los destinos de nuestro país.
Creo que todo el Perú se ha de adherir a este llamado que significa “El respeto por nuestra historia, la inquietud de dejar a las nuevas generaciones un porveni libre e independiente, nos impulsan a esta tarea con la convicción de contribuir a defender la soberanía y dignidad del Perú”. Y firman 17 peruanos encabezando este grupo de liberación, al que todos los demás nos iremos adhiriendo o solidarizando.


Sábado 14, febrero 2009,
Diario La Republica.

Casi toda la primera página de este importante diario local dice:
FIDEL: CHILE
LE ARRANCHO
MAR A BOLIVIA


Polémica declaración del líder cubano genera críticas en Santiago”
Y publica una fotografía en la que se ve a Fidel Castro sonriendo junto a la señora presidenta de Chile. La leyenda a esta foto es la siguiente: “El presidente de Cuba, Fidel Castro y la mandataria chilena Michele Bachelet en el encuentro que sostuvieron el jueves en La Habana.
Un día después, Fidel escribió que: ”la oligarquía vengativa y fascista chilena” arrebató a Bolivia hace más de 100 años, la costa marítima que le daba amplio acceso al Océano Pacífico”.

En la página 4, La República ofrece toda la página para informar sobre la visita de la presidenta Bachelet a La Habana.
Fidel Castro presta declaraciones que sólo un político de su envergadura es capaz de hacer con tanta firmeza y convicción. “Bolivia sufrió una extraordinaria humillación histórica en aquella contienda..No solo le arrebataron la costa marítima y la salida al mar sino que privaron a ese país de origen auténticamente americano, sobre todo aimaras y quechuas, de extensos territorios mayoritarios en cobre que constituían la mayor reserva del mundo, que habiendo sido explotadas durante 130 años , hoy su producción se eleva a 5,364 millones de toneladas y aporta a la economía chlena alrededor de 18,452 millones de dólares anuales”.
La información afirma que “el canciller chileno Alejandro Foxley, aseguró que la demanda marítima de la nación altiplánica no se trató en las reuniones que sostuvieron Bachelet con su par cubano Raul Castro.

Como siempre la Cancillería peruana, respetó las declaraciones de Castro, dijo que “es un asunto que no nos compete”.
Posiblmente no nos competa aohora, pero hay que ir aprendiendo a intervenir cuando nos competa.

Lima,. Sabado 14 de febrero de 2009
Diairio LA PRIMERA.

En la Página 20, en un comentario breve dice:
SIGUE EL
ENRIQUECIMIENTO
DE LA CHLENA LAN


A pesar que el mundo y el país soportamos la crisis de la subida del petróleo a lo largo de 2008, la aerolínea chilena y seudo peruana LAN continuó enriqueciéndose gracias al casi monopolio que vive la aviación civil en nuestro país.
Sin importar si es la aerolínea que tiene más denuncias por mal trato o abuso, como lo demuestra Indecopi o si es la única favorecida por el Estado con créditos de pago por el poco petróleo que compra a PetroPerú a diferencia de las otras aerolíneas.
Sin tener reparos en abastecer a sus aeronaves con combustible en Chle para luego volar a lo largo del dia por loscielos nacionales o sentirse protegido por el Ejecutivo sabiendo que pùede aplastar a otras inversiones aéreas como Aerocóndor o Star Perú.: la chilenísima Aerolínea LAN AIRLINES sigue enrostrando o reportando sus exorbitantes ganancias conseguidas en 2008.
LAN tuvoganancias por 335,7 millones de dólares en Ecuador, Argentina, Chile, Perú y República Dominicana. Aunque de las 5 filiales, solo Perú y Chile son las rentables”

Realmente, Chile, basta ya!.

Thursday, February 12, 2009

ALCALDE SIERRA CONTRA NARCOTRAFICO

La propuesta hecha por Gustavo Sierra, Alcalde de Surquillo, para frenar el consumo de drogas en Lima ha causado más conmoción que si se hubiera dado noticia de que ya se puso puso punto final al narcotráfico.

Sierra se presentó en un programa televisivo y propueso que de una manera u otra se debería llegar a la venta de la cocaína, es decir, se deberia vender a los consumidores en las boticas o farmacias la cantidad a que tienen derecho por ley.
Esto definitivamente frenaría en alguna medida el que tengan que recurrir al mercado libre que es una de las peores plagas que soporta la gran ciudad.
Fue una propuesta del alcalde Sierra y desde ese punto de vista se debió tomar por todo el mundo, lógicamente, comenznado por las autoridades, y punto.

Sierra en su afán de apoyar su proposiciòn se prsentó en el Congreso y llevó unos paquetes dicen que de marihuana, aunque él jura y rejura que fueron paquetes de orégano y no de cocaina, pero ya el parlamentario Isaac Mekler, que no tiene ottra cosa qué hacer por ahora, ha amenazado con denunciarlo y hacer que se le declarse una guerra judicial a muerte por irrespetuoso.

El conocido periodista Willy Quevedo, en su reciente página blog ha incluido un comentario que coincide en mucho con lo que yo pienso sobre este caso singular, estos son unos fragmentos:

”Hace bien Gustavo Sierra, alcalde distrital de Surquillo, en poner sobre el tapete el tema del tráfico de drogas.

Registrar a los consumidores ayudaría a conocer mejor esa realidad y diseñar una estrategia eficaz para combatir la dependencia. Amén de construir centros especializados de tratamiento que cuenten con el concurso del Ministerio de Salud y los Municipios.

La adicción a drogas ilegales es un problema que atraviesa todos los estratos sociales.

