EL MUNDO, UN DÍA

Blog del Periodista Manuel Jesús Orbegozo. Este blog se mantendrá en línea como tributo a quien con su pluma forjo generaciones de periodistas desde la aulas sanmarquinas. MJO siempre presente.

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Location: Lima, Lima, Peru

Primero, recorrió todo su país en plan informativo, y luego casi todo el mundo con el mismo afán. Por lo menos, muchos de los grandes sucesos mundiales de los últimos 30 años del siglo XX (guerras, epidemias, citas cumbres, desastres, olimpiadas deportivas, etc.) fueron cubiertos por este hombre de prensa emprendedor, humanista, bajo de cuerpo pero alto de espíritu, silencioso, de vuelo rasante, como un alcatraz antes que de alturas, como un águila, por considerar que la soberbia es negativa para el espíritu humano. Trabajó en La Crónica y Expreso, y más de 30 años en el diario El Comercio como Jefe de Redacción, luego fue Director del diario oficial El Peruano y como profesor de periodismo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos lo sigue siendo aún después de 30 años seguidos. Esta es un apretada síntesis de la vida de un periodista hizo historia en el Perú y en muchos de quienes lo conocieron. Puede además ver su galeria fotográfica en http://mjorbe.jalbum.net Nota: MJO partio el 12 de setiembre para hacer una entrevista, la más larga de todas. MJO no se ha ido, vive en cada uno de los corazones de quienes lo conocieron.

Friday, August 28, 2009

TACNA GLORIOSA

Hoy, Tacna celebra su día más glorioso: su regreso al seno de la patria. Pero, no solo Tacna celebra este hecho histórico, sino todo el Perú. Posiblemente pocas fechas son tan significativas para enarbolar el amor patrio en todo lo alto de nuestros corazones.
Ochenta ños se cumplen hoy del regreso de Tacna al seno de la patria. Por triquiñuelas del más nefasto comportamiento político chileno, Tacna tuvo que soportar el oprobio de permanecer bajo el mando de país ajeno, mientras esperaba la hora en que se romperían las cadenas de la prisiòn para siempre.
Desde entonces, Tacna no es una ciudad simbólica de nuestro amor al Perú como hay otros pueblos o ciudades, sino acaso la más significativa. A partir de su liberación, nada nos unía al sur, a nada, a nada y para siempre.

En días o meses pasados, una noticia increible vino a martirizarnos, a sembrar el rechazo en todos los rincones de la patria. Se decía que muchos peruanos se estaban yendo a Chile para buscar nacionalidad sureña.
Hubo muchas protestas y comentarios airorosos, porque todo se podía creer menos eso.
Yo me permitir protestar airadamente como crítica a la noticia y solo con la finalidad de asegurar cada vez más nuestro amor a la patria, nuestro amor al Perú. Constituía, por si hubiera alguna persona descabezada, llamarle la atención y, en cambio, incrementar el amor a Tacna que hoy celebra su máxima expresión festiva nacional.
Todo el Perú debe está paseando o ya paseó detrás de la inmensa bandera peruana símbolo de nuestro patriotismo y además, de nuestra admiraciòn al patriotismo de la mujer tacneña.
Publico al pie, mi queja y repudio a la noticia que hace algún tiempo, vino a conmovernos, perversamente.




¿TACNA SE CHILENIZA?

La peor noticia que los peruanos hemos conocido ayer mismo, fue la publicada por el importante diario limeño EXPRESO.En su primera página ocupando todo lo ancho, con una fotografía de automóviles como fondo, decía: “TACNA SE CHILENIZA”.La leyenda explicativa a la foto está dada en dos segmentos. En el primero se lee: “Mapochos ofrecen ahorrar en su país, pagar impuestos y trabajar allá, comprar carro a bajo costo, casa, abrir una empresa, visa para Europa, etc., a cambio de nacionalizarse”.El otro segmento dice: “Funcionario del Consulado General de Chile en la Ciudad Heroica confirma información y asegura que “medio Tacna es chileniza”.El fondo de esta noticia no parece verdad, parece una de las mentiras más grandes dichas en la cara de los peruanos. ¿Tacna se chileniza?. ¿La emblemática ciudad de Tacna se vuelve chilena?. ¿La Tacna que todos los peruanos decimos que ahí comienza el Perú ahora es chilena?. ¿La Ciudad Heroica por excelencia está medio chilenizada?Todo parece una broma de mal gusto, una tomadura de pelo, una versión informativa de la peor especie posible.No obstante, la noticia es cierta.En la página 2 de EXPRESO, se escribe: “Chile estaría por cumplir uno de sus objetivos más ansiados, convertir a Tacna en chilena. Esta vez sin armas, sino por voluntad de los propios lugareños que han visto en la nacionalizacion mapocha, una posibilidad de salir de la pobreza. Tacna fue declarada “Ciudad Heróica” por el Congreso Constituyente el 21 de mayo de 1821 debido a sus sevicios distinguidos prestados a la causa de la independencia. La poblaciòn tacneña se mostró indoblegable ante la ocupaciòn chilena durante y después de la Guerra del 79 (Pacífico) y regresó al seno de la Patria. Luego de un duro y teórico cautiverio”.EXPRESO prosigue afirmando que “Han pasado 187 años y una buena parte de los tacneños sin embargo, ha cambiado el patriotismo que demostraron sus antepasados por una mejor calidad de vida, aunque sea otorgada por Chile”“La voz de alerta –dice el diario- la dio la Asociaciòn de ex Plebiscitarios de Tacna y Arica de la Campaña de 1925 a 1926, cuyos integrantes repudian esta situación que después fue confirmada por el propio funcionario del Consulado General de Chile, Francisco Mondaca”.El diario EXPRESO envió a un redactor para que hiciera las investigaciones del caso y confirmar la noticia y todo no resultó para los peruanos, sino un desengaño total.Tal como Mondaca expresó ante la grabadora de EXPRESO: “Mucho es decir poco, la mitad de Tacna es chilena porque hay mucho descendiente de chilenos. Por eso le digo, mucho es poco, la mitad de Tacna es chilena”.No llama en absoluto la atencion de que algunas autoridades chilenas hayan diseñado esta argucia para conquistar a peruanos y convertirlos en chilenos, lo que llama tremendamente la atenciòn es que haya peruanos, un solo peruano, capaz de convencerse que nada hay de particular para nacionalizarse chileno.Es la historia, son las circunstancias cada vez más realistas y acuciantes, es la infraternidad indoblegable de Chile, lo que hace rechazar cualquiera de estas maniobras que solo ponen al descubierto una peligrosa intención de internacionalización.El requisito de que en la historia hereditaria de los peruanos que pretenden nacionlizarse haya algún pariente chileno que sobre pasa la cuarta generacion, como dicen, no es un buen argumento para que un peruano bien nacido abandone nacionalidad peruana de la cual todos estamos profundamente orgullosos.El conocido historidor peruano Valentin Coquis, al respecto de esta patraña, ha dicho: “No olvidemos cómo Chile previo el plebiscito no hizo mas que hostigar de la manera más salvaje a los tacneños para evitar que pudieran pronunciarse a favor de su patria. Esta es una política que tiene un antecedente histórico y en este momento la estrategia chilena de la invasión económica del Perú tiene como primera meta Tacna para poder avanzar”Juicio terminante que debe hacer reflexionar de inmediato a las más altas autoridades sobre este hecho. Porque Chile no solo piensa en la invasión económica, sino invasiones de otras índoles según sus ncesidades sean de agua, de gas, etc.El general ® Germán Parra Herrera no encuentra sino recomendar, exigir, al Gobierno y a las más altas autoridades nacionales y militares pensar en incrementar nuestras fuerzas armadas disusivas. Chile tienen intenciones bélicas muy claras y el Perú no tiene por qué evadir su responsabilidad”.Frente a esta semejante noticia, el ex canciller Manuel Rodriguez Cuadros opinó que no obstante la posibilidad de una doble nacionalidad, el Perú debe pensar en Tacna por sobre todas las cosas. Si los tacneños se están nacionalizando chilenos como una forma de aliviar su pobreza, pues, al gobierno no le queda sino desarrollar Tacna. Planes de desarrollo integral inmediatos o al más mediano plazo que permitan ahuyentar el fantasma de la pobreza, Tacna en primer plano..Alejandro Tudela consideró a esta noticia como un golpe al espíritu nacional. El ex ministro de Justicia, afirmó que sería una suerte de golpe al espíritu nacional, al propio sentimiento de Patria, porque Tacna es el departamento donde más se vive y se siente a la Patria. Es un problmea que debe preocupar inmediatamente a la Cancillería”.Sea como fuere y sean cuales fueren las razones que se aduzcan en torno a esta noticia, lo más grave, lo que parecerá siempre increible es que un tacenño se nacionalice chileno. En última instancia cualquier pèruano podría naacionalizarse chileno, pero ¿un tacneño?. Puede hacerlo cualquier hijo de vecino que esté más interesado en un carro que en su peruanidad, ¿pero un tacneño?, jamás.
Repetimos: ¿un tacneño nacionalizarse chileno? ¡Jamás!.

