PERU: 4 MEDIDAS URGENTES
Tenemos un problema limítrofe con el país del Sur que a todas vistas, no va a zanjarlo de acuerdo a la justicia que lo proclama. Las declaraciones de algunos de los personajes públicos chilenos de mayor representatividad son terminantes: “Nosotros no tenemos nada limítrofe que arreglar con el Perú”.
Nosotros, todos los peruanos, debemos considerar estas declaraciones como desafiantes, dados los hechos que respaldan las decisiones chilenas. Baste recordar su lema nacional: “Por la Razón o por la Fuerza”.
Frente a estos desafíos, los peruanos vemos que nuestras más altas autoridades no dicen nada o dicen cosas muy ajenas a esta problemática; al contrario, nos sumen en la más completa desilusión. El Ministro de Defensa declaró recientemente que no debemos preocuparnos, que el 2011 estaremos en condiciones, de defendernos sin movernos de nuestros puestos de combate o sea, estamos inermes. Y el presidente de la República, Alan García Pérez, el día de su cumpleaños, frente a estos comentarios, dijo algo así como que no debemos ser acomplejados.
Los peruanos, por declaraciones de los mismos voceros oficiales, sabemos que nuestras FF. AA. no están en condiciones de responder a ataques externos de cualquier índole, estamos inmunes o atados de pies y manos..
Entonces, es importante que el presidente García adopte políticas no alarmistas ni desbocadas, sino sensatas, que demuestren preocupación o haber tomado al toro por las astas. No que nos declare en pie de guerra porque ese no es el caso, sino en pie de preparación para responder a una guerra.
Todos los índices o señales que tenemos por delante son que frente a nosotros tenemos un horizonte turbio para lo cual el enemigo virtual, como sucedió hace más de cien años, está súper preparado para emprender una nueva guerra de conquista; estas son presunciones de geopolíticos y estrategas de prestigio.
Los almirantes y otros políticos chilenos han visitado Bolivia y, según las informaciones mediáticas, les han ofrecidos la salida al mar por Arica; han ido al Ecuador para reforzar sus relaciones militares que datan de más de 170 años. Y, nosotros, bien gracias, ante la amenaza de una tenaza perfecta.
Muchos ciudadanos comunes y corrientes pero conscientes de la realidad nuestra y del país del sur, proponemos, por lo menos, cuatro medidas que podrían tomarse al plazo más urgente posible y, luego de una campaña de información realista, serena, cargada de responsabilidad y patriotismo.
Dichas medidas serían:
1.- Restablecer el Servicio Militar Obligatorio, como existe en los países más adelantados del mundo y que nosotros lo tuvimos hasta hace pocas décadas, sin saber por qué razones, fue suprimido. SMO hizo el Príncipe
Felipe y lo está haciendo un joven Príncipe inglés.
2.- Restablecer el Curso de Instrucción Militar que se impartía en todos los colegios de Educación Secundaria y Universitaria de la República, curso también obligatorio, luego suspendido irrazonablemente.
3.- Restablecer el Servicio de Movilizables que obligaría a los ciudadanos que no han pasado por la instrucción militar señalada, a tecnificarse y acrecentar sus sentimientos petrióticos de defensa de la soberanía nacional.
4.- Finalmente, crear respetables rentas especiales para un Fondo Común destinado al fortalecimiento de las FF. AA., para su rearme y modernización de equipos, es decir, tener un aparato militar, no para declararle la guerra a nadie, sino para defendernos eso sí de cualquier ataque extranjero.
Aquí, estamos viviendo una época de relajo y de caída de valores morales en todos los sectores sociales. Todos los días se dan noticias de corrupción administrativa hasta en el Congreso como en los callejones, y las noticias delincuenciales alcanzan ya no solo a los jóvenes sino a los niños. Hay un relajo aparentemente insuperable. Las “barras bravas”, son una demostración de la inmadurez propia de los sectores más pauperizados y olvidados por las autoridades educacionales o públicas. Pero, lo peor de todo es que la segregación étnica andina continúa vigente. Eso no nos deja hermanarnos, sentirnos peruanos sin retaceaos de ninguna naturaleza. Precisamos de ser nación y no solo Estado y país.
Las medidas propuestas para aplicarlas en todo el país podían tener un doble beneficio: recuperación de los jóvenes perdidos en las selvas urbanas y luego, aprendizaje de profesiones técnicas modernas y necesarias para el desarrollo del país, a la vez que, volver los ojos a la defensa de la madre Patria.
Todos los días se publica en el país y el extranjero las riquezas generosas que en sus entrañas tiene el Perú, las que desgraciadamente no son bien aprovechadas por los peruanos, sino por los extranjeros. El Perú, rico hasta la saciedad, no tiene, por ejemplo, una línea aérea que lo represente como cualquier otro país del mundo; tiene una línea extranjera monopolista, defraudadora, que se conoce todo los cielos del Perú más que cualquier piloto peruano.
Aparecería como demagogia mencionar las gangas de que gozan los inversionistas chilenos, entre otros, mientras los peruanos nos frotamos las manos y sonreimos.
El Presidente de la República debe darse cuenta de que el destino del país está en sus manos. Semejante tarea no es fácil ni solucionable en 24 horas. Pero debe intentarlo. Lo que está pasando en sus alrededores no es juego. Si él quedó mal en su primer gobierno, que no lo repita en su segundo. Lo que le ocurrió en su primer gobierno no entrañó peligro de violación de la soberanía nacional, lo que sí le puede ocurrir ahora: terminar en eso.
Por lo menos, Alan García Pérez, debe evitar que el mar de Grau en Tacna, se quede en manos extranjeras.