Esta semana tres elegantes abogados fueron detenidos en la Comisaría del distrito de Barranco por agredir a policías. A pesar que sabían que eran filmados, arrancharon el uniforme de los custodios del orden. Esas acciones punibles solo pueden explicarse debido a que los letrados mencionados estaban bajo los efectos de alguna sustancia psicotrópica que les hizo perder el sentido de la realidad.

El mayor de estos faltosos es Jorge Balbi Calmet, quien fue apoderado legal de la empresa española Telefonica y de entidades financieras. En 2002, Balbi fue denunciado por complicidad con el presidente de la región Ancash, Freddy Ghilardi Alvarez…

Los otros dos, me apena y averguenza informarlo, estudiaron conmigo en el colegio: Antonio Castro Roca y Hugo Bravo de Rueda Izquierdo. Recuerdo que ambos eran notables deportistas, apuestos e inteligentes. Estudiaron derecho y se asociaron estableciendo un Estudio que resuelve casos civiles.

Cada ciudadano es libre de ingerir sustancias tóxicas. Obtener satisfacción rápida ante la monotonía de la existencia es una tentacion enorme”.


Como si hubiera conversado conmigo, mi amigo Willy Quevedo, consumir droga es un derecho así que el que quiere esclavizarse o morirse succionando cocaína allá él. Lo que la sociedad debe hacer es ayudar a que ese individuo deje la droga, y dé una fórmula como la que presenta Sierra. Los especialistas deben estudiarla desde todos los ángulos posibles y si es provechosa y beneficiosa, adoptarla, si no lo es desecharla, pero no burlarse del alcalde Sierra ni querer enjuiciarlo ni mandarlo a la cárcel, por haber pretendido manchar la honra de los HONORABLES congresistas de la República.

Surquillo es uno de los tantos distritos limeños donde la venta de los “quetes” de marihuana, cocaina y otras drogas se realiza con luz y con sol, y no solo los pobres son los clientes y consumidores, más son los ricos.

Una solución sería la propuesta de Sierra, claro que no parece fácil como para que surta efecto en una hora, pero ya es algo que se hace para acabar con este castigo social. ¿O acaso ha invadido losfueros de algún proyecto antidrogas del señor Meckler u otro?.

Tuesday, February 03, 2009

SARA, LA PRINCESITA

“Hay una princesa que se llama Sara, es de Aguaytía, tiene la voz sincera y la mirada triste, el vestido de colores –pero su alma- a veces, anda en penumbra Sonríe poco. Sus respuestas son “Sí”, “No”. Pero, en el escenario, su voz es ruda para oidos acostumbrados a oir mágicas historias de fe”

Así comienza su crónica sobre Sara Conde, el periodista David Gavidia tratando de hacerle el mejor retrato físico a esta Sarita a quien ha bautizado de frente como “La Princesita”.

Sara tiene 13 años, por lo tanto, á qué serrana o selvática, a esa edad, su voz no deja de ser limpia, real y maravillosa. Las lluvias no lavan solamente las sementeras y los árboles sino también las cuerdas vocales. Cuando Sarita sale al escenario, su voz parece recién lavada,

Pero, además, tiene el mismo ritmo del agua, aunque en este caso, adornada por la cálida melodía del clima selvático ahora con toques de las melodías serranas que cada vez se van entreverando más en el Perú.

El periodista le añade otras interpretaciones a la voz de Sarita en el sentido de que no es meliflua; es dulce pero su dulzura no cae en el ensimismamiento, en todo caso en la penumbra cuando habla de su alma.

En Internet pasan a menudo, hechos dramáticos, comedias sutiles, algunos de los cuales resultan difíciles de creer. Hace unos días pasaron lo siguiente: Aparece una bailarina de ballet, luego su pareja y casi de inmediato, uno se da cuenta de que a ella le falta un brazo y a él una pierna. Sin embargas, estas carencias embeben la atención de los observadores que se olvidan de que en el palco hay dos incapacitados que bailan ballet y que son absorbidos por la maravilla de la pieza de música dancística que ejecutan.
Al final, los aplausos inundan los escenarios por entender el triunfo de la vida pero no dejan de haber mujeres y hombres que lloran, plácida, silenciosamente.

Aquí, la princesa Sarita, repite una o dos o más canciones muchas que tienen letras ad hoc a su caso, hasta que en el escenario revientan los aplausos y el llanto, porque a la niña le falta la mano derecha.
No se le ha perdidó haciendo una travesura. Fue el cáncer, esa enfermedad impía la que escogió a Sarita para sus concretar sus maldades. Genrlamente, el cáncer no hiere a cualquiera de nosotros sino a quienes no debería herir. En Aguaytía, el cáncer empezó su trabajo de zapa en la punta de la mano derecha de Sarita y de allí fue subiendo hasta que los médicos tuvieran que amputarla, frenar la marcha del mal cortándole la parte dañada.

La hermosa Sarita de rostro muy bello pero de ojos muy tristes no precisa de pronunciar un discurso para denunciar su incapacidad. Cualquiera se da cuenta de que se trata de una muchachita pobre atacada por una enfermedad que todavía no ha sido vencida, que precisa de más ayuda, de mucha ayuda.
Es feliz con los aplausos sentimentales de todos los que la escuchan cantar, pero más lo sería si un señor rico hace más rico su corazón si le da su mano sana a la manito enferma de Sarita, la Princesa: una manito restaurada como una prótesisis milagrosa. .

La niña está atendida en el INEN (Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas) y tiene un teléfono familiar que está a su servicio, es el No.061-961-951911.

No se sabe si el titular que el periodista Gavidia inventó para su crónica pueda convertirse en una verdad eternamente aplaudida: ”LA PRINCESITA QUE VENCIO AL CÁNCER”.