Wednesday, August 26, 2009

BOLIVIA-CHILE: 13 PUNTOS

Se ha aclarado un poco el anuncio que a través de La Tercera, periodico de Santiago de Chile, hizo el presidente del Perú, Alan García Pérez.
Hoy dia, el diario El Correo publicó los 13 puntos que forman parte del paquete de conversaciones que Bolivia y Chile sostienen para resolver sus problemas y relaciones bilaterales.
Dos temas que los comentaristas internacionalees tratan más centradamente son los relacionados con la salida del mar de Bolivia y el uso del agua del Silala.
Todos dan sus opiniones pero siempre con la idea de que quien saldria ganando al final, sería Chile, en cualquier sentido.

El expresidente de Bolivia, Carlos Mesa, –ha publicado en un diario- que para sus compatriotas las negociaciones que sostiene su sucesor Evo Morales con CHile son un misterio, pues, no existe una unión clara sobre su contenido. Tras sostener que la relación entre Perú y Boliviaa transita por los peores momentos advirtió que su país debe estar muy atento a las eventuales propuestas que le plantee Chile. No estoy de acuerdo ni comparto la forma cómo el presidente Morales lleva su relación con Chile. Creo que no es lo suficientemente clara para la opinión pública boliviana y mi impresiòn es que Chile está en la lógica de los espejitos de colores con Bolivia.


Consigno en mi blog, los datos históricos que nos alcanza el periodista Vicente Aquino, en una publicación reciente. Va sin alterar en lo absoluto su forma ni su fondo.


EN 1873 EL GOBIERNO DE CHILE ACUSÓ AL PERÚDE UN TRATADO SECRETO CON BOLIVIA, QUE ENREALIDAD ERA UN TRATADO DEFENSIVO, Y ELLOFUÉ UNA DE LAS "CAUSAS" COMO LO FUÉ EL PA-GO DE LOS 10 ctmos. POR QUINTAL DE SALITRE,PARA LA DECLARATORIA DE LA GUERRA DE CHILECONTRA EL PERÚ Y BOLIVIA EN 1879 PERO, COMO DICE LA CANCION: " Cómo cambian los tiempos Venancio, qué te parece......Qué te parece Venancio, cómo cambian los tiempos" . LA TORTA ES ASI AHORA, SE VOLTEÓ, YCHILE COMO EN (1904), HACE UN NUEVO TRATADOSECRETO CON BOLIVIA (2009) DE 13 PUNTOS,DON-DE MICHELE BACHELETT Y EVO MORALES "NEGOCIAN"SUPUESTAMENTE UNA" SALIDA AL MAR" DE BOLIVIA, SITUACIÓN QUE NO LO CREE NI UN NIÑO DE 05 AÑOSDE EDAD.

ASI COMO LOS PRESIDENTES BOLIVIANOS:
MANUEL ISIDORO BELZÚ (1848-1855), MARIANO MELGAREJO, ( 1864-1871),E HILARION DAZA.( 1876-1880), TRAICIONARON A SU PAIS, REGALANDO TERRITORIO O RECIBIENDO DINERO, JOYAS Y CONDECORACIONES,APARECE OTRO TRAIDOR, EL INEPTO: EVO MORALES AYMA QUE SE ENTREGA A CHILE COMO UN TONTO ÚTIL Y SE PONE EN CONTRA DEL PERÚ. TODAVIA SUEÑA QUE LOS CHILENOS LE VAN A DAR"SALIDA AL MAR", A CAMBIO DE CEDER MÁS SU DESGASTADO TERRITORIO Y NO SABE QUE LA ÚNICA MANERA DE RECUPERARSU MAR ES A TRAVÉS DE LAS ARMAS.

FELIZMENTE, EL PRESIDENTE DEL PERÚ, EL DIA DE AYER LE HA DICHO SU VERDAD A ESTOS DOS PAISES, UNO QUE SE CREE EL VIVO DE LA PELICULA (CHILE), Y EL OTRO INGENUO E INEPTO, (BOLIVIA). LO CIERTO es QUE "EL SECRETO" YA NO ES SECRETO Y ELCANCILLER CHILENO MARIANO FERNANDEZ ESTÁ CONEL RABO ENTRE LAS PIERNAS.

LO ÚNICO QUE LE QUEDA AL PERÚ, ES ESTAR PREPARADO,NO HAY OTRA COSA, Y SI GARCIA NO SE PONE LOS PANTA-LONES ASI COMO EL NUEVO INQUILINO DEL 2011 QUE LLE-GARÁ AL PALACIO DE PIZARRO, PARA FRENAR ESTA ARRE-METIDA CHILENO-BOLIVIANA... YA FUIMOS

Monday, August 17, 2009

HEMINGWAY, INOLVIDABLE


Dr. Orbegozo:

Cumpliendo con el ofrecimiento que le hice el 4 del presente en la Feria Internacinal del Libro, me es grato remitirle por este medio, copia del trabajo que usted publicó después de conocer a Ernest Hemingway.
Atentamente,
César Castillo
(Ex-alumno ENAE)



HEMINGWAY:CIENTO DIEZ AÑOS

Por Manuel Jesús Orbegozo

Si Ernest Hemingway no se hubiera matado de un certero disparo de escopeta hace varias décadas, en estos días del 2009 estaría cumpliendo 110 años de vida. De repente, se le podría encontrar en Key West tomando el sol del Caribe, hundido en un sillón de mimbre, rodeado de cientos de gatos calentando sus musculosas pantorrillas de andarín.

Conocí a Hemingway hace varias décadas. Luego de conocerlo nunca encontré un periodista como él. Era prototípico, enorme, franco, escribía vigorosamente, era muy humano y, sobre todo, un hombre de mundo en el más mundano sentido del término.

Le gustaban los toros y las mujeres, los animales feroces y las crónicas. En su casa de Key West -que visité después de su muerte-, había numerosas cabezas disecadas de leones y emús, y mucho tataranieto de los 48 gatos que dejó y, entre su sala de estar y su dormotorio, las pieles de tres tristes tigres.

A los periodistas nos dejó una exquisita receta de cocina: nunca escribir párrafos de más de 25 palabras. "Es lo mejor que aprendí en la redacción del Kansas City Star", dijo alguna vez, recordando sus días de periodista policial. Para muchos de nosotros, esa declaración es ley.

Conocí a Hemingway en Cabo Blanco cuando vino a pescar el merlín blanco para ilustrar la película basada en su novela, El viejo y el mar, lo que le dio el Premio Nobel. En aquella caleta norteña, que cobijaba casitas de cartón habitadas por pescadores de bronce, Hemingway nos dictó una gran lección humana.

No bien llegó al hotel del Club de Pesca de Cabo Blanco, el gerente, un tal gringou Plater, prohibió que ingresáramos los periodistas que habíamos viajado desde Lima expresamente a entrevistar a esa pieza mayor de la fauna periodística mundial.

El gringou Plater ordenó: "no entragr nadie". El gringou Hemingway contraordenó: "entran todos".

Entonces, los periodistas limeños entramos como potros a una pradera o toros bravos a la Plaza de Acho. Lo rodeamos con libretas y lápices en mano. El viejo periodista nos abrazó, conversó con nosotros, nos contó algunos trozos de su asombrosa novela personal y, finalmente, nos firmó autógrafos.

Jorge Donayre Belaúnde, de La Prensa; Mario Saavedra Pinón, de El Comercio; y Manuel Jesús Orbegozo, de La Crónica, después de haberlo conocido, creimos haber tocado el cielo con las manos. Donayre escribió en su diario: "La hondura de su talento, los fulgores de su notable personalidad nos cautivaron a los 2 minutos de haberlo conocido"; Mario Saavedra escribió: "Es más un personaje de leyenda que un simple escritor" y yo no recuerdo que escribí, pero debieron ser maravillas. Hemingway nos impactó tanto a los tres que desde entonces, sellamos una amistad fraterna. Una pena que la terna se haya desbaratado con la lenta muerte del involvidable Jorge Donayre, "El Cumpa".

Y, qué le regalamos a Hemingway? nos preguntamos, entonces, de puro gusto, mientras picábamos tiradito de pescado con yuca en una chingana local. "Un pisco", propuso Jorge a sabiendas de que a Hemingway le alocaba el trago. El mismo Hemingway nos había contado que en su casa tenía en sus bodegas rumas de botellas de whisky.

Le compramos una botella de pisco y yo escribí en un rincón de la etiqueta:

Mientras lloren las uvas /
yo beberé sus
lágrimas,

el final de un soneto del poeta bohemio Martínez Luján. Jorge dibujó un merlín negro saltando en el mar de Grau y entonces, le donamos la botella. Cuando al siguiente día nos volvimos a encontrar con el periodista, le entregamos el néctar de los dioses. "Ou, piscou", dijo él y sonrió como un conejo.

Al tercer día nos volvimos a encontrar con él. Antes de que empézaramos las preguntas, él nos dio cuenta de su fechoría: "Ya me bebí las lágrimas", nos dijo en perfecto castellano.

Estuve muy cerca a Hemingway, en altamar, cuando un día abordé la lancha de Mary Welsh, su mujer, para poder ver de cerca sus movimientos de oso rojo, sus internos goces mientras pescaba, pero también su trato con las gentes. Entonces, me dí cuenta de que Hemingway era un gran tipo, muy simple, muy humano. Fui aprendiendo, -a partir de él-, que la vanidad de creer que vamos a cambiar el mundo, es lo peor que nos puede pasar a los periodistas soberbios; es peor que la lepra.

Hemingway se hizo famoso, pero pareció no darse cuenta de que era famoso. Seguía siendo el mismo mujeriego, el mismo hombrón, el mismo tipo eminentemente enamorado de la vida y de la muerte. Justamente, cuando le pregunté qué pensaba de la muerte, me contestó que era una prostituta más porque se acostabs con todo el mundo.

Más que sus novelas me gustó siempre su estilo periodístico donde la claridad, la concisión, la precisión y la brevedad son pan del día, están inscritas como su nombre en una tarjeta de visita.

Admiraba su amor a la aventura, tanto que intenté aun conocer el monte Kilimanjaro, en Kenia. Cuando fui a Kenia, no pude llegar hasta el lugar donde se estrelló el avión en el que viajaba y de cuyo accidente salió ileso, porque era una especie de gato de siete vidas, pero, me contenté con ver la silueta de la montaña ardiendo de susto bajo el desaforado sol del Africa.

En Key West fui a inventariar exhaustivamente los rincones por donde transitó. En dicha ciudad funcionan numerosos bares donde figuran letreros que dicen. "Aqui estuvo Hemingway". Solo, en uno solo de ellos, hay un letrero que dice: "Aquí, nunca estuvo Hemingway". Por eso andaba medio lleno.

Los bares estaban empapelados con las crónicas de Hemingway también de las diatribas escritas contra él. Porque en la vida, no todo es color de rosa. Los hombres públicos están sometidos a la dura ley de la oferta y la demanda. Felizmente, Hemingway fue boxeador y hasta desdobó su capote en las tientas que ofrecía su amigo Luis Miguel Dominguín. Hemingway fue un gran crítico de toros, tanto que escribió claramente que Manolete no entraba bien a matar.

En fin, más de cien años estaría cumpliendo este año el viejo Hemingway si no hubiera interrumplido de un golpe de upercut violento su presencia en el ring de su vida. No se sabe si fue inteligente o no al eliminarse, porque el futuro que nos espera a todos es impredecible. Por ejemplo, podría ahora estar inválido, con artritis deformante o con mal de Alzeimer igual que el pobre Reagan que no sabía ni qué comia hace cinco minutos.

Cuando le pregunté cuál era su mayor éxito, el viejo Hemingway me contestó: "Durar". El sabía exactamente hasta cuándo quería durar, de tal manera que cuando la vida ya no le apetecía, cogió su escopeta y se disparó certeramente un tiro en la boca.

No sé si en su tumba se lee el epitafio que él mismo recomendó que le pusieran:
"No me despierten porque estoy durmiendo".

......

Saturday, August 15, 2009

LA GRIPE PORCINA Y LA LEPRA

LA GRIPE A-HINI NO LE LLGA
NI A LOS TALONES A LA LEPRA


Con motivo de la medio pandemia de GRIPE A-HlNl quiero recordar mis temores a las epidemias contagiosas mortales:


Cuando visité Nepal y veía a los numerosos leprosos tendidos a lo largo de las calles centrales de Katmandú tratando de que advirtiéramos sus mutilaciones para conmovernos y ganarse una moneda tirada con buena puntería a sus tarros de lata, recordé de inmediato lo que me pasó en Lima: acompañar a dos leprosos y luego, entrevistar a un leprólogo, en verdad, experiencias periodísticas inolvidables.
Primero, los sustos que pasé y, luego, el haber conocido al doctor Oscar Sigal, un especilista en el mal de Hansen; pero además, una especie de sabio. El caso sucedió así:

El hombre
A las 6 de la tarde de un día cualquiera, toqué la puerta de su casa en Navidades 189, Chosica. Un minuto después, tras el ladrido de un joven dálmata de aquellos de las películas de Walt Disney, apareció el doctor Sigal. Se sorprendió de mi visita, porque era inesperada. Me invitó a pasar. Atravesamos un jardín de rojas rosas que a esa hora crepuscular intensificaban su color y ya en la salita, me dijo, siéntese, mientras pidió permiso para cambiarse de pantalón. Había estado con el vestido blanco de faena. Asomó luego con un pantalón de color negro sujeto tímidamente atrás con un imperdible.
Empezaba a conocer a otro hombre, humilde, y por lo tanto, muy cerca a la sabiduría. Por fin, conocía a Sigal a quien, por otro lado, quise hacerle una consulta unos diez años atrás.
Porque resulta que en esas décadas, se encontraba en Lima, un abogado francés que recorría el mundo haciendo campaña contra el miedo bíblico que todavía la humanidad siente por la lepra. En las fotos periodísticas, el francés aparecía abrazando a los leprosos, conversando con ellos, dándoles las manos, y hasta besándolos. Yo me pregunté: ¿y yo, por qué no puedo hacer lo mismo?
Entonces me dirigí al Ministerio de Salud donde esa mañana, el francés Vicent Follereau, sostendría una reunión con el ministro F. Garrido Lecca. Ahí estaba el francés y los leprosos y mientras se pronunciaban los discursos de rigor, me acerqué a dos de ellos y les propuse casi al oído: ¿Quieren salir conmigo a pasear por la ciudad?
Los hombres se quedaron atónitos ante ofrecimiento tan imprevisto como insólito. Me miraron muy sorprendidos y sonrieron. Mi propuesta fue aprobada con creces, porque hacía muchísimos años que no habían salido de su encierro del Leprosorio de Guía, y no conocían Lima.
Había que salir sin que nadie se diera cuenta, proceder como si se tratara de “El Gran Escape”. Efectivamente, tomamos la escalera en vez del ascensor y en pocos minutos estuvimos en la calle. Los hice subir a mi automóvil, uno se sentó a mi lado y el otro, atrás. Me di cuenta de que a ambos les faltaban algunos dedos y, según ellos, la lepra había sido frenada. Muy contentos, enrumbamos al centro de la ciudad. Ellos, que eran de la selva, nunca habían visto Lima y todo los deslumbraba. Cuadré el automóvil en los alrededores de la Plaza de San Martín y empezamos a caminar a pie. Sintieron sed. Nos sentamos en el Bar Zela y quisieron beber un vaso de cerveza, pero yo andaba sin dinero y sólo tenía para pagar coca-colas. En la foto de ese encuentro aparecida en la revista “Caretas”, se les ve a los leprosos en mi compañía.
Del Bar Zela, llamé a la redacción de “Caretas” para que enviaran un fotógrafo, que no demoró para registrar el acontecimiento. Luego, nos fuimos a pasear por el Jirón de La Unión, que ellos no habían visitado nunca. Los hombres estaban muy contentos.
Escribí la crónica de esa breve aventura en la revista citada que, con dos fotografías, una a toda página, fue publicada ampliamente. Allí, relataba mi encuentro con los leprosos y el drama que se suscitó cuando uno de ellos llegó a visitar a su familia. Recuerdo que su esposa abrió la puerta de su casa después de preguntar “¿quién es?”, pero luego de darse de sopetón con la cara de su esposo, cerró violentamente la puerta, como si en vez de ver a un leproso hubiera visto al demonio. Nos miramos entre nosotros. El dobló la cabeza, lloró y se quejó amargamente. "¿Ya ve, usted? –dijo el hombre–, nosotros estamos muertos en vida".
Muy tarde ya, nos despedimos luego de haber vivido una de mis más patéticas experiencias periodísticas y de haberle regalado un rato de placer a los leprosos.
Pero mi caso no quedó ahí. Como se sabe, el virus de la lepra se puede incubar en un mes, en un año o en diez años. Yo me quedé con esa idea y no obstante de que mi mujer desinfectó rigurosamente mi automóvil, siempre vivía pensando en la lepra.

Para morirse de risa
Un día me levanté muy temprano y cuando me iba a lavar la cara vi una gran mancha roja que comenzaba en mi codo y terminaba en mi muñeca. Me quedé espantado. Me puse mi camisa aceleradamente en silencio, y en vez de salir como todos los días a buscar noticias, con el corazón en la boca me dirigí rumbo al famoso Leprosorio de Guía. Yo me preguntaba a mi mismo: “¿Debo ir a un leprólogo o debo quedarme en silencio?. Pensé en mi gran amigo, el doctor Hugo Pesce o, por supuesto, en Sigal, director de ese Leprosorio. Me dio mucho miedo tocar su puerta.
Al siguiente día, debería ir a buscar a Sigal, pero mientras lo esperaba me fui poblando de ideas tétricas, me veía ahí, adentro, encerrado de por vida. Transpiraba pensando en mi futuro, calculaba mi vida dentro del Hospital, me parecía oler el formol detestable, ver las gasas, las pinzas; era para salir corriendo.
Le dije a mi mujer: mira esta mancha que me ha aparecido en el brazo. Ella ya la había visto y lo primero que pensó fue que era lepra, aunque no me dijo nada para no alarmarme. Acordamos en que debía ir a consultarle a un médico de la Asistencia Pública y después a Sigal.
El final fue feliz. Mi gran susto pasó a la historia en un minuto: porque mi diagnostico fue que se me habían roto pequeños vasos arteriales y la sangre se había derramado a lo largo del brazo.
De todos modos, me pasé el gran susto de mi vida por intentar “hacer noticia” aunque fuera buscando el protagonismo. Lo importante, como tituló CARETAS a mi artículo, era que alguna vez, un periodista caminara “De la Mano con La Lepra”.
Por eso, lo primero que le pregunté a Sigal fue cómo cómo había podido vivir tantos años entre los leprosos sin contagiarse ni temerles.

Ilustre historia
Sigal hablaba con dejo alemán, aunque había nacido en Chiclayo. Cuando tuvo 8 años, su padre, que era ingeniero, lo llevó a Alemania donde pasó los mejores días de su vida como son los de la niñez y la juventud. Estudió en Viena hasta graduarse como médico-cirujano. Pensó en venir al Perú, pero tuvo dificultades para viajar. Anduvo por Barcelona donde permaneció 14 años. Allí aprendió hasta el catalán y de paso conoció a una cubana de grandes ojos vivos que después sería su esposa. Sigal vino al Perú mucho después de la Guerra Civil Española.

El se habría vuelto rico si hubiera abierto un consultorio en Lima y puesto su placa y dicho que estudió en Viena, que sus maestros fueron los profesores Finger y Openheimer, entre otros (ambos de fama mundial) y más que todo, si hubiera ambicionado más el dinero que el hacer bien a sus semejantes. Pero él prefirió irse a refundir en Andahuaylas, Apurímac, donde recién se había descubierto un foco de lepra. Allí estuvo un tiempo hasta que en los años 45, lo enviaron a San Pablo. Hasta entonces, ningún médico había querido ir a refundirse en la selva. Por lo tanto, se convirtió en el primero y único médico residente en ese lugar y por esos tiempos.
Dijo que la lepra es un mal ya vencido por la ciencia. “Le puedo decir que la lepra se cura en un cien por ciento. Ahora, ya no hay que temerle, pues, ha sido dominada. Lo único que debe considerarse es que no se cura en un día o dos, el tratamiento dura años, puede ser dos como puede ser diez. Depende cómo responda cada organismo”.
Entonces, el temor es producto de la ignorancia. “Somos un país subdesarrollado en todas las esferas, como en lo cultural. La gente ignora muchas cosas elementales. Hay enfermos a quienes tenemos que darles sus pastillas en la boca, porque de lo contrario, botan las pastillas, las esconden, malogrando así el proceso de curación. El horror bíblico que se sentía por la lepra ya ha quedado para la leyenda”.
Me explicó que el cáncer, la arteriosclerosis y otras enfermedades podrían ser peores que la lepra, pero para un hombre de sensibilidad social, como el doctor Sigal, sólo había algo peor que el Mal de Hansen: la pobreza.
No le pareció bien que la máxima preocupación de las grandes Potencias fuera seguir preparándose para la guerra. Me dijo, “¿quiere ver un detalle, quiere ver por qué pienso que lo peor que puede ocurrir ahora es la preparación de los países para destruir al hombre?”.
Fue a traer una revista. Mientras yo seguía inventariando sus cosas, qué poco había en las paredes, a mi alrededor. ¿Cuál es lo más valioso, me preguntaba yo, aparte de los modestos cuadritos y sin pretensiones artísticas que pinta en sus ratos de ocio? A mí me parecía que el televisor es mi única distracción –dijo la señora Rosa María Villamil que lo acompañaba aún– porque yo nunca voy al cine, desde hace muchos años. En la revista científica donde escriben los hombres más entendidos de cualquier país del mundo aparece un comentario acre, una noticia de las tantas que trascienden, pero a las que a veces no se les da publicidad. “Vea usted –me tradujo– aquí dice que unos biólogos de Estados Unidos están probando un gas letal en un valle de Utha, cuando de pronto, cometieron un error; se les escapó el gas e intoxicaron a personas y aniquilaron a las ovejas de toda la zona. El Estado ha tenido que indemnizarlos a todos por los daños. ¿Cómo puede ser –se preguntó– que los científicos estén haciendo estos experimentos de muerte, en vez de hacer experimentos de vida?”.
Yo le pedí algunas fotografías de sus actividades. Su señora sacó algunas y todo fueron recuerdos de la colonia de San Pablo, de los días y las noches que pasaron allí, de los viajes en canoa, de los enfermos leprosos. A él se le veía muy joven, muy fuerte y además, soñaba con que alguna vez se jubilaría en mejores condiciones, y no como será mañana.
La noche había caído ya y había que despedirse. Jorge Sigal y su señoras no sabían cómo agradecer esta visita que para mí habría sido rutinaria si la calidad humana de mis interlocutores no hubiera estado a la altura de otros personajes (Trimborn, Hemingway, Ungaretti, después, La Madre Teresa o Maria Reiche) a quienes siempre considero –por lo simplemente modestos– cercanos a la sabiduría.
–¿Algo de qué quejarse, doctor Sigal?
–De nada. Me he acostumbrado a no tener muchas necesidades. Sigal apareció con una botella de licor. Sirvió. Yo no bebo, doctor Sigal –le dije–, pero voy a tomar esta copa de coñac “Domec” (del legítimo) porque como dice Baudelaire siempre hay que beber hasta emborracharse: “Enivrez-vous de amour, de poesíe o de vertú, mais, toujours, enivrez vous de lo que sea, pero siempre ¡“Emborráchate”!.

Traté de hacerlo, entonces, pero sólo por haber conocido a un hombre de la talla de Jorge Sigal, de un sabio.

Monday, August 10, 2009

RUFINO TAMAYO, MEXICO

Marco para un Mexicano Universal


POR MANUEL JESÚS ORBEGOZO

RUFINO TAMAYO (1899-1991). Pintor mexicano. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de México. Vivió en nueva York. De regreso a su país se dedicó a pintar combinando con las tradiciones precolombinas con las técnicas modernas. Su pintura goza de consideración mundial. Hace pocos días se recordó la fecha de su muerte. Este es mi recuerdo de una vieja entrevista y mi homenaje:

Recuerdo que Moll me enseñaba las sandías, me decía que las aterciopeladas pepas negras le conferían un ritmo poético al rojo mágico de la fruta. Los colores de Tamayo son siempre cálidos, suaves, musicales y dramáticos, me decía Moll. Pero para mí, Tamayo era surrealista, cubista o chauvista, encasillamiento que se acentuó más cuando escuché a David Alfaro Siqueiros despotricar de Tamayo. El maestro pintaba a grandes saltos un mural en Chapultepec, descendía luego una escalinata y me decía que Tamayo no era mexicano. Podrá ser norteamericano o francés, gritaba abriendo bien los ojos de grandes escleróticas, suspendidos en inmensos bolsones, como para ver mejor lo que estaba diciendo.
“Pues mire usted, los muralistas de esos años me atacaban implacablemente. Ellos tenían el apoyo oficial y yo no. En esas circunstancias tuve que huir prácticamente para poder pintar como yo quería. Orozco, Rivera y Siqueiros pintaban sus murales o sus cuadros exaltando ideologías políticas. Yo pensaba que la pintura tiene un lenguaje suficiente como valerse por sí misma, sin necesidad de recurrir a esos temas. En ese sentido, pues como verá usted, mientras ellos se hicieron adentro, yo me hice afuera del país. Por otro lado, permítame usted, confirmarle que mi pintura no es surrealista, ni abstracta como en algún momento la quisieron clasificar. He hecho una pintura que me orgullezco de llamarla con mi nombre”.
Yo lo buscaba en el Bolívar. En un momento mis ojos se tropezaron con los suyos, pero no creí que él fuera el famoso Tamayo mexicano al que buscaba. Me pareció más bien un hacendado del centro que. No obstante la reforma Agraria, todavía se daba el lujo de alojarse en ese hotel.
-Sí, (me dijo), yo soy Tamayo, le estaba esperando.
“Como es la vida, me diría después, pensar que yo soy tan conocido en el terreno universal”.
Me pareció vanidosa la declaración, pero el pintor mexicano no usa barnices para identificarse ni modestias falsas: “Rivera, Siqueiros, Orozco obtuvieron triunfos que no hay que negárseles, pero estos fueron inmediatos. Tenían talento, mas se conformaron e hicieron concesiones. Yo no, como verá usted, yo triunfé con más perennidad; y una cosa más importante, mi pintura alcanzó universalismo sin descuidar su mexicanidad”.
Casi no me había sentado bien ni él me había ofrecido nada, esos cumplidos hacen algunos, sírvase algo, qué toma, etc., aunque uno a menudo no suele tomar nada. Tamayo tenía una cita y quería despacharme lo más rápidamente posible. Dijo otra vez que la pintura suya era sustantiva, que la de los muralistas estaba hecha de adjetivos. “mi pintura fue siempre figurativa y sui generis. No habla en sentido literal, no es prosaica, es más bien metafórica, o sea todo lo contrario”.
-Algunas, maestro; yo recuerdo el cuadro de las sandías, el de “Los animales” que no se sabía si eran perros o coyotes, pero tenían las fauces abiertas y los ojos llameantes, todo el cuadro detrás de un velo impalpable, pero vivo. Al mismo tiempo recuerdo “Las soldaderas” de Orozco o “Vendedora de flores” de Diego Rivera. Sobre la primera, Mariano Picón Salas decía: “Esta pintura sería la más feroz, quizás la más sádica entre cuantas se conoce en los últimos siglos de arte occidental, heredera directa de los mitos de la sangre de la vieja religión azteca, si en medio de la atmósfera de horror y tormenta que la envuelve no compareciese la fiel y estoica ternura de la mujer mexicana”.
Rivera le decía al escritor Pavlevich: “no creo posible el desarrollo de un arte nuevo dentro de la sociedad en que vivamos, porque el arte es una manifestación social y aun en el caso de la aparición de un artista genial, mal puede un orden viejo producir un arte nuevo”
Tamayo: Vuelvo a decir que yo no me encandilaba ni dejaba encerrar en el círculo de los muralistas. Yo pensaba que había que salir fuera para tomar otra perspectiva. Y además, que la pintura no puede estar como estuvo ni estará jamás, sujeta a ideas o preconcebidas.
-Maestro, ¿a qué se refiere usted cuando habla de ideas ajenas?
-A cualquier idea involucrada dentro de la pintura, ideas o temas políticos, sociales, filosóficos, históricos, lo que sea; la pintura no tiene nada que ver con esas disciplinas.
-¿O sea que para usted el tema no tiene la menor importancia?
-Pues verá usted, yo no le doy la menor importancia. Para mí, el tema es accesorio. Al querer expresar esas ideas en una forma directa y clara, pierden su valor; yo puedo expresar esas ideas, pero siempre buscando el lenguaje plástico que es el único válido de la pintura.
Oscar Alcázar saluda al famoso pintor y hace un recuerdo: “Yo traje al Perú, una exposición mexicana, hace ya más de 15 años; ahí vino “Músicas dormidas” del maestro Tamayo. ¿Sabe usted cuánto costaba en esos días ese cuadro?; pues la mísera suma de 3 mil 500 dólares (yo multiplico rápidamente y ya, saco unos 20 mil soles, en esos años del dólar a 6,50); ¿sabe usted, en cuanto está cotizado hoy ese cuadro del maestro Tamayo?, pues nada menos que en 15 a 20 mil dólares.” (Otra vez multiplico y me quedo así mirando al techo del asombro. Al cambio actual “Músicas dormidas” del maestro Tamayo costaría cerca de un millón de soles, Mucho, demasiado, maestro Tamayo). “Mía no es la culpa”, pudo haber dicho él, pero no lo dijo.
Entonces, le pregunto: ¿Es el arte actual un producto hecho por los pintores, especialmente para una sociedad de consumo?, porque ¿quiénes son los que pueden ganar cerca de un millón de soles por un cuadro? Tiene que ser solo una élite, ¿no, maestro Tamayo?
-No creo en eso, o creo. La verdad es que…
Se despide Alcázar, hablaban de su próximo viaje, de que alguna vez tuvo usted que venir al Perú, yo me olvido del resto, de la respuesta. Imperdonable.
Tamayo nació en 1899, en Oaxaca. Se quedó huérfano de padre y madre y por lo tanto, “yo soy un hombre que no tuvo infancia”. Pero se hizo a puro pulso. A los 16 años estuvo en México y quería pintar. Como los “pintores oficialistas lo absorbían todo” tuvo que emigrar a Nueva York. (¿La típica “fuga de talentos”, maestro? Exacto, si no hay otra cosa como llamarla). Allí, pasó la mar brava y morena y nunca pensó que Jean Cassou habría de decir un día que Tamayo “es uno de los más grandes poetas del mundo de nuestro tiempo”. No olvidemos, dice el crítico Westheim que lo poético es un elemento primordial del arte, tan viejo como el impulso de la creación artística, tan nuevo como lo es en cada individuo el ansia de aprehender al ser y al cosmos”.
Tamayo opina sobre los pintores de un catálogo arbitrario que le presento:
1.- Lam, de Cuba, es un valor internacional, con personalidad y calidad indiscutibles. Somos muy amigos.
2.- Mata, de Chile, otro valor reconocido internacionalmente, su forma de expresión es destacadísima.
3.- Guayasamín, de Ecuador, pues, verá usted francamente no lo conozco bien, sé lo que hace, pero bueno, este…
4.- Portinari, de Brasil, no tenía validez, estaba influido por esos pintores mexicanos de los que hemos hablado (“Habría resultado torpe, repreguntarle ¿a quiénes se refiere, maestro Tamayo?”).
5.- Szyszlo, del Perú, hace cosas muy interesantes, con espíritu universal, acabo de ver algunas de sus obras.
6.- Sabogal, del Perú, era el caso de los mexicanos que creían que hacer indigenismo era todo lo que podían hacer con la pintura. La pintura está hecha y tiene más valor cuando se toman experiencias de todas partes, es caduco pensar en la autosuficiencia, máxime ahora en que las comunicaciones toman alturas insospechadas. La pintura nacionalista la pueden identificar sólo los nacionales. En México, la pintura de la revolución ya no tiene vigencia, porque México ya no vive una época de revolución”.

-Maestro, en estos días pasó por Lima un joven profesor brasileño de arte. Dijo que los pintores jóvenes están rechazando la pintura que no tiene contenido político, porque consideran que siendo la pintura un hecho social y todo hecho social es un hecho político, definitivamente, la pintura es hecho político. Además, renegó de los pintores elitizantes. ¿Usted qué dice de eso?
- No se pueden hacer declaraciones tan tajantes. Es cierto que hay pintores elitizantes, pero hay muchos que no lo son, que son honestos, que la pasan muy mal, que viven apagadamente cuando en realidad, son unos valores. Creo que los juicios de ese profesor son muy aventurados.
“Sin duda, Picasso es el genio del siglo. Lo conocí en Europa, lo he visto pintar. Es increíble cómo pudo tener tanta audacia para crear nuevos universos en el arte de la pintura. Él, por ejemplo, no se encerró en el nacionalismo, tomó para su pintura, esencias de otros pueblos y otras razas, de los negros, de los indios, recurrió a toda posibilidad, a cualquier fuente. El dice que no busca, sino encuentra; pero ahí miente Picasso, porque sólo encuentra el que alguna vez busca algo. En ese sentido, el arte es una búsqueda permanente en el campo abierto, sin límites. Le diré una cosa, algunos dicen que la pintura está llegando a su fin. Se equivocan y me dan risa. El crear nuevas formas, el cinetismo, todas las formas nuevas son válidas, a mí me gustan, tienen sus lados buenos, pero entre eso que se hace y la pintura hay una gran diferencia inalcanzable. La pintura tiene una función específica que se da en la bidimensión, digamos, sobre la superficie”.
Tamayo se encuentra en Lima y que por fin conocerá Machu Picchu, es un hombre sereno, de cabeza cana y gruesa complexión. Pero sobre todo, sereno. Tiene todas las respuestas para todas las preguntas.
“Si el medio influye en el artista, ¿en qué forma influyó Nueva York en usted, maestro Tamayo? Influyó en mí, notablemente, pero no pudo con mi mexicanismo. Yo iba nutrido de la tierra que me vio nacer”.

Maestro ¿Cómo pintaría usted su protesta contra la guerra del Vietnam, porque yo supongo que usted estará en contra, no? “El tema no me lo pongo nunca; en este sentido, será muy difícil que exprese mi protesta específica contra esa guerra. Pero, verá usted que durante la II Guerra Mundial yo pintaba animales agresivos. Los críticos decían que los animales que yo pintaba eran una protesta más contundente contra esta guerra”.
Rufino Tamayo se reunía en México con Mérida, el notable pintor guatemalteco; eran muy amigos. Muy jóvenes ambos, pasaron horas de tertulia disfrutando de la amistad y el buen humor. Tamayo cantaba temas folklóricos, que coleccionó con fruición. Entonces Mérida, lleno de seriedad, le decía: “Y bueno, pos, Rufino ¿por qué no dejás mejor la pintura y te dedicas al canto, mano, porque lo haces muy bien, manito?”
“El destino hizo cumplir la profecía, al revés; y ya tiene usted material para escribir sobre este cristiano”.
Y “este cristiano”, el más famoso pintor de México de estos tiempos, se va del hotel, del brazo de doña Olga, su eterna compañera de triunfos.

Lima, Peru

Saturday, August 08, 2009

GUAYASAMIN, NOVENTA AÑOS

PERSONAJES: Hace pocos días, Oswaldo Guayasamin hubiera cumplido NOVENTA años. Fue muy celebrado el recuerdo de su onomástico en Ecuador y otros paises de América y del mundo. Este es un pálido homenaje de un perodista peruano, publicar una entrevista realizada al famoso pintor muchos años atrás MJO.




O S W A L D O G U A Y A S A M I N

Pintura y Política al óleo.
Si Ud. arranca su conversación así, lleno de cautela, como hizo Cassius Clay en el primer round, de pronto, un hombre de baja estatura, con las pupilas grises y las manos habladoras, le dice que el está considerado como uno de los cinco más grandes pintores del mumdo, ¿qué hace Ud.?
Es un problema muy breve. Ud. tiene que pensar tres cosas: a) el señor miente; 2) el señor es vanidoso; y 3) el señor es un genio.

Oswado Guayasamín estaba a mi lado en el halll del Hotel Bolívar cuando le pregunté si efectivamente él es uno de los mejores pintores de su país, Ecuador. Guayasamín aspiró a fondo su cigarrilllo, botó el humo de un solo tiro y sonrió. Mire, yo creo que no tengo por qué ser modesto, pero yo estoy considerado no como el mejor pintor de mi país, sino como uno de los cinco más grandes pintores del mundo.
Yo hice, digamos, como un juego de citura a mi duda: una especie de inquietud que no supe dominar bien. Titubeé para hacer la siguiente pregunta. Descarté a) porque Guayasamín no podía mentir, imposible, perdón por esta tremenda e inconciente gaffe; b) podría ser que Guayasamín fuera vanidoso, ¿lo será? That is de question. Y, entonces, lo más lógico era que c), efectivamente me encontraba, señoras y señores, frente a un gigante de la pintura mundial.

- ¿Usted es uno de los cinco más grandes pintores del mundo? ¿Quiénes son los demás, maestro?, pregunté con excesiva curiosidad.
- Opinan que Picasso, Miró, Tapies, Dalí, a quien no considero ni pintor dicen que es el otro, y posiblemente, Tamayo, dijo él.

Pero la sutileza estuvo en decir, posiblemente Tamayo.
El domingo anterior yo había entrevistado a Rufino Tamayo que según Tamayo no hay pintor de mayor prestancia en México que él; los muralistas se quedaron por los palos. Orozco, Rivera, Siqueiros, los pintores de la revolución mexicana no alcanzaron la talla universal de Tamayo, según el mismo.
Cuando le pregunté qué opina sobre Guayasamín, el maestro se sorprendiò como si esa hubiera sido la primera vez que oía ese nombre ¿Guayasamin? Guayasamín, se contrapreguntó ¿Tamayo?, pues, verá Ud. francamente no lo conozco bien, sé lo que hace, pero bueno, etc. (El etc., es ad libitum).

Respuesta de Guayasamin a Tamayo: Bueno, Tamayo es un pintor más mexicano que universal, tal vez es quien mejor ha captado la profunda poesía y tradiciòn de su puesto. Su pintura efectivamente es guardadora del alma mexicana, pero nada más. Para mi, el genio mexicano de la pintura es Orozco.

También me dijo que el se había hecho fuera de su país, mientras los otros se hicieron dentro. Guayasamin dijo: Yo voy a exponer el próximo año una muestra de mi obra en el Museo de Arte Moderno de París. Allí solo se han expuesto obras de célebres pintores franceses muertos y solo hay dos excepciones con pintores vivos: Chagalll, el ruso, y Picaso, el español. Yo seré la tercera excepciòn

Yo he entrado a Paris por la puerta grande, no por la puerta falsa, diría después aisladamente, mientras yo lo veia como a Cassius Clay levantando las manos en medio del ring. Sería una ireverencia decir que Tamayo era Bonavena.

Tamayo había dicho que el tema para él no tiene importancia. El nunca propone nada creo yo, el pinta y nada más. Para Guayasamin el tema es importante aunque no considera que sea excluyente. Forma y fondo son dos cosas, como decir cuerpo y alma. El dijo que yo no podría vivir sin cabeza, una pintura no puede ser solo color. Si le falta la cabeza, que es el fondo, no nay cuadro.

- ¿Y cuál es su temática, maestro Guayasamín?
El hombre estaba esperando la pregunta. Su rspuesta salió volando como el corcho de una botella de champán. Guayasamin es un hombre venido de los más bajos estratos populares. Es hijo de un indio puro que ha sufrido en carne propia todas las contradicciones e injusticias de los sistemas que hasta estos momentos dominan en los paises latinomaericanos. Su padre fue carpintero y la infancia de Guayasamín solo fueron formones, serruchos, viruta que él admiraba por las volutas que formaba la madera. El padre de Guayasamín no pudo sobrevivir como carpintero y se hizo chofer de taxi. Esa es parte de la experiencia juvenil que tengo ahora frente a mi. Fumando su cigarilllo a breves bocanads, despotricando de la miseria más que de una prostituta.

Guaysamín explicó en un largo discurso, en un vibrante discurso acompañado por movimietos violentos de manos que él era, es, un pintor comprometido, un testigo de esta época que vive el mundo de injusticias, de miseria, de violencia de hecatombe. Verá Ud., el próxiimo mes de julio llegará a Lima un lote de cien cuadrso que pertenecen a uma serie de más de 200 cuadros que se llama La Edad de la Ira. Ahi se podrá apreciar planteamientos plásticamente todas las catástrofes que me ha tocado vivir. La bomba atómica sobre Hiroshima, mi amor; la guera civil española, la segunda guerra mundial, etc. Y en la serie, los ´Condenados del tiempo; caricaturizo, me mofo de los culpables de estas hecatombes. Hitler, Mussolini, Franco, Duvalier, Johonson, y Nixon, no sé cómo terminará, etc.
Esta serie la he pintado en 14 años recorriendo los lugares donde el hombre pagó la estupidez del hombre, como Guernica, Lidice, Hiroshima, los campos de concentración. Yo no sé pintar poesía, he pintado protesta, yo no he pintado rosas ni violetas, yo he pintado ocres y desgarramiento (Guayasamín) y sigue como hablando solo, ardiendo ccmo una hoguera, repitiendo el largo delirio de Castillo, el conocido poeta guatemalteco.

-Si Ud. pinta los horrores del imperialismo especialmente del sistema norteamericano o, mejor dicho, si detesta a los Estados Unidos, ¿por qué fue a vivir a Nueva York?.
- He ido a Nueva York como he ido a Moscú o a Pekín. Estuve cuatro años allí porque mi primera mujer ( el maestro Guayasamin como el maestro Picasso, uno de los cinco más granes pintores del mundo, ya va por el cuarto matrimonio) era norteamericana. Nueva York es una ciudad impresionante, angustiosa. El mundo de los grandes adelantos científicos y tencológicos con todos sus horrores está reflejado en Nueva York. ¿Usted ha visto los cuadro de Polock? Pues, nadie mejor que él ha podido expresar plásticamente lo que es Nueva York. El los pintaba en verdaderos raptos de desesperación con los pies y con las manos.
-Raptos de desesperación o de inspiración?
-La inspiración, las torres de cristal, son mitos.Y no creo en musas ni en raptos de creación. Se crea concientemente, virilmente las cosas. Yo soy pintor pero invisiblemente, hombre. Hago el amor con la misma naturalidad con la que pinto un cuadro.

Una cosa curiosa: Guayasaín tiene 7 hjos porque ya sabemos que el se ha casado algunas veces. La hija mayor se llama Sanka, el nombre de la mujer de Rembrandt; luego Juan Pablo, el mismo nombre de Picasso; viene Cristóbal, uno de los personaje de la obra de Barbusse; Berenice, el primer personaje de la novela de Aragón; también, Shirma, del quechua puro; Dasyuma, del dialecto auca ecuatoriano, asi como Ramara del mismoDialecto y, que es la última. Ella tiene 6 años, la esposa de Guayasamín (la última), tiene 32 años. El pintor tiene 51.

Guayasamín lleva una corbata amarilla con grandes manchas negras. Francamente no me gusta.Termino por preguntarle qué opina sobre su corbata. El responde:”Los pintores también generamos malos gustos”.

Después le digo si es aficionado al dinero. Porque debe sufrirse un cambio tremendo cuando uno es pobre, come sus habas, mata sus piojos, sabe lo que es la miseria porque más de una noche se acostó con ella; y de pronto, todo cambia. Guayasamin dice que el vive bien, cómodamente, tiene mucho dinero, pero no lo desea, digamos, con ambición desmedida. “Vivo de mi pintura desde que tenía 10 años pero, ves si no seré desprendido. Acabo de donar a mi país, adelatándome a los cambios revolucionarios que puedan operarse (ojalá porque aún tenemos 3 mil indios que viven como perros), mi colección de arte de 250 cuadros avaluados en 3 millones de dólares. Mi casa es un Museo, es una cosa bárbara ¿no la conoce Ud.? Le invito para cuando vaya a Quito, allí van gentes de todo el mundo y se distraen porque además en mis diseños de joyas, yo hago artesanía, el arte popular me apasiona”.

Guayasamín pide cigarrilllos, mozo, por favor que me traigan una cajetillla de cigarrilllos, el mozo le trae los cigarrillos, Guaysamín firma la factura, el mozo la lleva pero no sabe lo que lleva; una firma de Guayasamin. El mozo regresa y a media voz, pero casi como habla Guayasamín arrastrando la rr al estilo parinacochano, le dice:”Señor, piden en la caja que ponga bien su nombre, no saben quién es Ud., aquí no se sabe lo que dice”.

El hombre: ¡Pacienca, maestro, paciencia, firma en letras de imprenta

-Si Ud. no hubiera sido pintor ¿Qué habría preferido ser ¿“Merchand de tableaux, guerrillerto, lider sindical, (cuántas cosas que se me puden ocurrir.
- Solo pintor, yo no sé nada más que pintar. Creo que no hubiera podido ser nada más que pintor.

Oswaldo Guayasamin hablade de Castro, del Che Guevara, de la revoluciòn cubana, de Mao Tse-tung, de Rusia, de guerrilleros, de revoluciòn, de todo lo que hasta hace dos años habria sido cosa de someternos a juicio militar. Pero sus recuerdos más apasionantes están en sus afanes de recorrer el mundo para documentarse. Estuvo en Lima viviendo oscuramente en una pensión de la calle Moquegua. Eran los año de 1944 y no obstante logró ser amigo de Sebastán Salazar Bondy, de Arguedas, de Julia Codesido, de Sabogal, de Szyszlo, con quien, dijo: “somos muy buenos amigos”. No conoce a Dávila, Springuet ni a otros notables pintores de hoy. Recuerda Machu Picchu como una de las tres más grandes obras hechas por el hombre a través de todos los tiempos, ¿más que las Pirámides? Mas que las Piramides, como son las pinturad rupestres de las Cuevas de Altamira, ir otra vez a Florencia y a MachuPicchu.

Yo le digo, mirándole fijamente los ojos para que se tuerza:
-Maestro, si Ud pinta el capitalismo con todos sus horrores, las villanías de los ricos, ¿cómo es que los ricos son los mejores postores de sus cuadros? Guayasamín ya tiene respuesta “Yo soy el primer sorprendido. Porque mis temas fundamentales son a) los huesos, ) y b) las lágrimas. Yo francamente no entiendo esa contradicción: ¿adorar un comedor con un hombre desgarrado, sangrante? Es un absurdo

Guayasamin es un esperanzado de Latinoamérica. Sabe que está surgiendo una nueva era, estamos retomando viejos caminos. Sufre y protesta “no creo de ningún modo que debamos ser ajenos a esa situaciòn” dice.
- Maestro Guayasamin, deseo retirar la pregunta que le hice en la conferencia de prensa que Ud ofreció en la Casa de la Cultura:
-Digamos, ¿se considera Ud. modesto?.


NOTA.- Años después cuando Guayasamín regresó a Lima, en la Casa de la Cultura, me reconoció, me abrazó y me dijo en voz muy clara: “Ya no soy soberbio”.


























ayasamín




ndpa

Sunday, August 02, 2009

ADIOS A CORAZON AQUINO, FILIPINAS.


Cory Aquino, ex presidenta de Filipinas, ha muerto con lo cual ha cerrado el últmo capítulo de su vida, tan grande, tan noble, tan heroica. Mi homenaje a su memoria consiste en reinsertar dos artículos míos publicados en el diario El Comercio en dos oportunidades, donde la menciono ligeramente aunque tratando deretratar el aliento de su grandeza:


CORAZON AQUINO.
La primera vez que la vi fue en un mitin que se realizaba en el parque más grande de Manila. Tenía todos los rasgos de su etnia, pero lucía muy hermosa. La lucha contra Ferdinand Marcos que se había convertido en un dictador asqueroso, era a muerte. Este también se presentó en un mitin multitudinario. Cuando pasé mi informe a diario EL COMERCIO escribí que Marcos estaba más carcomido del alma que del cuerpo, tenía una enfermedad renal terminal, pero su espíritu estaba por los suelos.
Cory fue mujer de Benigno Aquino que combatía a Marcos. Este lo deportó a Estados Unidos. Cuando Aquino regresaba después de 3 años de exilio, los esbirros de Marcos lo mataron mientras descendía del avión. Cayó muerto sobre el asfalto del Aeropuerto Internacional de Filipinas, hoy Aeropuerto Internacional "Benigno Aquino".
Para poder estar más cerca a Cory Aquino, me inscribí en su partido, entonces, pude acompañarla a Tarlac, allí votó. En su casa donde nació comprobé la sencillez de Cory Aquino y pude tomarle fotografías a su rostro, a un metro de distancia.

Ella ganó las elecciones en 1986 y cuando se fue en 1992, no se llevó nada ni siquiera el Mercedes Benz que le tocaba, sino su Toyota particular.
Una mujer de mucho temple –la primera del AISA que alcanza una presidencia- para poder gobernar 6 años una jauría de chacales.


FERDINAND MARCOS
Presidente de Filipinas y sus mil islas, Marcos fue un hombre poderoso que ejerció su gobierno incorrectamente. Había luchado como soldado contra los japoneses y luego, abogado como era, logró ingresar al campo político donde rápidamente destacó.

Anticomunista jurado, su posición política dio oportunidad para que nacieran y se fortalecieran facciones de guerrilleros comunistas y musulmanes. Su gobierno tuvo que endurecerse y caer en la dictadura. Tenía un enemigo político al que hizo juzgar y condenar a muerte.

Benigno Aquino logró huir a los Estados Unidos, donde dada su alta calidad intelectual fue catedrático en Harvard. Casado con Corazón Aquino, decidieron regresar a Filipinas. Cuando el doctor Aquino descendía del avión que lo traía de Londres, fue asesinado vilmente por orden de Marcos. Este suceso conmovió a los filipinos y al mundo entero. La Aquino no juró vengar su muerte, sino salvar a Filipinas. Esa fue su promesa.

Estuve cuando las elecciones presidenciales del 86 y para poder estar cerca de Corazón Aquino, me inscribí en su partido. Así, pude ver, por ejemplo, el instante en que votó donde declaró: “Yo seré la nueva presidenta”.

Días antes se habían realizado mítines multitudinarios. Vi a Marcos presentarse y en mi reporte al Perú escribí que “más que la ruina en que andaban sus riñones, -él sufría de lupus eritomatoso- su conciencia había hecho un correcto trabajo de zapa, lo había desmoronado por dentro con precisión de relojero suizo”,

Hubo graves líos post eleccionarios, pero finalmente, el célebre dictador Ferdinand Marcos y su esposa Imelda Romuáldez, conocida como La Mariposa de Hierro”, huyeron de Manila.

Como en “El Otoño del Patriarca”, el pueblo invadió salones y dormitorios del palacio. No encontraron dentro las vacas de la novela, pero sí, los roperos de doña Imelda donde contabilizaron 3 mil 500 bombachas o calzones, justo para cambiarse uno por día durante 10 años seguidos.

Así cayó otro dictador. Vivió hasta 1992 donde murió como un filipino cualquiera.
El asenso de Corazón Aquino a la presidencia de su país y sus mil islas, después de muchas dificultades, indicó que Filipinas comenzaba una nueva Era.

Para todos los dictadores de la Tierra como Marcos, de ayer, hoy y mañana, Bertolt Brecht los ha sentenciado en su poema con esta verdad de extraordinaria fuerza vital: “Los poderosos suben como los astros y como los astros, vuelven a bajar”.